- ¿Quieres que te espere?

Preguntó su novio una vez que llegaron. Ella negó con su cabeza bajándose del auto y caminando hacia la parte trasera para bajar sus pertenencias - No. Puedes irte... me quedare hasta que me den una devolución y luego no se... quizás haga algo con los chicos.

- Pensé que íbamos ir a comer algo esta noche.

- Bueno, ya he organizado con ellos y seguramente nos desocupemos un poco tarde aquí.

- De acuerdo, le diré a los muchachos que iré a la cena. Los había suspendido por ti.

Cerró el baúl del auto rodando sus ojos fastidiada.

- Bueno no es mi culpa que no me hayas consultado antes. - respondió tras volver a la puerta del copiloto que ya permanecía cerrada con el vidrio bajo.

Él la miro como si aquello no mereciera la pena para una gran pelea, o como si los planes de su novia le cayeran como anillo al dedo.

- De todos modos ¿Puedo ir mas tarde a verte?

Un pequeño silencio se plantó entre ambos, quizás ese fuese el momento para una tregua por su día insoportable, después de todo él la soporto durante esas horas.

- ¿A casa? - él asintió - Seguro.

- ¿Tus padres van a estar ahí?

- Yo vivo con ellos ¿recuerdas? - Levantó su ceja - Pero creo que esta noche tienen una cena y mi hermana sigue de vacaciones, dudo que regrese a dormir.

Finn sonrió - Entonces intentare estar allí antes de que ellos regresen - se estiró hasta el asiento del acompañante esperando un saludo. Él la beso - Nos vemos esta noche, y éxitos con eso.

Ella fijo sus ojos en él, sintiendo como su vida comenzaba a ser completamente monótona. Bajó su mirada hacia sus planos que descansaban en su mano, resistiéndose al animal impulso de tirar todo allí, maldecir y salir corriendo para olvidar por un momento que su vida se encajonaba en unos días ya escritos por sus responsabilidades. ¿Por qué Finn se conformaba con aquello? ¿Cuál era lo emocionantes de vivir haciendo siempre lo mismo? Levantarse, ducharse, desayunar, trabajar, gimnasio, cena y volver a dormir nuevamente. Quizás alguna noche haciendo el amor, pero no más que eso.

Los charcos de agua en su camino tras una fuerte lluvia hace dos días se presentaban como obstáculos a ser pasados, pero ella simplemente se limitaba a rodearlos por el costado mojando un poco sus botas. Como lo hacía con sus problemas.
Se aferro a su trabajo final visualizando las puertas de la universidad cuestionándose mentalmente si eso era lo que quería para el resto de sus días.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Una carpeta cayó junto a sus piernas en aquel improvisado asiento fuera de la universidad escapando del murmullo constante dentro del establecimiento gracias a los alumnos muriendo de nervios esperando su nota. Rachel miraba la portada del grueso cuaderno que descansaba en la cima de la pequeña montaña de papeles, su superficie brillante de un color verde con pequeños toques de brillantina. Cuando sintió que unos ojos negros estaban viéndola parada frente a ella subió su mirada.

- Esto es un verdadero infierno.

- Dime algo que no sepa - dijo Rachel finalmente.

Brooke Wood sintiéndose cansada se sentó a un lado de Rachel apoyando su espalda contra la pared largando un fuerte y dramático suspiro de cansancio mientras miraba los rasgos de su compañera.

- Dame un poco - pidió viendo el paquete de galletas que Rachel tenía en sus manos

- ¿Por favor?

          

Brooke poniendo su mejor cara pero manteniendo sus ojos en blanco dijo - Querida Rachel, compañera de mi alma, por favor si fueras tan amable, ¿Puedes convidarme un poco de tus galletas?

- Con un por favor alcanzaba - respondió Rachel con una sonrisa

- Tú siempre fastidias con la cortesía - comentó arrebatándole el paquete - Eres la única que jode con ese tema, señorita educada.

- Si no somos amables entre nosotras ¿Qué queda para el resto?

- Bla bla bla - se burló con su mano - Para serte sincera escucho la mitad de las cosas que dices. Pero no te preocupes, me he marcado una meta personal este año.

Rachel levanto su ceja tras tomar el cuaderno de su compañera - ¿Hablas de las promesas que uno hace cuando los fuegos artificiales marcan un nuevo año?

- Así es, mi promesa por año nuevo.

- ¿Con que te has comprometido? ¿Disminuyendo los hombres que pasan por tu cama?

Brooke le dio un golpe en el brazo - Idiota. Jamás pondría en peligro mi salud sexual.

- ¿Sabes que eso tiene un doble sentido cierto? En mi humilde opinión creo que ya la estas poniendo en peligro al acostarte con cualquiera. - comentó Rachel volviendo a su misión de buscar los resúmenes que tenía su compañera.

- No me acuesto con cualquier sapo que se cree príncipe.

- ¿Qué hay del último... como era su nombre... -

- Estaba borracha, ese no cuenta.

- ¡Brooke eres un asco! - Rachel hizo una mueca de disgusto

- Tú porque eres una amargada, estas anclada a un solo tipo.

- Se supone que así es el amor ¿no? - Rachel arqueo su ceja

- Como sea... ¿Has conocido a los ingresantes de este año?

Rachel se perdió en las primeras líneas de la hoja que ya tenía en sus manos.

- Te estoy hablando idiota - Brooke le dio un leve empujón

- ¿Qué hay de la cortesía que hablamos hace unos momentos? - Rachel frunció su ceño buscando las páginas que le seguían - Y no, no he visto a nadie. ¿Tú si?

- Claro, cuando vine a pagar la matrícula para este año me encontré con el profesor de historia. Me comentó que este año hay más ingresantes que el año anterior, pero que eso llevaba un problema para ellos ya que no contaban con suficientes profesores.

- Se supone que es una universidad privada, eso no puede pasarles.

Brooke solo levantó sus hombros y encendió un cigarrillo.

- ¿No te molesta cierto?

- Ya lo has prendido, qué más da. - Ambas se concentraron en sus asuntos hasta que Rachel volvió a romper el silencio - Mi hermana estudiara aquí.

- No jodas... eso es un dolor en el culo - Brooke negó con su cabeza largando el humo que restaba

- ¿Por qué lo dices?

- Ella querrá ser mejor que tú, superarte, y ya no puedes saltearte algunas clases porque le contara a tu madre o te chantajeara. Sin tener en cuenta que seguramente tendrás que esperarla a ella para volverse juntas a casa.

- Ella no es así. - Rachel frunció su ceño

- Espero que sigas diciendo eso cuando termine el año. Los hermanos son un dolor de cabeza - rezongó dándole una calada al cigarrillo

- Eso no es cierto. Dime... ¿Qué hay de los nuevos? - Preguntó dejando los libros de su compañera a un lado

- Nada nuevo, todos son unos bebes de mamá, y las chicas pequeñas princesas consentidas de papá - Rodo sus ojos tomando una galleta del paquete

- Nosotras también lo éramos cuando entramos aquí, vamos... dale una oportunidad. - Le dio una pequeña palmada en las piernas a su compañera.

- ¡Chicas, hemos aprobado! - gritó Ryan desde la puerta del establecimiento.

- ¡Joder, eso es una buena noticia! - festejó Brooke apagando el cigarrillo en el piso y levantándose para correr hacia dentro.

- ¡Vamos Rachel! El tuyo es uno de los mejores. - Volvió avisar Ryan.

- Después de todo el esfuerzo es bien premiado - susurró tomando sus pertenencias para encontrarse con sus amigos en la entrada.

- Entonces... esta noche festejaremos ¿no? - Hablo Brooke una vez que se juntaron con su grupo de estudio fuera de las aulas.

Rachel apretó la correa de su mochila sobre su hombro - Creo que yo saldré con ustedes solo un momento. Debo regresar a casa temprano.

- ¡Oh, vamos Rachel! Esto merece festejarlo. - Hablo Ryan

- Lo sé, pero prometí juntarme con Finn luego de salir de aquí.

- No olvides usar protección - Bromeó Brooke elevando la voz llamando la atención de los estudiantes de alrededor.

Haciendo oídos sordos a la broma y la vergüenza momentánea tras la atenta mirada a su alrededor, Rachel atravesó el pasillo hasta la puerta donde la esperaba el profesor con una sonrisa burlona.

AMOR A SEGUNDA VISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora