Un par de lujosos autos le esperaba a la entrada del edificio, y junto a éstos, dos de sus más fieles subordinados le dieron la bienvenida con una reverencia; uno de ellos vestía de traje negro, camisa amarilla y una curiosa gorra verde que cubría su extravagante cabellera naranja; el otro igualmente vestía de negro, sólo que su camisa era azul claro, su cabello era azabache y el gorro que llevaba era azul con la palabra "Penguin" en él. Ambos llevaban gafas oscuras y estaban armados, el primero ocultaba un par de cuchillas de cada lado de su abrigo, y el otro portaba un rifle de francotirador que reposaba en uno de sus hombros.

- ¿cómo le fue con Crocodile, jefe?- preguntó el de cabello naranja, colocando una gabardina negra sobre los hombros de Law

- una reunión de rutina- dijo sin importancia mientras se acomodaba la gabardina- Shachi, Penguin, necesito que sigan de cerca a Kuroashi Sanji

- ¿de nuevo?- cuestionó el otro

- Crocodile está obsesionado con ese hombre, démosle el gusto de divertirse. Regresando a Kuroashi, quiero que busquen a cualquier persona cercana a él; familia, amigos, pareja... les dejaré escoger uno de ellos para que le lleve un mensaje de parte de Crocodile...

- como ordene- dijeron los dos al unísono.

- por cierto, jefe- interrumpió el de la gorra azul- su... espécimen.... Está en la cajuela

- veamos...- el pelinegro caminó hasta el auto y abrió la puerta del portamaletas; dentro, una chica pelirroja de unos 16 años atada y amordazada se retorcía mientras su silencioso llanto caía por sus sonrosadas mejillas- se ve saludable, será buen material. Sólo hay que cortar aquí... aquí y aquí- señaló su cuello, pecho y vientre, causando terror en la bella muchacha

- señor, ¿está seguro de querer usarla para sus negocios?- preguntó Shachi- hace apenas unas semanas era su pareja...

- las personas que generan algún sentimiento en ti sólo sirven para que otros te apuñalen por la espalda- respondió tajante el pelinegro mientras cerraba la cajuela de un portazo- no necesito tener ese tipo de debilidades- subió tranquilamente a la parte trasera de uno de los autos y abrió la ventanilla para darle las últimas indicaciones a sus subordinados- inicien la investigación inmediatamente. Ah, también necesito que llamen a Eustass, lo necesitaré- tras decir aquello, la ventanilla se levantó y el auto se puso en marcha...

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Varios días más tarde...

Whiskey Peak, 10.47pm

Tan sólo había salido a alimentar a los gatitos que vivían en el callejón como lo hacía todas las noches, pero no esteraba que aquel travieso felino apareciera. Sólo bastó un par de caricias para que, nuevamente, terminara retorciéndose de placer entre los brazos de aquel hombre, dejando que le devorase lentamente. Jamás pensó que terminaría enamorado de otro hombre, mucho menos de uno como Roronoa Zoro, pero ahora el marimo era tan necesario para él como el aire que respiraba, el mismo que, lentamente, el peliverde se encargaba de robarle con sus apasionados besos.

Un pequeño suspiro escapó de sus labios cuando Zoro le abrazó con más fuerza mientras le hacía retroceder hasta que su espalda chocó contra la pared, todo esto sin separar sus labios. Tímidamente, sus manos subieron por los morenos y fornidos brazos del otro hasta llegar a su cuello, pues sentía que sus piernas cederían en cualquier momento. Sus ojos se abrieron ligeramente, notando, no muy lejos de ellos, un par de ojos brillantes atentos a cada movimiento suyo. Trató de ignorar aquella mirada, pero a cada segundo que pasaba, se ponía más nervioso, por lo que se separó de su amante, deshaciendo el beso

- ¿qué sucede?- le preguntó el peliverde sin soltarle

- el gato nos está mirando- expresó el rubio receloso. Zoro se giró un poco, viendo un pequeño felino de pelaje negro y ojos marrones meneando su cola mientras les contemplaba.

Deceitful FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora