—El de Klaus?— preguntó.

—El de Klaus. —contesté

— Claro, faltaría más— dijo enérgicamente— Es tuyo, ¡por dios!

—Gracias—contesté.

Estaba agradecida y emocionada. Deseaba llevarlo, una vez más. Por última vez.

— Ahora mismo te lo traigo— dijo— Que ganas de volver a verterlo puesto.

—Yo también— contesté— Lo adoro.

— Es increíble— dijo.

Fue a buscarlo. Deseaba volver a verlo. Lo necesitaba.

Llegó, con aquella caja color crema de diseñador que aquella vez me entregó. La abrimos.

Estaba allí, el vestido de mis sueños, de un azul marino increíble. Sus preciosos tirantes con volante, la parte de arriba llena de piedras bonitas y elegantes. I aquella falda tan especial que me hacía sentir elegante y despampanante.

Era tal y como lo recordaba.

Me lo probé. Se ajustaba a mi cuerpo un poco justo aunque bien, en realidad, estaba hecho para mí. Una vez puesto, lo sentía tan bonito y tan mío que tenía ganas de llorar. Era una preciosidad, pero con él, traía recuerdos, bonitos, dolorosos a partes iguales. Nunca podría ponerme ese vestido sin acordarme de Klaus y de aquella noche así que qué mejor manera de cerrar una etapa que llevarlo por última vez en su boda. Dolía porque no lo llevaba con él, sino para él. Para ellos más bien.

Salí para mostrarselo a Rebekah.

— Estás increíble— dijo.

— Me encanta— dije dando una vuelta sobre mi misma.

— Es tan bonito y especial— comentó— A Klaus le encantará.

Mi cara cambió.

— No lo llevo por él— dije —Sino por mí.

—Voy a cerrar esta etapa, con o sin él. Esta es mi manera de decir adiós.— añadí.

—Entiendo— dijo.

—Seré fuerte, volveré a casa después de la boda y seré feliz. Más de lo que he sido nunca.

***Klaus***



Ya tenía traje para la boda. Tenía todo lo que podía necesitar para este día. Estaba preparado para afrontar mi futuro sin Caroline. Debía estar preparado.

Me estaba preparando para el que se suponía que sería el mejor día de mi vida, pero sentí que faltaba algo, algo no encajaba en toda aquella historia.

Me puse el traje y me miré en el espejo. De repente alguien llamó a la puerta.

—¿Se puede?— pregunto una voz.

— Sí, adelante—contesté

Entró una mujer rubia, era Caroline. Estaba increíble. Llevaba un recogido en un moño medio, con dos mechones que caían a ambos lados de su cara.

Lo vi. Vi el vestido azul y un montón de recuerdos azotaron mi mente. Le quedaba exactamente igual de espléndido de cómo recordaba. Sin duda, nadie más podría llevarlo exactamente igual de bien que ella.

— Estas...—dije, pero no pude acabar la frase.

— Gracias—dijo— Tú también.

— ¿Necesitas ayuda?— preguntó

—No hace falta— dije — Gracias.

Intenté colocarme la pajarita, pero estaba tan nervioso que no pude.

— Trae— dijo y se acercó a atarla.

— Estás nervioso?—preguntó— Te veo tenso.

— Un poco— confesé.

— Vaya, Klaus Mikaelson nervioso— dijo sorprendida, pero sonriendo— Lo nunca visto.

— Lo sé— dije.

Tener a Care aquí era lo que me faltaba. Lo que necesitaba.

— Está todo listo?— pregunté.

— Está todo perfecto.— dijo sonriendo

—Gracias— dije— De verdad.

— Un placer— dijo— Haría lo que fuera por ti y lo sabes.

Sonreí. Lo sabía porque yo también lo haría por ella.

Nos sentamos en el sofá de la sala donde me estaba preparando.

— Estoy muy orgullosa de ti, Klaus— dijo.— Cuando te conocí eras cruel y mezquino. No te importaba nada ni nadie, ni siquiera tu propia familia. Has cambiado y ahora eres un gran hombre y una increíble persona. Das todo por los tuyos, los proteges, los quieres... Estoy orgullosa de en que te has convertido. Supongo que no eras todo oscuridad como tú asegurabas, tal vez tienes más luz de la que creías.

Esas palabras fueron de las cosas más puras y sinceras que me habían dicho nunca. Ella era especial.

—Te echaré de menos cuando me marche— dijo.

— ¡¿Cómo?!— pregunté.

— Cuando vuelva a Mystic Falls en cuanto la boda termine— dijo

— ¿Te marchas?— pregunté.

—Si— dijo— Debo seguir con mi vida.

Le cogí de la mano.

— Espero que seas muy feliz y que la vida te regale lo mejor. Espero que encuentres a una persona que este a la altura de quererte y que te regale todo su tiempo. Que te haga sentir magia.— dije.

Era realmente lo que deseaba para ella. No era justo que le siguiera haciendo daño. No era bueno para ninguno de los dos. Espero que encuentre a alguien que la quiera tanto como yo lo hago. La quiero, pero no sabemos querernos.

Me abrazó. Era un abrazo lleno de tristeza y melancolía, y, en ese momento sentí que estaba dejando marchar a alguien imprescindible en mi vida y comprendí lo que dolía. Tal vez me arrepentiría o tal vez simplemente sería feliz. Por ahora, solo existía ese momento.

— ¡Klaus!— dijo Elijah entrando de golpe a la habitación— Es la hora. Debes salir.

Miré a Elijah y luego a Caroline. Iba a salir a casarme y pronto descubriría que tal vez había hecho la elección equivocada.


Holaaaa!!

He escrito el próximo capítulo lo más sincero y especial que he podido. Estas dos semanas siguientes no podré escribir pero ya les tengo preparado el capítulo para que lo pedan leer. Espero que les guste muchísimo ya que la historia ya termina.

¿Qué creen que pasará al final?

We belong together (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora