Las mejores amistades se encuentra cuando menos te lo esperas

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Paolo: ¡no lo se ¿vale?!, desde que Nakata no esta aquí siento que tengo un enorme peso encima y no puedo fallarle hasta que vuelva, ni con el equipo ni contigo y si tu no me dejas saber que es lo que estas haciendo no puedo...

Yo: pero es que ¿por que tienes que saber lo que estoy haciendo? ¿es que acaso ahora no puedo tener una vida privada?

Paolo: si puedes es solo que...

Yo: ¿sientes que si Nakata estuviese aquí haría las cosas mejor? ¿es eso lo que pasa?¿que piensas que lo estas haciendo peor que el?

Paolo:...

Yo: ¡¿es en serio?! ¿todo esto por eso? si siempre eres tu el primero en decir que lo diferente no tiene porque ser peor, que cada no tiene que ser y aceptarse tal y como es y bla bla bla y ¿ahora eres tu el que esta intentando ser exactamente igual a otro? tu eres tu y Nakata es Nakata punto, no intentes ser como el porque no eres el.

Paolo: ya lo se... pero...

Yo: ¿entonces?

Paolo: no lo se...

Yo: bien, pues cuando lo sepas y tengas un buen argumento seguimos con esta discusión pero por ahora vete a dormir e intenta relajarte un poco.

Paolo: ¿que? no, espera si era yo quien te estaba echando la bronca a ti.

Yo: ¿si? pues ahora ya no.

Paolo: esta bien. Por cierto... deberías de llamar a Jude... estaba igual o mas preocupado que yo así que supongo que le gustaría poder hablar contigo.

Yo: buff, bien lo haré pero después de dormir un rato.

Paolo: ¿estas segura? yo no esperaría a...

Yo: ¿quieres dejar de meterte en mi vida por una vez? se lo que hago.

Paolo: yo solo decía...

Yo: ya lo se, hasta mañana

Paolo: hasta mañana...

Yo (pensamiento): de verdad, que día llevo. En fin, debería de dormir aunque sea un par de horas  y ya me ocupare de Jude maña- ¿que es ese sonido?

Subí las escaleras con (la verdad) poco sigilo siguiendo el ruido que venia desde mi habitación, más concretamente desde la ventana. Nada mas llegar vi como una pequeña piedra golpeaba el cristal lo que claramente quería decir que había alguien debajo de mi ventana queriendo llamar mi atención así que con toda la pereza de mundo decidí no ignorarlo y abrir la ventana aunque me arrepentí casi al instante ya que casi me quedo sin ojo por una piedra que habían lanzado a la ventana.

Cuando me asomé, mentiría si dijese que me sorprendió ver a Jude debajo ya que podía ser la persona mas sensata y lógica que había conocido pero seguía siendo un adolescente loco por el fútbol que de vez en cuando hacia alguna que otra locura así que allí se encontraba, debajo de mi ventana a las dos de la madrugada.

Yo: ¿que haces? ¿a caso pretendías dejarme ciega?

Jude: tenemos que hablar.

Yo (pensamiento): mierda.

Yo: bien, bajo en unos segundos.

Así que corrí escaleras abajo como si no hubiese un mañana rezando para que nadie saliese a mirar si me encontraba en el albergue o no aunque por lo menos cerré la puerta lo mas silenciosamente posible para evitar curiosos aunque después del escándalo que había montado lo raro es que no hubiesen salido ya a curiosear.

El secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora