Tras aproximadamente una hora llega Shannon, con esos andares pesados que le caracterizan, siempre que le veo andar me parece que es como si tuviera dos columnas de mármol en lugar de piernas.

Nos quedamos los tres callados, simplemente esperamos mientras en nuestro interior pedimos que todo salga bien.

Como quiero dejar de llorar para no preocuparles más decido evadirme, utilizar esa táctica que tanto he debido usar a lo largo de mi vida y pensar en todo menos en lo que está sucediendo.

Me centro en la vistas de la ventana, viendo pasar los coches, las luces se van apagando y la luz natural pasa a ser artificial, todo afuera está iluminado por farolas. Desde aquí los coches parecen manchas oscuras que se mueven a gran velocidad, como si fueran bichos haciendo una carrera. Me doy cuenta de lo rápido que van todos, nuestras vidas se han convertido en un constante movimiento, de cada al trabajo y de ahí de nuevo a casa, intentamos disfrutar de la familia, de actividades de ocio, pero todo lo hacemos de la misma forma, corriendo. Toda nuestra vida pasa a velocidad, sin detenernos a disfrutar de esos momentos de descanso que se supone que deberíamos de tener. Siempre hay algo, tenemos que acabar alguna faena del trabajo, arreglar la casa, ir a cenar con alguien y después ir a otro sitio rápido para no llegar tarde... La sociedad nos obliga a tener éxito, sino has fracasado en la vida, pero para tenerlo hacemos todo frenéticamente sin disfrutar del camino.

_ Familiares de Jared Joseph Leto.

Vuelvo a mi realidad y me levanto corriendo al escuchar las palabras del médico, no sé cuánto tiempo ha pasado, solo sé que ya es muy de noche.

_ Doctor, ¿cómo ha ido? -le pregunta Constance angustiada-.

_ La operación ha sido un éxito. El golpe era menos grave de lo que parecía, si bien era muy doloroso no se había fracturado ninguna vértebra. Pese a eso hemos tenido que intervenir en 8 vértebras, el postoperatorio será duro y la rehabilitación larga.

_ No se preocupe por eso, estaremos encima de Jared para que las cumpla a raja tabla.

_ Hasta mañana no creo que despierte, le están llevando ya a su habitación, en un rato podrán ir a visitarlo.

Aliviada me voy un segundo al baño, necesito estar sola. Busco unos que estén alejados de la sala de espera y al ver que están vacíos me escondo y me desplomo. Me siento en el suelo al notar que las piernas me tiemblan, por fin puedo llorar cuanto quiera, sacar a flote todas estas emociones que no he podido mostrar para no asustar a los demás. Dejo que mis lágrimas salgan en silencio, haciendo que el efecto purgativo que tienen hagan efecto, que limpien todo este miedo que he pasado, la angustia, el malestar.

Suspiro y no puedo evitar reírme, como si fuera bipolar comienzo a reírme mientras las lágrimas continúan saliendo. ¿En qué momento ha pasado esto? ¿Desde cuando Jared ha vuelto a convertirse en esto para mí? Se suponía que ya le había superado, sin embargo en estas horas solo podía pensar que pasara lo que pasara, yo iba a estar a su lado por siempre.

*****

Me despierto por los lloros de un bebé, asustada miro a todas partes hasta que veo al odioso muñeco de mi hija. Tara nunca ha sido una niña de jugar con bebés, siempre ha preferido cosas más creativas, creo que no ha heredado un instinto maternal tan fuerte como el mío. Sin embargo mi prima le regaló por su cumpleaños un muñeco de un bebé que llora cuando le quitan el chupete. No sé por qué, pero mi hija últimamente le ha dado por jugar con él.

Suspiro aliviada al darme cuenta de que no era mi hija la que lloraba, por un par de segundos ha sido como si volviera al pasado. Cojo el muñeco cabezón y le pongo el chupete en la boca para que se calle, aunque debo admitir que me viene bien que me haya despertado porque no debería de haberme quedado dormida, se supone que estoy cuidando de Tara, pero es que estoy muy cansada.

Bright Lights (Luces brillantes) -COMPLETADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora