-Eres una tonta.-Le decía mientras la tomaba para cargarla como princesa, por lo que aunque no se notara por la fiebre, Mikasa se sonroja más. (*-*)

-E-eren…-Decía con una voz algo débil, esta cierra los ojos quedándose dormida al minuto por lo débil que estaba, Eren cumple llevándola y recostándola en la cama, ésta no se movía, sólo seguía durmiendo.

-Parece un Ángel.-Pensaba Eren sonrojándose un poco, este sin darse cuenta levanta su mano y acaricia su rostro, en eso entra la enfermera y lo mira.

-Vaya, que preocupado ha de estar su novio.- Le decía con voz burlona.

-N-no es mi novia.-Le respondía quitando se mano rápidamente.

-Si claro.- decía acercándosele a ellos dos empezando a revisar a Mikasa.- Por lo que veo solo es un pequeño resfriado, con descanso, toallas húmedas en su frente se le pasará.-Le decía con una sonrisa.-¡Pero debes cuidarla con mucha delicadeza y cariño eh! – Le decía guiñándole el ojo por lo que Eren se sonrojo nuevamente.

Había pasado alrededor de media hora quizás, Mikasa empezaba a despertar aun sintiéndose algo débil, se levanta y la toalla húmeda que estaba en su frente se cae.- ¿dónde estoy?- Se preguntaba mientras iba recordando lo que había pasado.- ¿Dónde está Eren? – En eso la puerta se abre y ahí estaba Eren, con algo de comida que le había traído.

-Oh, ya despertaste, menos mal así no tendré que hacerlo yo, te traje algo de comer.-Le decía sentándose en la silla junto a la cama.-Más te vale la comas toda, debes comer bien para recuperarte.

-Eren…- Le decía sonrojada aún por la fiebre y por estar un poco apenada.

-¿Qué pasa? Empieza a comer… ¿O te la tengo que dar yo?-Le decía tomando la cucharilla con un poco de sopa y la lleva en dirección a su boca, esto produce un poco de nervios en Mikasa, ¿Cuándo Eren había hecho tales actos por ella? Se puso a pensar que ella casi no se enfermaba por no decir nunca, por lo que Eren casi nunca había actuado de ese modo tan extremadamente dulce no era que le molestara, pero le sorprendía y le gustaba, le gustaba mucho verlo preocupado por ella y que le atendiera, después de todo Sasha tenia razón, necesitaba ser atendida por él al menos una vez en la vida.-Abre.-Le ordenaba Eren por lo que ella obedece y este le mete la cucharilla en su boca.-Buena chica.-Le decía tomando más sopa, así continuaron hasta que se la acabó toda.

-Gracias, Eren.-Le decía acostándose de nuevo ya que aún se sentía algo débil.

-De nada, sabes que puedes contar y confiar en mí.-Le decía levantándose y acercándose a su rostro por lo que Mikasa abre más sus ojos sorprendida por su acción, él se va acercando más hasta el punto que pensó que la besaría en los labios, ella cerró sus ojos, para luego sentir los labios de Eren en su frente, por lo que abre los ojos de nuevo.

-E-Eren.-Le decía un poco apenada tapando con su sabana la mitad de su rostro, por lo que Eren le sonríe por esa tierna acción.

Acto seguido Mikasa se queda dormida, Eren no dejó de vigilarla en todo el resto del día por si su fiebre subía, al fijarse que ya había bajado se despreocupó un poco, ya habían pasado varias horas, por lo que Mikasa empezó a despertar, lo primero que ve es a Eren quien estaba sentado pero recostado sobre su cama dormido, esta le sonríe y le acaricia el cabello, provocando que se despertara.

-¿Umm? Mikasa…- Le decía con voz adormilada. -¿cómo sigues?

-Bien, ya no me siento débil.-Le respondía con una sonrisa, Eren se levantó y la abrazó, cosa que le sorprendo demasiado de su parte.

-Que bueno que ya estés bien, ¿no vuelvas a preocuparme de ese modo si?-Le decía sin dejar de abrazarla, Mikasa estaba muy roja, y esta vez no por la fiebre.

-Sí…-Le decía Mikasa correspondiendo el abrazo, de verdad estaba muy feliz, sentir a Eren tan cerca, que se preocupara por ella, se sentía importante, Sasha tenía razón, debía agradecérselo de algún modo.-Luego te conseguiré unas papas hervidas o algo muy rico de comer, Shasha.-Pensaba ella, luego la puerta se abre entrando la enfermera.

-¡Oh que bien! Tu novia ya se ha mejorado.-Le decía esta burlona de nuevo, provocando que ambos se sonrojaran y se separaran de inmediato.

-¡Que no es mi novia!-Le decía Eren un poco alterado.

A Mikasa ya le permitieron retirarse a su casa junto con Eren, ella no podía estar más feliz, de verdad que tenía que comprarle esas papas a Sasha…

Haré que me creas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora