—Cierto, cierto... — asintió y luego se quedó mirando al techo —oh mira, esos globos sirven ¿cierto?

—Sí, yo lo tomo — dijo él y sigilosamente tomo un par — necesito que vayas al cuarto de Kuroo y le empaques en algo ropa interior ¿ok?

—Ok, y ella quería pastel. Así que pastel también empaquemos.

—Necesitamos velas.

—Sé dónde Kuroo guarda las velas.

—Bien, tú te encargas de eso y la ropa interior... yo de las decoraciones y juntos del pastel ¿ok?

—Ok.

—Es un secreto ente nosotros ¿vale?

—Vale.

Y así ambos se fueron a realizar sus tareas. Satoru empezó a recoger cosas de la decoración para llevarlas a su casa y entre eso se quedó mirando el letrero de feliz cumpleaños que iba de pared a pared.

—Sí, creo que necesitaremos uno.

Y así utilizo varias de sus habilidades para robar parte de la decoración de la fiesta y llevársela a la suya sin que nadie se diers cuenta o al menos eso era lo que él y la peli cereza pensaban.

Entre tanto, Yona ya había empacado la ropa interior de Androssi y ahora estaba en la cocina buscando las velas.

—Yona— la voz de Hak hizo que ella se sobresaltase. —¿Qué estás haciendo?

—Yo— se señaló así misma —nada, nada.

No le puedo decir. Azul dijo que era un secreto – pensó ella mientras seguía buscando en las gavetas de la alacena.

—¿Nada? — le preguntó él curioso recostándose sobre el marco de la puerta. —¿Y por qué luces como si estuvieras tramando algo?

—No tramo nada, Hak — dijo ella sin dejar de buscar hasta encontrar las velas del 23 —¡Aquí están!

—¿Aquí están qué? ¿Las velas? — le dijo Hak acercándose a ella — Pero si el dulce ya tiene.

—Ah sí, pero quería unas de repuesto — contesto nervioso alejándose de él — voy al baño, no me esperes.

Camino hacia el pasillo hasta chocarse con Satoru.

—¡Oup! — dijeron ambos.

—¿Ya tienes todo?

—Sí, sí... solo falta el dulce.

—Bien dejemos todo aquí en el pasillo nadie vera cuando me tele transporte, pero igual vigilas.

—Está bien, vamos por el pastel.

Satoru y Yona se encontraban con un gran cuchillo tras la mesa central la cual contenía el enorme dulce que ella y Erina Nakiri habían hecho para Androssi. De la mesa solo sobresalían su cabellera blanca y la cabellera cereza, y parte de los ojos cielo y violetas. Miraban sigilosamente, como los secuaces que eran, de un lado al otro esperando que nadie se diera cuenta del crimen que cometerían.

—Bien, nadie está viendo — dijo Satoru.

—Cortaré el pastel —dijo ella acercándose sigilosa al pastel y cometiendo el asesinato de dulce de cumpleaños, para luego darle el pedazo a Satoru. — Lis...

—¿Ustedes dos qué están haciendo? — dijo Hak haciendo que aquel peculiar par se sobresaltase por su voz.

Él estuvo viendo todo lo que hicieron desde que llegó el albino, extrañándose por su actuar y su complicidad, después de todo aquel par antes y a penas dirigían palabra de vez en cuando.

El Chico de la Venda en los ojos I & II (Satoru Gojo x OC)Where stories live. Discover now