- No te preocupes Maximiliano, y es verdad, aun no tenemos la suficiente confianza como para contarnos cosas bastante personales, nosotros solo tenemos sexo. – me encojo de hombros.

- ¿Por qué suenas como si estuvieras enojada? – me rio por lo bajo.

- Porque quiero escapar de aquí, no quiero estar más en esta incomoda cena la cual es algo familiar.

- Pero mi ex esta y no hace parte de mi familia.

- No me pidas que me quede Maximiliano. – comienzo a negar con mi cabeza.

- Por favor, por favor, por favor, por favor. – une sus manos como si fuera a rezar. – si te quedas te prometo que te daré el mejor orgasmo de tu vida.

- Max veníamos a follar, obviamente iba a tener un orgasmo.

- Sí, pero no el mejor orgasmo de tu vida. – me toma de la cintura y me pega a su cuerpo. Nuestras respiraciones se mezclan haciéndome sonriera y luego morder mis labios.

- Me estas sobornando con tu pene. – susurro sobre sus labios haciéndolo carcajear.

- Yo sé que te encanta. – responde. – así que ¿Qué me dices?

- Más te vale que sea el mejor de mi vida.

- Pronto lo sentirás.

Maximiliano me da un pequeño beso y volvemos al comedor, los comensales se encontraban cuchicheando y al vernos entras se detienen, nos sentamos en nuestros respectivos puestos y comenzamos a comer como si nada hubiera sucedido.

- Sé que vinieron Thiago. – comienza diciendo Maximiliano. – pero aún es muy pronto.

- Max, ya han pasado 4 años. – habla la Ex de Maximiliano. – debes ir a verlo.

- Para mi sigue siendo muy pronto porque no puedo sacarlo de un año para el otro.

- Creo que esto deberíamos hablarlo en familia. – comenta la que parece ser la madre de Max, viéndome fijamente.

- No. – responde tajante Maximiliano. – se los deje en claro a todos y siguen insistiendo una y otra vez, el día que esté preparado para ir verlo, lo hare, mientras tanto dejemos aquello en paz.

- Señorita sé que nuestro hijo es un poco terco, pero realmente necesitamos hablar este tema en familia. – se inclina la madre de Maximiliano hacia delante. – así que le pido que se retire decentemente.

- Señora su hijo dejo en claro que no quería hablar del tema de que sea que no quiere hablar, ¿no es mejor respetar su decisión? Y otra cosa ¿Cómo se sale de una forma indecente?

- ¡Insolente! – exclamo su abuela. - ¡Mujer de la vida galante!

- Mire señora, mujer de la vida galante no soy, tengo una gran empresa la cual manejo desde los 22 años, así que le pido que se disculpe por llamarme Zorra.

- No sabes realmente de lo que hablas. – acota la tal Katy.

- Nop. – remarco la P. – porque respeto que Maximiliano no me quiera contar lo que lo tiene acongojado.

- Pues yo te lo contare. – la chica se levanta de su asiento.

- Veo que aquí a todos les gusta pasarse por la faja todos los deseos de otros. – bufo. – si llegas abrir tu enorme bocota te tirare este plato de comida en la cara, tú decides. – tomo el plato entre mis manos preparada.

Recuerdos de un viejo amor (2 libro de las gorditas tambien se enamoran)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora