—Ross, cierra la boca! —Dije con una sonrisa en mis labios.

El río abiertamente —Venus, me cuestas como a tus seis años más de tres gallinas te picaron y casi te desmayas, ¿Y me pides que no me ría? —Otra risa escapó de sus labios.

Estábamos en un bar cercano a nuestro departamento, Jack tomaba una cerveza helada, mientras yo opte por un helado.

Dios, que calor!

—¡Ya deja de reírte!

Jack agarraba su estómago, intentando controlar su risa —¡No puedo! Imaginar a una pobre niña gritando y huyendo de los gallos es —Su risa lo no dejo continuar —¡Me duele la panza! —Confeso mientras reía.

Inevitablemente me reí, su risa era bastante linda y contagiosa.

—¡Cállate!

Jack parecía ponerse violeta —¡Voy a morir de risa! —Escupio.

Eso me preocupo.

Me acerque a el —Jack, ¿Estás bien?

Me miro —Si. —Dijo como pudo.

Volví a mi lugar —Deja de reír.

—Bien —Su risa ya se había calmado.

—¿Tu que puedes contarme? —Apoye mis codos sobre la mesa.

El hizo una mueca —Mi infancia no fue muy bueno.

—Oh, lo lamento.

Mi respuesta parecio llevarse su atención, sus ojos conectaron con los míos, pero luego miro su cerveza.

Pude ver con claridad, ellos decían ; Angustia.

—¿Sabes? —Volvi a hablar. —Cuando era niña me enfadaba mucho —Hice una mueca — Es Ironico por qué hoy en día me cuenta enfadarme —Jack me sonrió —El punto es que... Cuando era niña y me enfadaba demasiado mi padre me llevaba a una heladería artesanal y me daba un helado —Alse el que tenía en las manos —siempre me compraba de chocolate, era delicioso —Una sonrisa se extendió por mi rostro.

>> Pero entonces un día el helado de chocolate se que callo, me puse roja de la rabia y con mis poderosos ochos años le grite a la heladera "¡Se me resbaló el helado de las manos!" Chillé hacia la mujer "¡Tus helados son muy defectuosos, muy resbaladizos!" La pobre señora me veía como si estuviera loca, y un poco lo estaba.

Sus ojos brillaron en intriga pura—¿Y luego que pasó?

Me encogí de hombros —Hable con mi padre, le dije que debíamos hacerle juicio a la señora por vender helados defectuosos.

Jack sonrió con diversión —¿Lo hicieron?

—¡No! Claro que no. Solo era una estúpida niña mimada, no íbamos a hacerle juicio a nadie porque fui tan estúpida como para que se me callera el helado en mis narices.

Y otra vez jack empezó a reír.

Después de eso fui al departamento, para estar sola otra vez, y ustedes se preguntarán
¿Jack ya volvío con sus amigos? Pues no, sigue viviendo conmigo pero últimamente pasa gran parte de su día en el set de grabación, o con Vivian.

Llegué a la casa, dejando mi bolso perezosamente en el sillón, pero entonces algo, o más bien alguien se quejo.

— Auch!

Solté por sorpresa — ¿Que mierda?

— Soy yo. — Murmuro en voz baja.

Frunció el ceño extraña —¿Ross?

Contigo - Jack Ross Donde viven las historias. Descúbrelo ahora