HyoRi se encontraba con los ojos llorosos, mirándolo fijo a los ojos.

—¿Crees que puedas responderme?... sino puedes, lo entenderé. Te daré tu espacio si así lo deseas.

—Yo...

—No tienes que responder ahora solo...

—Si... —respondió interrumpiéndolo. Las lagrimas que había estado intentando contener, no quería llorar, pero le fue imposible. —Yo... desde la primera ves que lo vi, con aquella ropa tan normal y corriente, quede rendida, pero cuando supe que eras hijo del señor Lee y que estabas comprometido, tuve que dejar todos mis sentimientos de lado.

—Pero ya no lo soy. Soy libre.

—Pero no puedo estar con alguien que será la burla de todos con una pobretona como yo.

—Es que nadie se va a burlar y tampoco lo permitiría —comentó seguro de sus palabras. Se acerco mas para remover las lagrimas que corrían por sus mejillas. No le gustaba verla llorar. —Prefiero ser feliz con una mujer que tal ves puede ser pobre, pero no es interesada, a una mujer que es interesada y obsesiva. Antes la elegí a ella por que me la metieron a la cabeza, pero ahora yo decido por mi felicidad, no por conveniencia y un supuesto amor.

—Yo no quiero que sea infeliz por mi culpa —le dijo llorando.

—Estos meses, para mí, han sido los mas felices que yo haya podido tener. Con ella solo eran peleas, contigo no. Contigo me acostaba en aquella cama incomoda, pensando que en mi cama estabas cómoda. Que pasaba por la habitación y verte dormir me sacaba las mejores sonrisas. Que cada ves que te veía comiendo aquellas frutas con chocolates, sonreía de verte comer con aquella sonrisa que dabas luego de cada mordisco. Aquella noche que estabas con fiebre, y que te apegaste a mi por que tenias mucho frío, yo me sentí feliz, pleno. Que cada ves que salía a trabajar, solo pensaba en regresar, solo por verte. Que aquella noche que te vi desesperada por mi, y que reaccionaste dándome un beso, cada noche, soñaba con volver a hacerlo. Yo nunca había sentido algo así por nadie. Ni siquiera con SoYeon... Me gustaría saber, si ahora que tenemos a nuestra hija con nosotros, y que ambos sentimos lo mismo, hay una posibilidad de... formar una familia —estaba nervioso de la respuesta que ella le pudiera dar.

—Toda mi vida, quise una familia. Un Hombre que me amara y que me protegiera, pero...

—Eso es un ¿no?— pregunto el cabizbajo.

—Si... —alzo la mirada, algo triste. —Es un si. —sus ojos se le abrieron al igual que la sonrisa  se asombro.

—¿De verdad? ¿Es un sí?

—Si.

Se levanto de su lugar y se acerco a ella. Quien con ojos llorosos y una sonrisa, se preparo para algo que había estado esperando que sucediera por segunda ves. Aquel beso con que había soñado más de una ves.

Donghae con suavidad seco aquellas lagrimas que salían de sus ojos, y mientras la miraba fijo a los ojos, se iba acercando poco a poco. Disfrutando del intercambio de miradas. Hasta que sus labios  rosaron y se fundieron en aquel hermoso bello que ambos anhelaban, el principio de muchos. Por que su nueva vida, comenzaba ahora.

El beso fue interrumpido por una enfermera al tocar la puerta, quien traía a la pequeña despierta y llorando. Se la entraron en brazos vestida con un mono lila, y un gorrino blanco, las botas y los gustas del mismo color del mono. DongHae le dio su espacio para amamantar a la pequeña y no se sintiera incomoda. Su amiga su madre y ahora su suegra entraban a la habitación luego de que DongHae fuera por ellas, para que conocieran a la pequeña.

—Es hermosa —dijo su madre al acercársele.

—¿La quieres cargar? —pregunto ella. Su madre la miro algo dudosa. —No muerde.

SooJin comenzó a reírse por el comentario tan chistoso que había lanzado de la nada su amiga. Su madre la tomo en brazos mirándola detenidamente. Sus rasgos, su mirada, todo. Era hermosísima. Y DongHae tenia razón cuando había dicho que sus ojos eran muy parecidos a los de él. Una mirada muy despierta.

—¡Mírala! Se esta sonriendo —hablo la madre de DongHae.

Al cabo de un rato, la pequeña fue devuelta a los bravos de HyoRi. Ya dormida y con DongHae sentado a su lado. Su ahora suegra, que aun no sabia nada de su comienzo de relación, vio esas miradas más notorias que otras veces. Así que le fue inevitable no preguntar:

—Y bien... ¿Nos tienen algo que decir?

DongHae y HyoRi se miraron, y sonrieron.

—Pues sí... —respondió DongHae. —Pero antes, HyoRi quiere decirles algo.

—A ver, déjenme sentarme primero, así no me desmayo de la impresión —dijo SooJin tomando asiento para luego echarse a reír mientras todos la miraban. —Era una broma, pero sí, déjenme ponerme cómoda.

—Pues la verdad es que... Ni siquiera sé como decirlo, pero primero necesito que mamá se siente. No quiero que se vaya a desmayar.

Ella tomo asiento algo nerviosa y en espera de lo que tenia que decirles.

—Pues... durante los últimos tres meses, estuve pensando que nombre ponerle en caso de ser niño o niña. Si hubiera sido niño, pues se hubiera llamado igual que su padre, pero como fue niña, pues... —Miro a su madre y le sonrió. —La abuela se llamaba HyoYoung y tu te llamas MiYoung, así que mi niña llevara el nombre de dos personas importantes para mi... —los ojos de ambas se cristalizaron sin aun decir el nombre definitivo de la pequeña. — Se llamara  HyoMi.

Todas comenzaron a llorar. DongHae aun teniendo ganas de hacerlo, se contuvo bastante. Estaban todos conmocionados y felices por la nueva integrante de la familia.

DongHae le pidió a SooJin conseguirle algo más que flores. Era su cumpleaños y merecía más que flores. Le dejo su tarjeta para que le comprase algo. Ella la conocía mucho mejor que él.

—¿Sabes que día es hoy? —le pregunto su madre.

—No —respondió riéndose un poco mientras observa a su pequeña en sus brazos. Levanto la mirada y dijo: —La verdad no sé que días vivo. Desde que me fui de la casa, sabes que ni siquiera miraba el calendario.

—Hoy es 16 de agosto —dijo DongHae mirándola.

Ella aun no había caído en cuanta con sus palabras. Todos la miraban y la confusión comenzó a invadir sus pensamientos. No comprendía el por que la miraban de aquella manera, pero no fue que su madre le sonrió.

—¿16? ¿16 de agosto? —cuestiono ella. Todos asintieron. —Hoy es... — llevo sus manos a la boca mientras que sus ojos se cristalizaron de la emoción. —Mi niña... yo —comenzó a decir, pero de la emoción no podía hablar bien.

—Si amor, ambas ahora cumplen el mismo día —comento su madre sonriendo.

—Feliz cumpleaños —dijo DongHae inclinándose para besarla.

—Gracias.

—Veo que ya hay algo mas entre ustedes —dice la madre de DongHae sonriendo.

Ambos se miraron y se sonrieron, con la excepción de que HyoRi tenia las mejillas un poco rojas.

—Hemos decidido comenzar una relación —dijo DongHae sonriendo. —Poco a poco, pero sí, estamos juntos.

—Espero sean muy pero muy felices. Ustedes se lo merecen —dice su ahora oficial suegra.

—Créame que la haré muy feliz. Le haré tener miles de sonrisas. Nunca más volverá a llorar —le aseguro.

No había duda que haría valer sus palabras. Por fin podía decir que alguien estaría para él, y él para ella en todo momento. Con ella toda esa presión que sentía antes, se había marchado. Su seguridad con ella de su lado se fortalecía aun mas. Con SoYeon intento tantas veces sentirse seguro de algo, pero no, nunca pudo sentir esa seguridad que tanto anhelaba. Eran peleas, y las peleas ella la quería resolver de una sola manera: Teniendo sexo. Y no todo podía ser resuelto por medio de un momento de intimidad. Habían cosas mayores que se tenían que resolver hablando y con seriedad. En cambio con HyoRi todo era tan sencillo y tranquilo. Estaba seguro de que a su lado, ambos serian felices, y ahora con su pequeña HyoMi, mucho mas.

La Secretaria (Lee DongHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora