— Mejor, porque me estaba aburriendo, no es como si me hubiera estado divirtiendo en ese lugar. — Expreso con arrogancia, lo sucedido en la fiesta y sumando el aburrimiento. — Pero lo más importante... — Miró a otro lado, tratando de contener su voz que se le quebraba. — ¿Cómo es posible que bailes con él como si nada?

— ¿Y por qué no? — El de bufanda, lejos de buscar apaciguar las cosas, las provocaba más, sin notarlo, no era un experto en relaciones románticas. — Tú fuiste quien quiso quedarse sentado con tu querido subordinado.

— Ay Jefe, ¿me quiere?

— Cierra la boca. — Ordeno mirando al de cuencas vacías. Se volvió a Ink y continuo. — Al menos acepté acompañarte y sabes que no me gustan esos eventos, pero hice el esfuerzo.

— No parecía que te hubieras esforzado, hiciste un drama solo por una estupidez.

— ¿Cómo no quieres que este así? ¿No qué es tu enemigo?

— ¡Capaz solo quiere hacer las paces conmigo!

— Si, el negro quiere hacer las paces. — Dijo entre tosidos falsos

— No te metas, Killer.

Esta vez Ink fue el que lo mando a callar, ambas de sus pupilas permanecían brillando de un color rojo debido al enfado, no era necesario que gritara, su voz se mostraba ronca por el enfado.

Tanto Killer como Nightmare se vieron de reojo, sabían bien que el destructor no tenía intensión alguna de amistarse con el guardián. Ink se mostró por ese silencio por parte de ambos, buscando comprender si se había perdido de algo, pero ninguno de ellos hablo.

— ¿Qué?

— Ink, no te acerques a él. — El negativo mostraba un claro rechazo por la sola idea. — Te va a manipular.

Se acercó al pintor colocando una mano en su mejilla, acariciando aquella mancha de tinta que tanto le gustaba, sin importarle si su subordinado fuera expectante de eso. Pero Ink ante la caricia mostró rechazo, retirando su mano de forma lenta para que dejara de tocarlo.

— ¿A qué viene eso, Nightmare?

— Sé bien que eres un idiota, pero no debes exagerar tanto conmigo.

Ambos esqueletos estaban discutiendo en el castillo del de aura oscura, Killer siendo testigo de la pelea, nada más mirando a un costado de su jefe, se acercó para evitar una pelea física entre ambos.

Ink desprendía enojo, se notaba en sus pupilas, rojas, y el ceño fruncido, la mirada de Nightmare no pasaba desapercibida, limpio una de su cuenca de forma rápida, lanzando esa espesa negatividad que desprendía al suelo. El asesino estaba fascinado, era entretenido verlos en esa situación, aunque le gustaba verlos como pareja, pese a que sentir una atracción física y sexual por ambos esqueletos.

Esperaba que al final terminaran reconciliándose o una tontería de ese estilo con tan solo seguir viendo a ambos.

Pero por como iba la cosa, no veía muchas probabilidades para que terminen en buen término, al menos no ahora.

— Eres un imbécil. — Insulto el de cuencas coloridas. — ¿Por qué tenías que atacarlo? Estábamos bailando... Nunca debí llevarte.

— Por poco y parecían que querían besarse.

— ¿Me crees que soy tan tonto como para pensar en hacerlo delante de ti? — El de corona lo miro con cierta obviedad, pero conservando el disgusto a lo que se apresuró en corregirse. — No me respondas, sé que a veces soy tonto.

— Él tenía otras intensiones, yo lo sé.

Aseguro, tratando de no inquietarse, pero su tono firme y fuerte hacía que Ink continuara de malas y eso que trato de alivianar la situación tratando de bromear con eso de ser un tonto. Ink algo harto, se acercó a quien era su pareja y lo tomo desde los costados de sus brazos, apretando ambos, viendo directamente a sus pupilas bi color, ignorando de que de una de sus cuencas comenzaba a salir negatividad. Solo podía pensar como el ajeno creía que le sería infiel, se preguntaba si en todo ese tiempo había hecho algo que pusiera en duda su fidelidad.

❝Eternidad❞ ©Where stories live. Discover now