DIANA'S POV

- deberíamos quedarnos aquí – dije mientras acariciaba su abdomen desnudo

- la reina Diana queriendo huir de sus responsabilidades ¡que terrible! –

- no seas mala conmigo... hace mucho no te veo... ¿Qué tiene de malo querer quedarme en este lugar con la mujer que amo? –

- en que hay mucho por hacer, y si seguimos demorando entonces no podremos volver a tu castillo para estar más... cómodas –

- ni tan cómodas, el idiota está allá –

- ah, ni cuenta se da – suspiró – por cierto... ¿lo designaste como rey regente? –

- no cariño... designé a Lady Selena como noble a cargo... si lo coloco a él en esa posición, gastaría todo el dinero de las arcas –

- decisión sabia de tu parte cariño... -

No pudimos hablar mucho más, escuchamos unos cuantos golpes en nuestra puerta, tuvimos que vestirnos rápidamente

- mi general... - era uno de los soldados

- ¿Qué pasa? –

- soldados papales han venido por ustedes –

- oh... diles que pueden volver al complejo papal, la reina será escoltada por la comitiva real –

- si mi general – mi amada cerró la puerta de nueva cuenta y se acercó a mi

- la papisa quiere controlar nuestro horario de regreso – sonreí

- debemos evitar toparnos con cualquiera – me abrazó – ambas tenemos el mismo aroma... -

- y me encanta... - besé su mejilla

La vi lavar sus manos en el cuenco y luego me escoltó hacia la salida, caminé a su lado hasta salir de la posada

- ¿Por qué siguen aquí? – preguntó mi amor

- Su Santidad nos ordenó que no nos moviéramos de aquí sin ustedes, es primordial asegurar que ambas lleguen a salvo al complejo papal – respondió el soldado

- bueno, lo agradezco –

Ambas nos apeamos sobre nuestros respectivos sementales y comenzamos la cabalgata, un par de soldados imperiales nos acompañaban... por si las cosas se tornaban complicadas, sabía que Aria no confiaba en los soldados papales, y la verdad es que yo tampoco...

En cuanto traspasamos las enormes puertas del complejo papal nos supimos libres de escoltas papales

- no olviden avisarme en cuanto los capitanes vuelvan de la misión –

- ¡SI MI GENERAL! – Aria despidió a los dos escoltas y volvió a mi encuentro

- ¿Qué harás más tarde? – preguntó sonriente

- no creo que podamos hacer mucho aquí – respondí

- es verdad – suspiró – quiero que todo esto termine –

- yo también... -

Ella me escoltó hasta mis habitaciones y se despidió de manera cordial, no podíamos darnos el lujo de descontrolarnos, no sabíamos quién podía estar espiándonos...

Desperté temprano, aún con el aroma de aquel aceite aferrado a mi piel, cada inhalación era un retazo de recuerdos de la tarde de ayer, deseaba con todo mi corazón tener más momentos así, momentos donde ella y yo nos ocupáramos de amarnos con todo lo que teníamos...

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora