FNF - Betrayal [Tabi & Agoti] CANCELADA

XII

Finalmente la enfermera fue la que se adentró en la habitación a revisar a Tabi, la máquina a la que estaba conectado además de su vendaje y… bueno, un chequeo rápido en general.

– Me sorprende lo rápido que te has adaptado a la cirugía. Tu cuerpo no muestra casi molestia, y tus heridas se han sanado casi en un 30%. ¡Eres fuerte chico! –
– Heh… gracias… –

La enfermera le siguió revisando con calma hasta verificar que todo estaba perfectamente.

Hecho eso se limpió un poco del sudor y salió de la habitación para buscarle algo de comer al ruso. Ya que había despertado no había necesidad de suministrarle los nutrientes a pura vena.

Y ahí es cuando el momento llegó.

Aldryx caminó con cuidado hacia la camilla viendo fijamente al ruso. Estaba preparado para lo que sea que llegara a pasar.

Tabi fijó su mirada en el recién llegado y, tras unos segundos ladeó levemente la cabeza para checar si realmente estaba bien o es que directamente se había vuelto loco.

¿Dos Agoti? Aunque… bueno, uno tiene traje de Indiana Jones y es rojo… pero son iguales. ¿Cómo es que eso pasó?
¿Acaso Agoti se clonó a sí mismo y le estaba jugando una broma? ¿Acaso estaba viendo doble? ¿O directamente todo seguía siendo un sueño?

Notando la confusión de Tabi Agoti rápidamente intentó explicar la situación.

– ¡T-tabs! ¡Relájate! Es mi hermano mayor, Aldryx. –
– Heyo. – saludó el mayor.
– Vino para ver qué había pasado y… de paso conocerte. Espero no te moleste… –
– … ¿Tenías un hermano? –

Agoti asintió algo apenado.
Si, fue algo estúpido no decirle que tenía hermano.

– Wow… yo nunca tuve uno. Qué… raro. –
– Seh, lo s- espera. ¿Nunca tuviste hermano alguno? ¿Aunque fuera adoptado? –
– Nope. –
– Oh… una lástima. –
– Supongo. –
– Seh… ahm… ¡Ah, sí! – Agoti se aclaró la garganta. – Aldryx, él es Tabi, mi amigo. Tabi, él es Aldryx, mi hermano mayor. –
– Un gusto Tabi. – Aldryx estiró su mano derecha.
– El gusto es mío Aldryx. – Tabi correspondió al apretón con su mano izquierda.
– Mi hermano me dijo que le salvaste a él y a mi padre de un drogadicto que quería asesinarlos. ¿Es eso correcto? –
– Uh… sí. Los encontré en medio de la madrugada en un callejón. Ese desgraciado logró apuñalar a Solazar… pero no fue nada grave. –
– ¿Cómo pudiste cargarme? Digo, tenías el brazo roto desde antes. – preguntó el adulto.
– Honestamente… no lo sé. Nunca sentí algún dolor o molestia en mi brazo derecho. ¿Cómo supieron que lo tenía quebrado si ni siquiera yo lo sabía? –
– Bueno… –

Y ahora empieza lo bueno.

Agoti y Solazar procedieron a explicarle todo lo ocurrido a Tabi. Desde su desmayo, pasando por la ambulancia, la sala de emergencias hasta la cirugía y su ahora recuperación muy larga.

Tabi no podía creer todo lo que escuchaba. ¿En serio se había desmayado así? ¿De verdad tenía tantos cortes y golpes?
Recordaba que los demonios rosas le dieron bastante castigo cuando lo secuestraron, pero no recordaba que hubiera sido tanto.

Seguramente el noqueo antes de que su casa se incendiara tenía que ver.

Tabi se sentía bastante abrumado con todo esto. Es decir, estaba tranquilamente en la sala de un amigo, y de repente en un lapso de -para él- un par de horas de sueño estaba en el hospital con un brazo fracturado, el cuerpo lleno de vendas y parches además de tener cables conectados a su cuerpo e incluso una mascarilla para respirar.