« Capítulo Uno »

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—¿Quién fue?—

Sonó más frío de lo que pretendía, pero al barman no pareció importarle.

—Midoriya, está sentado allá— señaló, desinteresado, sin dejar de hacer su trabajo.
—Es un niño problemático, pero es amable, así que no le des demasiada importancia a su regalo, no lo hizo para ofenderte, seguro que notó tu estado de ánimo—

—Disculpa ¿Cuál es tu nombre?—

La molestia se le subió un poco a la cabeza, casi soltando la pregunta con veneno.
¿Quién carajo se cree este extraño para asumir lo que siente? ¿Y qué quiere decir con “su estado de ánimo”? No hay nada malo con su estado de ánimo, no tiene derecho a decir nada, es irritante ver cómo todo el mundo es igual de idiota, razón por la que no soporta relacionarse con otras personas, son, sencillamente, una pérdida de tiempo, tiempo que ahora mismo podría estar usando para capturar a otros villanos que sí valgan la pena, no jugando tonterías de infiltrados para dar con ese tal Deku.

—... Kurogiri, llámame Kurogiri—

Basta con tener su nombre para asegurarse de, más tarde, mandar a revisar sus antecedentes y condenarlo un par de semanas, o meses, por algo mínimo al trabajo comunitario, e incluso darle un pequeño susto sobre ir a prisión, pero sabe que se le olvidará hacer semejante tontería infantil al calmar sus nervios, quedándose con el nombre de igual manera, pero no con los mismos propósitos absurdos.

Al menos podría voltear a ver al chico del que le habló, siendo un buen e improvisado cambio de tema para no seguir por la línea del enfrentamiento; volteó, topándose con la vista de un sujeto vestido con una camisa negra y pantalones de un azul tan oscuro que se confundía fácilmente con negro, llamándole la atención unas zapatillas rojas que no combinan en lo más mínimo con la fachada ruda que parecía querer aparentar, llamando su atención una parte de la camisa que se reflejaba mínimamente con la luz, quizá eran kanjis, pero no puede decirlo con certeza.

No tiene algo llamativo, en realidad, es muy sencillo, ninguna mutación, quirk visible, cabello de color chillón u ojos de... Hizo una doble toma, maldiciendo las luces demasiado tenues que le impedían ver adecuadamente, no tardando demasiado para confirmar lo que en un principio creyó ver, otro sospechoso.

[ ●●● ]

La noche avanzó, tres de la mañana cuando la castaña que había estado junto al peliverde todo este tiempo, se fue, dejándole vía libre para su primer movimiento, pidiendo una copa del trago más caro y enviándosela al tal “Midoriya”, agradeciendo infinitamente la escena del inicio, aquella que tanto lo molestó, o no tendría una excusa preparada en caso de que lo cuestione, el contrario se puso a sí mismo en la boca del lobo, ya puede imaginarlo acercarse junto al cómo irá la conversación.

—¿Por qué me enviaste una copa?

—Porque tu me enviaste una primero, así que es un agradecimiento.

Era una excusa perfecta.

Lo que no esperó fue que este enorme hombre se levantara en su máximo esplendor, caminando en su dirección, cosa que le hizo erizar la piel, en seguida sintiéndose intimidado por lo imponente de su presencia; cuando lo vió en los asientos a una distancia prudente y con luces bajas, lucía como alguien normal, no se veían mucho de sus facciones, tenía una estatura media y un poco musculoso, pero nada demasiado impresionante, en cambio, el que se vino a sentar a la silla a su lado parece capaz de partirle algo a alguien, tiene pecas y demasiadas cicatrices.

—Esperaste a que Uraraka se fuera— sonrió, con un sentimiento indescifrable.
—Ese es un movimiento muy bajo de tu parte ¿No lo crees?—

—¿Hmp? ¿A qué te refieres?—

La genuinidad de su voz y expresión lo hicieron retroceder, agitando ambas manos enguantadas en cuero negro, restándole importancia, quizá el más bajo es más ingenuo de lo que se ve, pensamiento que le sacó una sutil risa, en cambio, Shōto lo miró sin entender, con esa neutralidad que lo caracteriza, en verdad no entendió el doble sentido de la oración ni el porqué ahora se ríe, por supuesto, sabe que estaba esperando porque la chica se fuera, pero no el motivo sugerente en ello.

—No es nada, sólo quería agradecerte por la copa, no tenías por qué—

—Tu me enviaste una primero, fue un agradecimiento—

Perfecto.

—Me llamo Midoriya Izuku, un gusto...—

...

Esto parece cómico, pero, hasta ahora, no había tenido la necesidad de usar un nombre falso, se supone que debió crearlo hace tiempo, para su ficha, pero gracias al nulo conocimiento de ir encubierto junto a su propia actitud terca que, hasta el final, pensó que sería removido del caso, lo olvidó; Todoroki es un apellido muy común, puede usarlo para no confundirse, pero encontrar un nombre.

...

—Todoroki Yuki, lo mismo digo—

Estrecharon la mano, y Todoroki tuvo la oportunidad de ver mejor esa camisa negra, en la que antes creyó ver algo más, y, efectivamente, en kanjis del mismo tono, casi imposibles de ver, está escrita la frase:

« Me encontraste »

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⏰ Última actualización: Dec 25, 2021 ⏰

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