...
Días después
Mi relación con Jill se había fortificado, todo había florecido como esperaba, podríamos decir que vivíamos en un cuento de hadas hecho realidad.
Me sentía tan a gusto junto a ella, que no quería ni imaginarme como sería mi vida si no la hubiera conocido, inclusive estábamos planeando unas vacaciones fuera de la ciudad, algo fuera de la rutina que tanto nos molestaba, queríamos más privacidad y libertad para expresar nuestro afecto mutuo.
Jill ofrecía ideas locas, su pena conmigo había desaparecido, a tal punto que proponía viajes casuales y cenas de los más banales posibles.
Hace algunos días, ambos decidimos inscribirnos a una clase de repostería, las actividades y las sesiones eran bastante prácticas y sencillas al menos para mí, creó que estaba bendecido aunque no había explorado esa virtud.Por otra parte Jill se enfadada muy fácilmente, y se peleó varias veces con el instructor por no recibir las indicaciones adecuadas, vaya lugar, y decía esto porque había una terraza con una vista excepcional, recuerdo con picardía como casi ella y yo terminamos de la peor manera cuando no había nadie, el guardia de seguridad casi nos descubre en plena acción, no quería ni pensar que hubiera pasado si nos hubiera visto, yo con puros calcetines y Jill apenas con su sostén puesto, que locura.
De alguna manera, encontrábamos la forma de hacer algo nuevo cada día, a veces nos dábamos la mano para hacer la cena, y como ninguno de los era bueno en eso, a excepción de que yo era bueno los postres, hacíamos un completo desastre en la cocina, también practicábamos demasiado el ver películas de terror a la media noche, Jill es una enfermiza en ese tipo de género y me obliga a quedarme a su lado hasta las 3 de la mañana cuando la última de la larga lista se acaba.
Creó que nuestra inclusión a las actividades del otro va bastante bien, la semana pasada fuimos de compras a una tienda algo ostentosa, Jill sabía que odió esas actividades, por lo que intento ser rápida en elegir una prenda, probársela y preguntarme cómo le quedaba.
Las preguntas eran interesantes ¿Cómo se ve? ¿Te gusta? ¿Este me encanta, y a ti? ¿Oh León este vestido es hermoso, se verá bellísimo si lo conjugamos con un esmoquin para ti?
De alguna manera tenía que aguantar tanto aburrimiento para no hacerla sentir mal, aún así, en algunos momentos era divertido ver a Jill con un atuendo diferente cada 5 minutos, alguno me gustaba más que otro, pero en general, ella se veía hermosa con todo.Duramos horas ahí, hasta que ella se dio cuenta y se disculpó por haber perdido la noción del tiempo, al final se llevó un montón de bolsas que contenían prendas de gran variedad, el balance final podía llenar 2 maletas de viajé al tope, y cómo era de esperarse, tuve que hacerme cargo de ellas.
—Jill linda, está mañana dijiste que irías de compras, pero no creí que te comprarías media tienda.
Nuevamente se disculpó, era una costumbre para ella últimamente, y con un roce suave de su mano a mi mentón, fue suficiente para que yo guardara la compostura.
Ciertamente nos turnábamos a la hora de practicar una actividad ajena a la de nuestros gustos, creó que solo usábamos eso como excusa para darnos que cuenta que en varios aspectos no teníamos mucho en común, y que simplemente lo que anhelábamos era pasar los días completos tomados de la mano.
...
Un domingo por la mañana, el timbre de mi teléfono hizo eco en cada rincón de mis oídos, Jill me lanzó una almohada para que apagará el móvil que se había quedado sonando todo ese rato, molestando parte del sueño de ambos, que a decir verdad, dormir juntos ya se había vuelto el pan de cada día.
Así que tomé el teléfono y correspondí a la línea, mi sorpresa fue tal, que al reconocer la voz del mismísimo presidente quedé atónito.—León, tengo excelentes noticias, anoche se terminó el juicio, y como sabrás, el trato era que si el juicio seguía en pie, tu estarías alejado temporalmente de la D.S.O pues bien, eso ha terminado, hemos subido tu estatus al sistema por lo que te esperamos en la casa blanca la próxima semana, felicidades León, será genial que estés de vuelta.
Quedé completamente perplejo, rígido mejor dicho ¿Qué acaso mi aventura en la ciudad había terminado?
Jill percibió mi malestar y se acercó a mí para averiguar qué me pesaba, que había causado esa reacción tan extraña, pero no lo dije nada, no aún, quería asimilarlo, por supuesto ella sería la primera persona en saberlo, pero ahora lo único que quería era digerirlo, y eso era difícil, si mostraba una pequeña fisura de que podría estar ocultando algo, Jill no descansaría hasta sacarme la verdad, y sus métodos pueden ser tan normales como aterradores.
Por suerte pude mantener firme, desayunamos y hablamos de la visita de su madre aquel día, la verdad no me interesaba, no quería ni imaginarme la reacción de Jill cuando le diga que tendré que alejarme de la ciudad, y que tal vez, también me alejé de ella.
Temía su reacción, y peor aún, temía como podría vivir con eso.Debía pensar, por lo que no se me ocurrió una mejor manera de decírselo, que en una cena altamente costosa, si tenía suerte, la luz de la luna y la champagne harían lo suyo, amortiguar mis palabras, adjuntan a una turbulenta revelación.
ESTÁS LEYENDO
La elección de Leon
FanfictionEn la vida podrás tener muchas opciones donde escoger, pero al final, solo es posible tomar uno. Esta fue la disyuntiva que tuvo León al momento de querer entablar una relación estable. Tanto Jill como Claire, resultaban la atracción más opuesta, pe...
Capitulo 31
Comenzar desde el principio