Para mi mala suerte la parada donde debíamos bajar se hizo presente, hoy mismo iría a poner las cosas en claro. Mi hasta ahora calma como líder hizo que varios de los míos acabaran siendo golpeados hasta casi matarlos, fue mi culpa.

Con la cabeza en otro lado sentí su tacto en mi hombro.

─¿Todo bien?─ no disimule para nada lo que mi corazón sentía, no podía disimular con ella mis sentimientos. Y como si entendiera lo que expresaba en mi rostro me abrazó brindándome calor y paz. No creí que un abrazo calmaria a mi infierno y que ella sea esa luz que necesitaba para salir adelante.

La rodeo entre mis brazos correspondiendo a su delicado y tan ameno abrazo, por miedo a poder lastimarla mi cuerpo me falló y casi caigo.

Ella era perfecta y encajaba entre mis brazos.

─Golpearon a un amigo mío, en este momento esta en el hospital.─ le dije la tragedia por la cual mi amigo pasaba, ese dolor quería que se vaya. Me apegue más a su cuerpo, y me di el atrevimiento de dejar mi cabeza entre su delicado cuello, su aroma se volvía mi favorito. Su mano se movía por mi nuca, en ese instante me olvide de todo lo malo y solo me concentré en su suave tacto.

─Tranquilo no estás solo.

Esas palabras calaron muy profundo en mi ser.

─Todo fue mi culpa, no debí...─ al parecer mis palabras la molestaron que hizo que me pellizcara y calle mis intenciones de culparme.
En cada ocasión que pasaba con ella mi corazón me dictaba estar que su lado todo el tiempo y ver su sonrisa.

─No digas que fue tu culpa, no estuviste en ese lugar. ¿Qué hubiera pasado si tu estabas ahí en vez de tu amigo? ¿Quién sería el que estaría en el hospital ahora?─ manifestó con molestia Kira.─Shinichiro no digas cosas que pueden hacerte daño, me lo haces a mi con tus palabras.

Su voz flaqueo al momento de decírmelo, lo que menos quería hacerle sentir seria tristeza, ella no lo merecía. Para nada.

Con sus manos apretó mis mejillas, el dolor que me provocó fue como decirme lo mucho que las palabras pueden ser como dagas envenenadas, no quiero que sufra y si lo hacía ella lo haría conmigo.

Kira me entendía, lo hacía.

Se separó de mi, ya empezaba a extrañar tenerla entre mis brazos y sentir su calor envolverme con naturalidad.

─Deja de culparte, y afronta la realidad.─ aquello me inspiró si quería que mis amigos y todos lo que creen en mi puedan ir libres por las calles de Japón debía ser firme con mis palabras, debía darle un nuevo significado a la palabra pandillero. No todos somos maleantes ni matones como muestran las películas, todos queremos un fin. Poder ser libres.

─Gracias, lamento no haber podido salir.─ le agradecí el gesto, el celular sonó, el tono que había sonado fue el que mi hermano había puesto para hacerme saber que era él. Quería dulces, muchos.

La risa de mi hermosa amiga resonó como una melodía, la perfección que ella tenía me mandaba a solo un lugar. Un mundo lleno de esperanza y de sueños posibles.

Kira me gusta demasiado. Lo admito.

─Descuida, otro día tendremos una cita.─ ¿qué?

Ella dijo cita, uso esa palabra...

¿Cómo se respira?

Mis mejillas empezaron que arder, no creía que podría avanzar con esta relación de amigos que se formó, no lo niego, quiero algo lindo y duradero con esta chica de ojos claros. La quiero en mi vida.

─S-si, la c-cita.─ fuera de miedos, debía estar seguro con mis palabras con mis gestos, ella es la chica de mis sueños, de mi más profundo sueño. El corazón me empezó a palpitar más fuerte.

╰ 𝐒𝐀𝐓𝐔𝐑𝐍𝐎 ━━ 𝘚𝘢𝘯𝘰 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘪𝘤𝘩𝘪𝘳𝘰 |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora