One-shots Star ✯

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y tú simplemente apoyaste tu cabeza en mi hombro invitandome a abrazarte, como tantas veces lo hiciste...

y quiero regresarte el favor, se que tal vez este último tiempo fui muy cargosa, pero quiero que sepas que te amo y voy a estar contigo hasta el último segundo mi vida, te amo... - la chica solo pudo seguir llorando el resto de la noche.

Quiénes habían escuchado simplemente se retiraron y se abrazaron en silencio sobre la cama, ya sabían desde hace mucho tiempo el transfondo de esa videollamada pero escucharla así, dolió aún más.

No molestarían a la mujer, sabían que necesitaba espacio y que ella verdaderamente amaba a ese perro.

Afortunadamente no quedaba mucho para las seis de la mañana, por lo que no se molestaron en intentar dormir, solo se quedaron abrazados en sus pensamientos hasta que algo les cayó encima.

-a desayunar!- Aiko les había saltado encima y les sonreía de oreja a oreja y con sus ojos cerrados, aunque cuando los abrió la confusión se vió en su rostro -y mamá?-

-mamá está ocupada cariño, por qué no vas a cambiarte? Mientras tanto nosotros hacemos el desayuno y vamos a buscar a tus hermanas y madre- la pequeña castaña asintió y fue corriendo a su cuarto.

Los hombres se miraron y se dieron un beso semiamargo.

-ve a buscarla, eres mejor que yo con las palabras, haré el desayuno- el pelirrojo asintió a lo que dijo el cenizo y se separaron.

Eijiro llegó hasta el frente de la puerta y la abrió despacio, encontró a la castaña dormida abrazando al perro, se le notaba a kilómetros que había llorado y que no durmió, aunque se despertó cuando el hombre camino hasta el perro para acariciarlo.

-que?... buenos días Ei- el pelirrojo asintió y le dió un beso en la frente.

-Ai ya de despertó y pregunto por tí...- la contraria asintió abrazando más fuerte al animal.

-no quiero dejarlo...- el pelirrojo no pudo decir nada ante eso.

-quieres... quieres que nosotros les digamos?- la chica negó y beso la cabeza del perro.

Se escucharon rápidos pasos ligeros hasta la cocina.

-no... prefiero decirles yo si no te molesta- el pelirrojo asintió y le limpio las nuevas lágrimas que le salían.

-estas siendo muy masculina, lo sabes no?- la chica sonrió tristemente.

-te amo Ei- el chico también sonrió.

-yo también amor- el ambiente fue roto por un grito infantil.

-MAMÁ VEN A DESAYUNAR O TE VAS A DESMAYAR- riendo un poco y dándole más caricias y besos al animal, se levantó tomando la mano del pelirrojo para salir de allí.

En la cocina la castaña noto a sus hijas bastantes animadas, pero al cenizo no tanto ya que la veía preocupado.

Las niñas cuando notaron sus presencias simplemente comenzaron a hablar sin mirarlos.

-oh mami, no te conté ayer la señorita Yuj... mamá que tienes?- Aiko no perdió de vista la cara de su madre, rápidamente sus hermanas también la vieron.

Ochako se soltó del pelirrojo, caminó a paso lento y las miro con una sonrisa triste antes de sentarse frente a ellas, por detrás la abrazó Katsuki.

-niñas... les tenemos que decir algo- las menores se miraron entre sí para luego ver a su madre nuevamente -ustedes saben que Bronto está enfermo y está muy viejito no?- las niñas ladearon la cabeza.