—¿eso es lo que te tiene tan preocupado?

No me responde

te amo Nahin Pines, no a otro, a ti—vuelvo a unir nuestros labios y así nos quedamos hasta cuando lo siento suplicar por aliento y lo suelto.

Termino en la ducha sola, con la cabeza recostada en la tina y los ojos cerrados, dejando que al agua y las espumas relajen mi cuerpo, el ambiente huele a vainilla mezclado con la colonia de Nahin y siento que inhalo droga.

Siento el cuerpo tan liviano que creo que soy una pluma flotando sobre agua, pero nada más oír la voz de una chica en la habitación, me tensa, me levanto de inmediato y se aprecia el brusco sonido del agua al hacerlo, alcanzo una bata de algodón, me la amarro y tomo a Squishy que yacía en el mostrador de mármol, salgo a la habitación y me topo a Elize viendo deseosamente a Nahin, volteo a ver al rubio y entiendo la mirada de la chica, está en un mero bóxer de Hugo Boss, esa tela blanca que hace contraste con su piel. Y la mirada de ella no cae en cualquier lado, no, está justamente ahí donde no tienes que esforzarte mucho para ver el perfecto bulto que forma.

—¡upa! pero ¿Qué está pasando aquí?

—se-señorita Lullaby—las pálidas mejillas ahora son rosadas, casi rojas y la veo tragar grueso

—¿te gusta lo que ves? —pregunto mientras Squishy apunta entre sus cejas

Nahin aprieta sus labios para no reír

—yo-yo—no si, se volvió un yoyo

—¡mírame a mí! —gruño

—yo solo vine a traer toallas limpias, señorita—habla acelerada

—entonces deja las toallas y márchate—la chica prácticamente corrió al baño dejó las toallas y se marchó a la velocidad de la luz.

juro que muero de amor cada vez que te veo celosa—suelta la risa

—y la próxima vez—bajo el arma—que una chica que no sea yo, entre a la habitación y tú estés casi desnudo, juro que morirás y no de amor

Este suelta una carcajada enorme, en lo que llega a mí y me enreda entre sus brazos.

—¡suéltame! —me quejo

—¿Qué pasó? Yo pensaba que ya habíamos hecho las pases—hace pucheros

—exacto habíamos, hasta cuando llegó Elize y por casi te devora con la mirada

—pero en ese caso tienes que estar enojada con Elize y no conmigo—agarra mi rostro con sus manos, me inclina hacia atrás y empieza a darme picos

—Nahin, deja de ser tan meloso

—no, hasta cuando vuelvas a estar bien conmigo—sigue con los besos

—¡Nahin!

te amo—muerde mi labio inferior y le da un pequeño tirón—¿tú no me amas?

—sí, pero estoy enojada contigo, ahora suéltame que tengo que ir a trabajar.

—¿me dejaras solo otra vez?

—tienes a los chicos, pueden salir y hacer lo que quieran, llévense a Marceus, Matheus o a Maheus yo regresaré de noche.

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—quiero que trabajes con Joseph hoy—comenta el hombre que viaja a mi lado mientras nos llevan a la mansión Anfíptera.

—otra vez—hablo con voz cansada

Lullaby: Don't break 《REESCRIBIENDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora