- Estás jugando con fuego cariño. Dime, ¿Cómo sabes mi nombre? Esa información aún no sale a la luz.- Preguntó pausado y en voz baja sobre mí rostro, observando mis labios fijamente, esperando respuesta.

Escuchar su voz tan de cerca y su aliento dulzón por el vino chocar con mi boca, provocó un enorme escalofríos que recorrió mi cuerpo entero. Si no hubiese ahogado el grito, probablemente se me habría escapado también un pequeño gemido de la impresión. El miedo dejó mi mente hace mucho, cambiando mi juicio notablemente. Y ahora, con su cuerpo sobre el mío apretando ligeramente para dejarme prisionera, solo podía dejarme dominar por los repentinos deseos exóticos de mi corazón. Divertida e intrigada, tanto por él como por mí, decidí seguir su juego en tono apacible, seductor.

- Soy una mujer de muchos recursos.- Respondí bajo, con una sonrisa ladeada.

Dabi observó mis labios durante cada palabra y sonrió en respuesta a la mía. Subió la vista a mis ojos y se pasó la lengua por el labio inferior en un movimiento lento.

- O te crees muy valiente o eres una tonta, preciosa. Jugando así sin más con el destino.- Dijo bajo, rozando nuestros labios.

- Mhhh tonta no soy, y valiente menos. Solo curiosa.- Seguí coqueta.

- La curiosidad mató al gato.- Prosiguió

- Pero al menos no murió con la duda.- Finalicé con una sonrisa.

No sabía si se debía al alcohol haciendo efecto, pues antes de esa copa compartida, tomé dos de vino y tres de champagne. El mundo empezó a dar vueltas lentamente, dónde lo único nítido que logré detallar fue la cara del pelinegro sobre mí, adornada con una sonrisa coqueta y una mirada intrigante.

- ¿Te gusta jugar con fuego?.- Repitió.

- No tengo miedo a quemarme.- Respondí sin más. Apretó su agarre en mis muñecas y sentí un leve calor en ellas.

- Te gusta tentar el destino, sin miedo a lo que tus acciones puedan causar. Me gusta.- Siguió alejándose un poco y viendo descaradamente mi escote.

- ¿Te gusta lo que ves?.- Pregunté divertida.

- La verdad, sí.- Siguió sin apartar la vista de mis senos. Con el encima de mí, se notaban un poco más pues los estaba aplastando con sus brazos.- Ahora que sabes mi nombre, es justo que sepa el tuyo preciosa.

- Me parece que eso ya lo sabes.

- Quiero escucharlo de tus labios.

- Liz.- Respondí en tono bajo, alzando una ceja cuando juntó su vista con mis ojos. Sonrió socarron y me guiñó un ojo.

- Que sexy.... Debo admitir, Liz, que me gustó mucho como sonó mi nombre saliendo de tus provocativos labios, pero no vuelvas a hacerlo.- Dijo serio, tocando suavemente mi boca con su pulgar.

Dominada por el extraño momento íntimo, entre abrí un poco los labios y deposité un liguero beso en su dedo. Dabi observó mi movimiento y luego clavó su vista en mis ojos, intrigado y divertido.

- ¿Que pasa... si lo hago de nuevo?.- Pregunté curiosa. Un destello de deseo cruzó sus pupilas levemente dilatadas y se mordió ligeramente el labio inferior. Acercó su rostro al mío de nuevo y me observó burlón.

- No podré comportarme civilizadamente.- Dijo ronco y con rudeza sobre mí rostro.

Realmente no sabía que pasaba en estos momentos, si es culpa del alcohol o la relación tóxica con mi ex destruyó mi sentido común, pues aunque no me identificaba con los héroes o su lucha justa, tampoco estaba del lado de la delincuencia. Sabia muy bien las implicaciones con la ley que tenían las personas que se relacionaban con un fugitivo, pero ahora simplemente no me importaba nada.

Boku no hero academia. Mini Historias LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora