Volviendo a la realidad, estaba tan agotado que incluso por poco olvida que tenía que entregar un par de tareas de la semana pasada, las cuales había dejado en su escritorio. Con pereza y soltando un gruñido se devolvió hasta la habitación para guardar en su mochila los cuadernos, acto seguido verificó que no faltara nada más y caminó hasta la oficina de profesores.
No sabe como, pero extrañamente no lo suspendieron. No olvidaba que el día anterior había golpeado a Monoma y aunque lo disfrutó como nunca aquello era motivo de suspensión, por lo menos de dos días, todavía recuerda cuando peleó con Izuku y a ambos los castigaron. Aún así sus maestros le dieron un sermón de diez minutos diciéndole que no debía reaccionar de tal forma, que ya cuántas veces había sucedido, prefirió ignorar todo y asentir, no tenía ganas de colocarse a la defensiva, así que terminando de hablar con ellos tranquilamente caminó hasta su salón y se sentó en su pupitre, esperando que comenzara la clase.
Efectivamente, Aizawa no tuvo compasión por milésima vez con sus retoños y a penas entró al salón les ordenó ir a cambiarse para iniciar con el entrenamiento. Todos los estudiantes emitieron un sonido de desaprobación, sin embargo, siguieron lo indicado por su tutor, después de todo ya era parte de la rutina de todas las semanas.
El entrenamiento transcurrió normal, Bakugo estaba más distraído de lo normal debido a lo muchísimo que pensó la noche anterior. Intentó hacer un movimiento para poder conseguir el objetivo que Aizawa le asignó individualmente, pero al momento de hacerlo todo su cuerpo se sintió pesado, el mundo comenzó a oscurecerse y lo último que escuchó fue a sus amigos llamándolo.
En un instante todo se sumió en absoluta oscuridad.
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Unas voces comenzaron a escucharse desde muy lejos, como si no estuviesen en el mismo lugar que él. Una luz molestaba en sus ojos y un fuerte olor a aséptico inundaba sus fosas nasales, de poco se hizo más intenso y las voces se escucharon mucho más fuerte.
— Tendrá que quedarse por un poco más de una hora, hasta que termine de administrarle lo que queda.
Finalmente se atrevió a abrir los ojos y comenzó a enfocar de a poco la vista, Aizawa, RecoveryGirl y All Might lo miraban preocupados y le asustaba no comprender qué carajos estaba pasando.
— ¿Dónde estoy?
— En la enfermería, te desmayaste en el entrenamiento.
¿Desmayarse?
Ah, por eso todo se volvió en penumbra, ya le encontraba sentido.
— Joven Bakugo, tu cuerpo colapsó porque no estás alimentándote bien hace semanas, llevas inconsciente horas.
No se lo esperaba, ¿en qué momento empeoró tanto su estado físico? A la par de su salud mental comenzó a debilitarse con el transcurso de las semanas, desde que Deku se fue muchos pensamientos intrusivos buscaron hacerle daño y lograron alterar todos sus sistemas, incluyendo el nervioso.
