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A la hora del almuerzo, JiMin entró en una tienda de sándwiches. Siempre se encontraba con su mejor amigo, Jin, durante el almuerzo.

Miró a su alrededor y vio que su amigo ya estaba sentado con un sub de pavo y patatas delante de él. Jin era todo sonrisas, tenía el cabello y los ojos de color castaño oscuro. Sonriendo, JiMin dio un paso adelante para encontrarse con su amigo y accidentalmente choco con un hombre que acababa de salir de su silla volcando su bandeja.

—¡Cuidado! —gritó el chico mientras el impacto lo hacía derramar su refresco restante y condimentos por toda su camisa.

¡Oh mierda! No otra vez. ¿Cuándo iba a terminar su mala suerte?

—Lo siento mucho —JiMin miró a su alrededor buscando desesperadamente servilletas.

El hombre frunció el ceño, pero no dijo una palabra. Dejó la bandeja y salió del restaurante, goteando soda y mostaza.

—Pobre chico —murmuró JiMin, bajó su cabeza avergonzado, tapando su frente con una mano, como un escudo contra las miradas. Era consciente de los susurros de los otros comensales mientras se sentaba en la mesa frente a su mejor amigo.

—¿Estás bien? —preguntó Jin.

—Eh... ajá. —JiMin suspiró y se enderezó. —Pero tengo tan mal karma que debí haber sido asesino en mi vida pasada.

—Eres demasiado bueno para haber sido un asesino —dijo Jin. —Sin embargo, tienes alguna maldición pasando. Nunca he visto a un chico atraer más calamidad.

JiMin gruñó de acuerdo.

—Ten una patata —Jin le pasó un trozo de patata frita salada.

—Tengo que verme bastante mal —JiMin agarró la fritura y la mojó en la salsa de tomate. —Normalmente me sacarías los ojos antes de compartir tu comida.

—Me siento generoso hoy —Jin se encogió de hombros.

JiMin no creyó eso por un segundo.

—Necesitas pedirme prestado dinero, ¿no es así? —preguntó JiMin.

—Estoy ofendido —Jin frunció el ceño, sus rosados labios se fruncieron. —¿Cómo puedes pensar que esa es la razón por la que estoy compartiendo mi comida?.

Haciendo caso omiso de las palabras, JiMin sacó su billetera. Conocía a su amigo demasiado bien como para irse por las ramas.

—¿Cuánto necesitas? —le preguntó JiMin.

—Solo cinco dólares —dijo Jin.

Con el ceño fruncido, JiMin le entregó a su amigo el efectivo.

—Te pagaré —dijo Jin.

Era una mentira, y los dos lo sabían.

—Así que.... tengo un nuevo cliente hoy —JiMin metió la billetera en su maletin. —Es una cosa caliente. Lo veré esta noche.

—¿En serio? —los ojos de Jin se agrandaron. —Tal vez debería dejar que me consiguieras algo después de todo. Soy material de primera, él es material de primera. Haríamos chispas juntos.

—Por desgracia, tengo ese tipo guardado para Yiren "La Terrible" —dijo JiMin.

—¿Qué? —Jin pareció estar cerca de saltar de su silla. —¿Por qué hiciste eso?.

—Su cara es bonita, pero su voz sonaba irritante en el teléfono. Es demasiado pronto para decirlo, pero parecía como un idiota para mí —JiMin se encogió de hombros. —Podría estar equivocado. Si resulta diferente esta noche, lo pondría otro día con Nayeon o algo así. Es una mujer fantástica, con una gran personalidad. Ella se merece un tipo que sea guapo.

—Debes tenderle una trampa contigo —Jin se rió malvadamente, rodando sus ojos.

—No podría hacer eso —dijo JiMin. —Nunca saldría con un cliente.

—Eres un casamentero que no ha tenido una cita en, bueno... nunca —dijo Jin. —¿Cómo es eso posible?

—Tal vez no soy lo suficientemente atractivo —JiMin se encogió de hombros.

—Eres hermoso, JiMin —Jin frunció el ceño y se comió otra patata. —Creo que tu problema es que te vistes como un vagabundo.

—¡Oye! —exclamó JiMin.

—Es la verdad —Jin lo miró de arriba a abajo. —Llevas las sudaderas molestas otra vez.

—Es sólo porque no tengo reuniones con los clientes programados hoy. La llegada de Yiren no había sido planeada. Cada vez que me encuentro con clientes, me pongo un traje de negocios —dijo JiMin.

—Eso no ha estado de moda desde 1990 —Jin suspiró. —Deja que te vista esta noche. Por favor, por favor, por favor.

—Voy a pensar en ello —murmuró JiMin.

—¿Y si te soborno? —Jin se rió.

—¿Con qué? —JiMin levantó una ceja.

Con una sonrisa maligna, Jin tomó su billetera de color verde brillante y lo colocó sobre la mesa. El chico sacó dos boletos.

—Hay un beneficio adicional en ser asistente en una emisora de radio —dijo Jin triunfalmente. —¿Adivina quién tiene entradas para el concierto de Kim TaeHyung este viernes?. Podría llevar a una cita o podría llevarte a ti.

El corazón de JiMin le dio un vuelco.

Las entradas para el concierto de Kim TaeHyung se habían vendido una semana después de salir a la venta, por lo que no tuvo la oportunidad de comprar uno él mismo.

—Llévame —gritó JiMin, tratando de alcanzar un boleto.

Jin tenía las entradas fuera de su alcance.

—Sólo si me dejas vestirte esta noche —Jin movió su dedo.

Aunque sabía que Jin iba a exagerar, asintió. Vendería su riñón para ver a TaeHyung de cerca.

—Me puedes vestir como quieras —dijo JiMin. —Por favor, solo llévame al concierto.

—Buen chico —Jin sonrió con malicia.

—¿Puedo tener mi boleto ahora? —JiMin alargó la mano hacia su amigo.

—Después de que haya terminado contigo —Jin le guiñó un ojo.

¡Oh-oh!.

INSOPORTABLE - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora