Julia – me dijo un peón que necesitabas verme –observó a Rigoberto con intriga-
Rigoberto – la decisión que se quedarán en la hacienda no ha cambiado –Mary observó de Germán a Julia con pena- pero no pueden quedarse en la casa grade –el rostro de Julia cambio completamente- la recamara que ahora ustedes están ocupando, es la más amplia y yo como dueño de todo esto, soy quien debe dormir ahí
Julia – no entiendo –estaba realmente sorprendida-
Rigoberto – ya les acondicionaron una de las cabañas que usan los peones –los ojos de Julia se cristalizaron, mientras Germán se mantenía en silencio- necesito que recojan su cosas de la habitación y las trasladen a donde será su nuevo hogar
Julia – no nos puedes hacer eso –sus ojos se llenaron de lágrimas- tú… -Germán la tomó de la cintura intentando tranquilizarla-
Germán – claro, es lo más lógico, me imagino que también necesitas que la habitación de Isabela sea desocupada –Julia observó a Rigoberto sintiéndose humillada-
Rigoberto – por ahora no es necesario –observó a Julia con superioridad- espero que hoy en la noche ya pueda dormir en esa habitación –sin decir nada más salió del despacho seguido por Mary y su abuela-
Germán – me parte el alma verte así –intentó rodear con sus manos a su esposa pero esta lo evitó-
Julia – no me toques, todo esto es tú culpa, y escúchame bien yo ni loca me voy a vivir a esa casucha
Germán – Julia por dios no hagas las cosas más difíciles –comentó con pesar, para él también estaba siendo humillante lo que estaba pasando, pero tenía fé que tarde o temprano su situación iba a cambiar-
Julia – no pienso quedarme aquí, y que ese muerto de hambre me siga humillando
Germán – y entonces ¿Qué quieres que hagamos?
Julia – tú obviamente no vas a hacer nada, en tu vida has tomado una buena decisión
Germán – no seas tan cruel, sabes que todo lo que he hecho siempre ha sido pensando en ti y mi hija
Julia – no me vengas con discursos baratos –sacó su celular de la bolso del pantalón y empezó a marcar un número-
Germán – no voy a permitir que mortifiques a Isabela, que no entiendes que para ella no han sido fáciles estos meses
Julia – y si no es ella –lo observó con rabia- quien nos va a sacar de esta miseria
Germán – yo te prometo que…
Julia – tus promesas no valen nada para mí, y está bien no le hablaré a la egoísta de Isabela, pero si a Leti, yo me iré al primor estén de acuerdo tú e Isabela o no lo estén –Germán suspiró con pesar cuando observó a su esposa salir echa una miura del despacho-

Para Germán la decisión que había tomado Julia, lo estaba consumiendo lentamente, sentía cómo poco a poco iba perdiendo todo lo que tenía en la vida, se veía cabizbajo, y a pesar de dar todo en el trabajo, la tristeza que cargaba era casi palpable.

Los días pasaban y poco a poco Rigoberto iba haciendo un lado a Germán, lo llenaba de trabajo pesado y le quitaba poco a poco las responsabilidades importante, el plan de él y Fernanda eran humillarlo, y tenían que apartarlo de la administración, porque así cómo Fernanda consiguió que Germán perdiera todo, harían lo mismo con Octavio, aunque con ese hombre las cosas no estaban siendo tan fáciles.

dos meses habían pasado desde el día que él tomó posesión de la hacienda, ya no soportaba estar alejado de su pequeña, así que sin querer estar un minuto más sin ella, pidió que Camila junto a Clara llegaran a los Laureles para que por fin pudieran vivir como la familia que eran.

Camila - ¡papi! –La pequeña Camila corrió a los brazos de su padre para fundirse en un abrazo-
Rigoberto – mi vida –beso con ternura su rostro, sus ojos se llenaban de lágrimas-
Esa tarde los Toscanos se encontraban en la hacienda, estos dos meses la relación de Rigoberto con los Toscanos se iba consolidando, poco a poco empezaron a hacer negocios, las familias se iban conociendo y las cenas o almuerzo en las haciendas cada vez se hacían más frecuentes.

Leticia – esa niña es una princesa –la pequeña se separó de su padre observando a todos-
Panchita – la niña más hermosa del universo –la pequeña se arrojó a sus brazos-

Fernanda observaba a su sobrina embelesada, tenía tanto tiempo que no podía estar cerca de ella,  la pequeña no la había reconocido y pues al final eso era parte de su plan.

Leticia – veo cómo la observas y yo también pienso lo mismo –Fernanda desvió la mirada para observar a su suegra-
Fernanda - ¿Qué?
Leticia – que me muero por tener un nieto –el rostro de Fernanda cambio completamente, era evidente que en sus planes no estaba tener un hijo, su sangre y la de los toscanos no se iba a mezclar-
Fernanda – creo que todavía no es el momento –intentó darle una sonrisa-
Leticia – perdón, sabes que no me gusta meterme pero te vi observando a la pequeña de una forma que… -suspiró- pensé algo que no era

Después de la llegada de la pequeña pasaron al comedor, esa noche había demasiado porque celebrar, Rigoberto se sentía feliz, y eso era evidente.

Todos se encontraban en el salón platicando, Fernanda se escabullo de Rafael cuando observó a Rigoberto dirigirse a la cocina.

Fernanda – pensé que nunca íbamos a poder hablar –él se giró observándola sorprendido de verla ahí-
Rigoberto – no crees que es peligroso que hablemos aquí
Fernanda – encontré algo –él la observó sorprendido- creo que no fuimos los únicos en querer arruinar a Germán
Rigoberto - ¿cómo dices?
Fernanda – escuche a Octavio decir algo… –escucharon como alguien se acercaba a la cocina, Rigoberto de prisa salió de está, mientras Fernanda disimulaba servirse un poco de agua-

Meses después…

Isabela estaba muerta de cansancio, hoy había tenido un día realmente complicado, pero eran las últimas pasarelas que realizaría antes de su viaje, y aunque sentía culpa por viajar aun sabiendo la situación económica de sus padres, lo necesitaba…

Se puso cómoda en su departamento, se sirvió un poco de agua caliente para prepararse un té, el sonido de su celular la hizo sonreír.

Isabela - ¡Piero! – Comentó con una enorme sonrisa-
Piero – vaya pero si es la amiga más ingrata que por fin se digna a contestar mis llamadas
Isabela – lo siento, no te imaginas la carga de trabajo que he tenido
Piero – me lo imagino, porque ajá –comentó con alegría- eres una de las modelos más importantes del país
Isabela – no exageres
Piero – la diosa de las pasarelas dice algunos encabezados –ella soltó una fuerte carcajada-
Isabela - ¿Qué te tomas? –Fue el momento de él para soltar una carcajada-
Piero – te cambio la bebida por una sesión de fotos
Isabela - ¿cómo?
Piero – a tú amigo el creativo no le ha ido muy bien
Isabela – bueno es que no se puede todo en la vida, tú eres feliz en el área sentimental y yo en el laboral…
Piero – nombre Isa, si tú crees que tú eras la única con una vida amorosa echa un ocho estás perdida
Isabela - ¿qué pasó?
Piero – larga historia que por ahora no quiero recordar –escuchó el suspiró de su amiga- pero bueno, a ver a lo importante
Isabela – ya va no me hablaste para saludarme
Piero – no exactamente, sabes del proyecto que siempre tuvimos con David y Rafael –Isabela asintió- y sé que tu relación con ellos no es la mejor en estos momentos –nuevamente su amiga suspiró- sobre todo con Rafael, pero necesito un favor especial
Isabela - ¿cuál?
Piero – que seas la imagen de nuestro vino
Isabela - ¡qué! ¡Estás loco!
Piero – Isa este era un proyecto que siempre tuvimos juntos, y bueno la idea siempre fue que tú fueras la imagen, ahora que estás en la cúspide de tu carrera te necesitamos
Isabela – he realizado algunas pasarelas, y a lo mejor algún comercial, pero no soy tan famosa
Piero – no lo hacemos por la fama, sino más bien porque era nuestro proyecto y bueno porque te podemos pagar con vino ¿quizás? –La carcajada de Isabela le dio a entender que iba a aceptar la propuesta-

Se Fuerte Corazón 💗💗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora