- ¿¡Quién es el hombre acá!? – le pregunto rápidamente.

- ¡Los hombres también tenemos miedo, las mujeres también pueden ser valientes, así que ve tú! – aprieta mis hombros- Pero como soy un buen amigo, te cuidare la espalda...literalmente...

Suspire una y otra vez, tomando el picaporte de la puerta, quitando el seguro de esta, Max se encuentra alumbrando el camino, pero el desgraciado prefirió dejarme hacer todo a mí, sin saber que yo también me encuentro aterrada, no obstante, la curiosidad estaba presente, así que no quedaba de otra mas que abrir la puerta. Tome impulso, contando hasta tres, para finalmente abrir de par en par la puerta que se encuentra adelante mío, encontrando absoluta oscuridad, debido a que no hay luz alguna mas que la del celular de Max.

Mire hacia todos lados, pero me llamo la atención una silueta por debajo de mis pies, sintiendo como me congelaba en mi lugar, de no ser por la iluminación de la linterna, hubiera sufrido un ataque cardiaco en esos momentos. Aquellos quejidos son producto de un perrito que yace sentando en la entrada de la puerta, todo mojado mientras todas sus extremidades se encuentran temblando. Con sumo cuidado me agacho para estar a su altura, ofreciendo mi mano para que olfateara y supiera que no soy mala persona y que no tengo malas intenciones. Aquel perrito (Imagino aun cachorro) se asusta por un momento, luego olfatea despacio mi mano, aprovecho la situación para acariciarlo mientras lo tomo en mis brazos sin importar que me estaba mojando.

- ¿Qué era? – Pregunta Max sin siquiera ver.

-Solo es un perrito, no creo que sea de nadie, y se encuentra bajo esta terrible lluvia – Entro con el perro en brazos, justo a tiempo, la luz se hace presente.

- ¿Un perrito? ¿Estas diciendo que te lo quedaras? – Especula rápidamente.

-Creo que sabes la respuesta no – sonrío mientras acaricio el perro que se encuentra asustado.

- ¿Murdoc te dejara? – me sigue hasta el baño.

-Murdoc no es solamente el dueño de la casa, si estoy dispuesta a cuidarlo, se quedará aquí – enciendo la regadera para llenar la bañera.

Max me observa recargado desde el marco de la puerta.

-Siempre has querido un perro...

Asiento con la cabeza mientras le incorporo un poco de burbujas al agua.

-Nunca pude tener uno porque no sentía que debía tener tiempo para cuidarlo, con las giras, conciertos, entre otras cosas, no se me vino a la cabeza en adoptar uno, pero este pequeño – Digo al perro que llevo cargando en mis brazos- ha venido a nuestra puerta en busca de ayuda – le dirijo la mirada a Max- y pienso ayudarlo – sonrío.

-Eres un ángel – se acerca a mi- te ayudare a bañarlo, se ve que aún no confía en nosotros...

Dicho y hecho, el bañar al cachorro fue algo difícil debido a que se encuentra asustado y no creo que sea amante del agua. Me daba mucha gracia la situación en la que nos encontramos, los dos en pijamas, en plena madrugada, bañando a un perrito que acabamos de encontrar, quedaría para la anécdota. Noodle se despertó por los ruidos que hacíamos, emocionándose por aquel invitado que se encuentra con nosotros, ayudando también a su limpieza, lo cual nos benefició bastante. La nipona me pasa su secador de cabello para comenzar a cercar al perrito, mientras Max se encuentra buscando un poco de comida para el can, mientras tanto nosotras estamos en la labor.

- ¡Pero mira lo hermoso que es! – lo contempla Noodle.

- ¿Quieres pensar en algún nombre? – le pregunto terminando de cercar su pelaje.

- ¿¡Nos lo quedaremos!? – sus ojos brillaron.

-No por nada nos encontramos aquí con el – digo divertida.

Noodle mira por debajo de su rabo.

-Es hembra...- piensa un momento- ¡Chihiro!

-No te quitas aquella película de tu cabeza ¿Verdad? – Acaricio su pelaje.

- ¿Tienes un nombre mejor? – pregunta.

Pienso por un momento.

-La verdad es que no, dejémosle Chihiro, debió haber hecho un viaje largo para llegar a nosotros...- la tomo nuevamente en mis brazos- Veamos si Max encontró comida para ella...

Mientras íbamos de camino hacia la cocina, le pregunté a Noodle que hora es, a lo que respondió 3:45 de la mañana, me sentí algo aliviada ya que aun tendríamos tiempo de dormir, de lo contrario, estaríamos hechos unos zombis para cuando sea el momento de despertarnos para una reunión en la discográfica. Al llegar, encontramos un desastre en la cocina, Max se encuentra preparando comida ocasionando mucho escándalo.

-Max, te pedimos que buscaras comida, no que cocinaras...

Max nos voltea a ver.

-Estuve investigando en internet, no es bueno darles leche a los cachorros si no es materna, así que estuve preparándole algo que, según Wikipedia, le hará bien....

Deje a Chihiro en el suelo, mientras Max le acercaba un plato de comida que desconozco su procedencia. Al principio, dudo el comerlo ya que estuvo olfateando una y otra vez, no obstante, comenzó a comer rápidamente, como si no hubiera comido en años, lo cual me dejo un nudo en el estómago. Me agache para quedar cerca de ella y observarla como digiere cada bocado de lo que sirvió el muchacho, no quería saber todo lo que tuvo que pasar en todo este recorrido, tal vez estuvo asustado, tal vez quiso encontrar a su mamá, tal vez paso hambre, frio, calor, esta lluvia, ¿Qué mas tuvo que sufrir? No se por cuanto estuve pensando en aquello, solo se, que las lagrimas comenzaron a caer inconscientemente, en cierto modo me recuerda a todo lo que yo he vivido, además de que adoro a los perros, todo eso se acumuló en mí, dejando mi estado un poco sensible.

Noodle toca suavemente mi hombro, preocupada, rápidamente seco mis lágrimas, indicando de que todo está bien y que no se debe preocupar, simplemente me dio algo de pena por el hambre que estaba pasando Chihiro en estos momentos. Max por su lado, comenzó a lavar todo lo que ensucio, no sin antes, dejarle un poco de agua para el can, el cual tomo de inmediato.
Comencé a acariciar a Chihiro una vez que comenzó a mover su rabo, indicando que ya entro en confianza, siendo una perrita hiperactiva, lamiendo mi mano constantemente. Les dije a los chicos que debíamos ir a dormir, obviamente, Noodle quiso que durmiera nuevamente en su habitación ya que nuestra noche de chicas, finaliza cuando salga el sol, agregando que le haríamos un lugar a nuestra nueva integrante en la cama.

Dicho y hecho, le deseamos buenas noches a Max, el cual corrió rápidamente a su habitación, escuchando un trueno, indicando que la tormenta aún no ha cedido. Subimos con Chihiro en brazos, directo hacia la habitación de Noodle, cerrando la puerta luego de entrar. La nipona acomoda su cama, dejando algunas almohadas por encima de todo para el can. Deje su cuerpo suavemente en la delicada tela de las mismas, cubriéndola por completo. Al principio, Chihiro simplemente olfateó, no obstante, rápidamente giro en su lugar varias veces para luego acostarse plácidamente en aquella montaña de almohadas. Nos miramos entre nosotras, aliviada de que se haya adaptado rápidamente. Nos acostamos un poco alejadas de ella para que no se vea intimidada con nuestra presencia, siendo precavidas en el momento de tumbarnos en la cama.

-Se podría decir que ahora somos una familia -susurra Noodle-Le gane a Stuart – sonríe victoriosa.

- ¿A qué te refieres? – pregunto confundida.

-Empecé una familia contigo antes que el -sonríe sacando su lengua.

Rio suavemente.

-Tu siempre un paso adelantado que nosotros – acaricio su cabello- No por nada eres una prodigio...

Noodle se sonroja.

-Ya vamos a dormir – se da la vuelta, era obvio que se sentía apenada por el cumplido.

-Descansen...las dos...

On Melancholy Hill  (2D x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora