No obstante, creció hasta obligarme a lanzar suspiritos mientras los tres viajábamos en avión a Suiza, donde sería la operación. Lucas cogió mi mano, me la besó y entrelazó nuestros dedos.

―Todo irá bien ―dijo en voz baja. Alegría dormía en su asiento.

―Perdona, eso debería decírtelo yo a ti. ―Entonces, me sentí culpable: lo que debería hacer es estar preocupada por la operación en sí, su éxito.

―No te preocupes. Peor no puedo estar ―bromeó.

Le di un pellizco en el brazo con mi mano libre y él me atacó el cuello con la boca, obligándome a reír. Para no despertar a nuestra hija, siseó entre un beso y otro.

―¿Qué es lo primero que quieres hacer si funciona? ―preguntó tras besarme en la frente.

―Pues lo he pensado, mucho, pero es que realmente... No, espera, bailar. Sí, podríamos ir a algún sitio bonito y bailar un rato algo tranquilo. Podríamos ir de todos modos, ¿no? Ya hace tiempo. Desde la boda.

―Lo sé, lo sé. Es que me parece absurdo: tú no te mueves realmente.

―Pues me gusta.

―Entonces, está hecho.

Besé sus labios mientras sentía una caricia en los muslos. Unos dedos que pronto escalaron lo suficiente, bajo mi vestido y mis bragas, para arrancarme un gemido que él acalló.

―La niña ―jadeé.

―¿No se te ocurre nada más?

―¿Acaso... ¿Acaso es...

―Es posible, sí. Por eso van a aprovechar para quitarme la prótesis.

Aparté su mano. Esa parte escéptica de mí había crecido bastante, tanto que necesité ir al aseo. Allí me lavé la cara y el cuello, respiré hondo y le dije a mi reflejo que aquel cambio solo podría ser para mejor.

Que lo mejor para uno era lo mejor para el otro.

Lucas me estaba esperando con champán servido en dos copas. Alegría seguía dormida bajo su mantita de cuadros rosas y negros.

―Mi amor, ¿no es pronto para celebrar?

―¿No te parece que tenemos motivos para hacerlo? Pero vete preparando para esa otra celebración, te olvidarás de nuestra noche de bodas.

Me estremecí y él sonrió al verlo.

―Ven aquí ―añadió, ofreciéndome una de las copas. Me senté en su regazo antes de aceptarla y dar un trago―. Hay poco que no pueda conseguir, Irene, pero eso no significa que dé algo por sentado. Ya no. No tendré nada realmente sin vosotras.

Atado a ti (2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora