—¿Dónde has aprendido ha hacer esto?
—Es cocina básica capitán general.
—Podría enseñarte a defenderte en compensación de que me enseñes a cocinar.
Ella se revolvió incómoda y fruncí el ceño antes de que sonara mi móvil sobre la encima.
Otra vez no joder.
—Tranquilo cógelo.
Estaba llamándome Rahim.
—¿Rahim pasa algo?
—El compromiso con Lillian y el príncipe de Gales, Roland.
—¿Qué pasa con él? Siempre dije que era una mala idea con España e Inglaterra en guerra.
Se hizo un silencio.
Astraea me observó curiosa tomando su revuelto de jamón.
—Ese es el tema. España e Inglaterra están llegando a acuerdos para acabar la guerra. Entre ellos el matrimonio entre la infanta de España Carolina y el príncipe de Gales Roland.
Suspiré. El rey estaría colérico, para variar. Además, ¿no habían cancelado ese maldito compromiso?
—Mañana hablaré con él.
—Creo que es mejor que lo hagas hoy.
—Adiós Rahim, luego te llamo—y colgué.
Astraea sonrió y terminamos el desayuno los dos juntos.
☆☆☆
Y ahí estaba como un idiota frente a la puerta de la casa de Rahim, esperando que me abriera la puerta.
Al final Lena me abrió la puerta sujetando a David en sus brazos.
—William, que sorpresa. ¿Vienes a ver a Rahim?
—Así es.
—Pasa.
Me invitó a pasar y me quedé en el vestíbulo mientras ella se alejaba y aparecía Rahim.
—¿Vienes por el asunto del compromiso?
—No del todo.
Enarcó una ceja.
—Quiero pedirle matrimonio a Astraea.
Rahim soltó una carcajada y me dio un abrazo fraternal mientras me daba palmaditas en la espalda.
—Ya era hora, joder—se separó de mí y me dio una palmada en el hombro—. ¿Qué necesitas?
—Un anillo. Necesito un anillo con un zafiro.
—¿Por alguna razón en especial?
La mirada que me daba cada vez que estamos juntos se me vino a la mente. En ese azul oscuro de sus ojos, como se iluminaban con la luz solar. Como brillaban sus ojos cuando me miraba.
—No—mentí.
—Conozco a un joyero. Hace los mejores anillos de compromiso del mundo.
☆☆☆
La joyería estaba a las afueras de la ciudad. Eso le daba automáticamente puntos extra, ya que estaba fuera de toda mirada indiscreta. Era una tienda antigua y pequeña, echa completamente de madera. Había varias vitrinas mostrando; anillos, collares, tiaras...
Todo tipo de joyas con piedras de todos los colores habidos y por haber. Me acerqué a las vitrinas y empecé a observar varios de ellos, junto con Rahim, quien había querido venir conmigo.
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Resiliencia¹ (+18)
RomanceEn un mundo donde no existió la revolución francesa, ni la lucha por la libertad de las mujeres, ni los derechos del pueblo. Astraea Liv llega a Paris, a la casa de su tía. Su objetivo es claro, casarse y empezar una nueva vida. No le interesa tanto...
17. Compromiso
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