Entro a su apartamento y lo veo apoyado en la barra de espaldas.

—¿Qué sucede? —pregunto suavemente.

Toma aire varias veces, sus hombros bajan y suben a ese ritmo.

Se gira lentamente y me mira con los ojos entornados.

—Pasa, Avery, que te desapareces, no me escribes, no me buscas, ¡Y no abres la maldita puerta de tu apartamento cuando llamo a entregar al cabrón de tu amigo! —doy un paso atrás cuando grita fuertemente.

—No es un cabrón. —respondo calmada, mi respiración se acelera. —Y tengo una vida aparte.

Sus aletas nasales se abren y cierran con rapidez, me encojo cuando se acerca furioso y queda frente a mí, con los ojos tan abiertos que asusta.

No entiendo su molestia por no abrirle la puta puerta, no quiero imaginar cómo se pondría si se entera de lo que estaba haciendo tras ella...

—¿Una maldita vida? Tu vida no es nada sin mí. —frunzo el ceño ante su arrebato, no entiendo lo que le sucede. —Pero si quieres estar sola, así será.

Da la vuelta y se pasa las manos por el cabello con desenfreno.

—Tú buscarás el maldito lugar para la entrega, tú hablarás con la persona que nos dará mercancía, tú, tú, tú, todo tu sola, ¿No es eso lo que quieres? —se gira de nuevo.

Tengo la boca seca, no comprendo una mierda de su arrebato, y me mantengo tranquila, incluso sometida ante lo que dice.

—No dije eso, no entiendo que te sucede, ¿Es por Tommy? Si te molestó lo siento...

—¡No es porque tu amigo se derrumbe en mi puta puerta hasta el culo de cerveza, es por ti, joder, tú me cabreas! —gruñe, gruñe como un verdadero animal y cierra los ojos con fuerza. —Lárgate, no te quiero ver.

¿Pelea porque me alejo un día, pero luego me corre?

No, no soy yo la del problema.

Con suma cautela, dándole un último vistazo, salgo de su apartamento y corro directamente al mío.

Respiro profundo una vez, otra vez más y me concentro en no girar, salir y volver a donde está para gritarle las mil mierdas en la cara. No merezco su trato, pero es un jodido impulsivo que cree poder hacer lo que le dé la gana siempre, y tengo muchas ganas de demostrarle que no es así.

Si tengo que planearlo todo, lo haré. La CDAS está de mi lado, y eso ya es bastante. Justo ahora, mi determinación no flaquea, pero, primero debo asegurarme de que mi amigo se encuentre bien.

Camino a la habitación de Tommy, él sigue en el mismo lugar que antes, me acerco y me arrodillo a un lado de la cama, al sentirme, gira la cabeza hacia mí.

—Tommy, ha sido muy irresponsable de tu parte llegar en este estado, te pudo haber sucedido cualquier cosa...

Se ríe.

—Como si realmente te importara.

Frunzo el ceño y abro y cierro la boca varias veces, buscando algo que responder.

—Me importa.

Pfff, tú solo estás preocupada por salir con Derek. —una vez más, ríe, me pincha la nariz con el dedo índice y me aparto. —Está bien, hermanita, todos tenemos necesidades, ya sabes...

—Calla. —le ordeno antes de que diga algo más. —¿Por qué te has emborrachado? Te conozco, y sé que esto no lo has hecho por diversión.

Me preocupa mucho Tommy, y entre la neblina de alcohol que cubre sus ojos, puedo ver pesadez, hay algo que lo afecta.

Con todo y defectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora