- ¿No te he dicho que espiar está mal? - Era Charles, ahora sí estaba más furioso. Sus ojos eran rojos y sus colmillos estaban fuera. - Aprende, princesita.
Me soltó haciendo que cayera sentada al suelo. Sobe mi cuello tratando de que el dolor cesara. No me trataría así de nuevo, ¿Quién se cree que es? Me puse de pie rápidamente y lo miré mientras él caminaba de espaldas.
Me las pagarás.
Cerré los ojos con fuerza para visualizar su rostro. Al abrirlos, intenté hacer que sufriera con todas mis energías pero solo conseguí que se voltee hacia mí más furioso de lo que ya estaba.
- ¿No aprendes, verdad?
Rápidamente se acercó a mí quedando frente a frente.
- No puedes hacerme daño con tu pequeño poder - Tocó mi cabeza con su dedo - Deja de estupideces, y vete a dormir.
- Eres un maldito - Aquello salió de mi boca sin pensar - y un maldito asesino.
Aquel rodeó sus ojos.
- ¡Wow!, que sorpresa, tenemos eso en común - Movió su mano haciendo mas exagerada su respuesta. - Deja de molestarme, niñita.
- No te estoy molestando. - Aclaré cruzandome de brazos.
Charles arqueo sus cejas.
- ¿Y porqué me espías?
Había quedado boquiabierta. Sinceramente no podía responder aquello, ¿Porqué lo espiaba? No lo sé, ¿Vergüenza tal vez? ¿Miedo? ¿Le tenía miedo? Podría ser...pero no, era otra cosa.
Charles me dedicó una sonrisa cínica - Vete antes de que todos sepan tu secreto. - Y dicho aquello dió media vuelta para irse del pasillo.
Me quedé atónita. ¿Cómo sabía que me había ido? En fin, todavía no me acostumbraba al hecho de que todos aquí pudieran sentir mi presencia. En el pueblo era más fácil, nadie me percibía, podía usar mi don y podía cazar. Aquí no puedo hacer nada de eso. Seguía preguntándome ¿Estaba mal querer cazar?
Al entrar a mi habitación y me eché en la cama mirando al techo. No tenía sueño, claramente ya había descansado y por más que hubiese salido, no tenía sueño.
La salida. Jamás había ido a una discoteca y menos con un chico, había ido al bar del pueblo algunas veces con Clara si mal no recuerdo pero jamas en un lugar tan lleno de personas y tan, desbordado e incluso indecente.
Entonces su nombre apareció en mi mente. Esperaba que no considerara mi silencio como un rechazo, pero pedía mucho. James parecía amigable, luego de haberme besado siguió bailando conmigo y tratando de acercarse a mí, lo cual no me molestó pero... ¿Declararse tán rapido? Era extraño.
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Tarareaba una canción mientras observaba mi vaso, moviéndolo en círculos de forma pensativa.
- Siento que no te interesa lo que estoy diciendo, Isabelle. - Aquella voz interrumpió mis pensamientos.
Dirigí mis ojos a Harry, quien nos estaba explicando a Clara nuestros deberes como princesas antes de presentarnos frente a todo el pueblo.
¿Se notan mis ánimos de ser princesa, no?
- Presta atención, Isabelle. - Clara habló. ¿Estaba molesta?
Bufé por lo bajo.
- Todas estas reglas son estúpidas - Escupí, ya estaba cansada. - ¿No hablar con el personal? ¿No salir del castillo? ¿Reunirse con los dirigentes de cada pueblo en secreto? ¿Usar un calabozo para humanos y vampiros rebeldes? ¿Seguir promoviendo el asesinato de personas inocentes? - Mencionaba todas las cosas en el pizarrón frente a mí en forma de pregunta - ¿A poco puedo ir al baño sola? Porque también veo que tenemos que tener protección personal todo el tiempo - Me crucé de brazos, estaba demasiado furiosa.
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Hands Tied.
VampireEsta historia está llena de amor, odio, venganza y demasiadas almas perdidas. Isabelle creía que su vida estaba tranquila, sin un pasado por el cual sufrir y un futuro que no le preocupaba. Sin embargo, nunca pensó que aquél pelinegro de ojos verdes...
Siete.
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