— No seas dramática. Además, seguro te enteres luego.— le recrimino.— No se como, pero lo haces.

— Soy tu madre, siempre lo sé todo.— hace unos gestos tenebrosos con sus dedos.— Y ahora, sé que deberías hablar con ella.

— No lo sé... siento que, con Jude interponiéndose...

— Tu hermano siempre va a interponerse, es su amiga. Pero si tus intenciones son buenas, no tienes de que preocuparte.— me sonríe.

— Lo son.— digo con sinceridad.—Quisiera... conocerla.

— ¡Lo sabía!— exclama emocionada.

— Ahí vamos de nuevo...— me paso la mano por el rostro frustrado.

— Sabía que ella te iba a encantar. — se ríe.— Ahora vete, no seas cabeza dura.

No estoy muy convencido, pero tomo las invitaciones y salgo de la casa. Si me detengo, entonces sé que no tomaré el impulso para hablarle. Me siento como un tarado cuando llamo a su puerta y me quedo esperando unos minutos allí. Vuelvo a tocar y esta vez si se abre.

Sus ojos azules me miran fijamente cuando se encuentran con los míos, y sostiene todo el peso de su cuerpo contra la puerta algo cohibida.

— Hola.— me saluda con una sonrisa avergonzada.

Lleva el cabello rubio en ondas descuidadas detrás de las orejas, y tiene un vestido primaveral amarillo y naranja que le sienta a la perfección. Me concentro en observarle el rostro y me aclaro la garganta antes de estirar la mano y entregarle las invitaciones.

— Sophie Miller tiene el placer de invitarla a esta bellísima velada contra la Violencia de Genero.— canturreo y ella mira con curiosidad las tarjetas.— Abogados de alto prestigio como mi padre y sus amigos se pondrán ebrios y donaran mucho dinero para personas que en realidad lo necesitan.

— ¿Y yo que haría allí?

— Bueno, tu... podrías ser mi pareja.— me arrepiento al instante que lo digo en voz alta.— Quiero decir, mi pareja en la gala. Solo eso.

Me abofeteo mentalmente. Parezco un niño de trece años que jamás habló con una chica y no sabe como hacerlo.

— ¿Tu pareja?— dice y asiento.— No lo sé, tal vez lleve mi propio acompañante.

Noto el brillo juguetón en sus ojos y me río:— ¿Ah si? ¿A quién?

— Jason Armstrong.— dice en tono serio.— Se veía muy interesado en llevarme a la fiesta el otro día, tal vez debería considerarlo.

Ahí estaban de nuevo, sus comentarios perspicaces.

— ¿Tu crees? Yo creí que eras mas de los Miller.— bromeo y ella me golpea en el hombro enojada.

— Nunca debí contarte eso.

— Está bien, es mejor saber cual es tu tipo. Y para mi suerte: soy un Miller.— suspiro.— Así que llevo ventaja.

Gira el rostro hacia un lado mientras sonríe. Es tan encantadoramente bella sin siquiera intentarlo, y se que la estoy mirando como un idiota. Ella parece notarlo, y su rostro se vuelve neutro.

Suspira:— Nate, lo del otro día... no debió haber pasado.

— Estoy de acuerdo.

— Y yo se que te debe resultar...— se frena en mitad de la frase.— ¿Que?

— Si, me apresuré a besarte.— admito.— Luego pensé: "Nate, debiste esperar a la segunda cita."

— No es un chiste Nathaniel, no vamos a tener "citas"— hace comillas con sus dedos.

Amor en Instantáneo (SIEMPRE #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora