Por otro lado, los patinadores artísticos pensaban: “Lo que tienen de mastodontes lo tienen de estúpidos. Es un deporte para holgazanes, no demuestran habilidades en el hielo”.
Los jugadores de hockey gritaban: “¡Hey, piruetas estiradas! ¿Cómo estuvo su entrenamiento?”
Los patinadores artísticos respondían con sarcasmo: “Más complicado que mover un disco, cerebros de caucho”.
Era común que al finalizar las clases, Min Yoongi, capitán del equipo Golden Kings, lanzara un comentario provocativo hacia los patinadores artísticos con el fin de incitar una riña. Sin embargo, gracias a la intervención de Seokjin, lograban evitar que la situación escalara. Aunque había insultos y empujones, nunca llegaban a golpearse. El colegio tenía una regla estricta que debía cumplirse bajo cualquier circunstancia: nunca involucrarse en una pelea.
De lo contrario, podrían ser expulsados del deporte definitivamente.
—¿Se atrevieron a entrar nuevamente a nuestra pista? —Taehyung le dirigió una mirada rápida a Jimin sin detener su paso.
—Estamos hablando de esos cavernícolas —Jimin respondió con un tono de obviedad. —Por supuesto que han entrado a nuestra pista, es la quinta vez en este semestre. Las chicas creen que hay que tomarlo con calma, pero ellos me están volviendo loco.
—Jimin, tú me estás volviendo loco en este momento. —Taehyung se detuvo, encaró a Jimin y lo tomó por los hombros. —Pero sea lo que hayan hecho, nos encargaremos. Eso tenlo por seguro.
Jimin se sintió complacido con esas palabras, como si fueran una promesa.
Taehyung respiró profundamente cuando se encontró frente a la gran puerta que lo llevaría al área de la pista de hielo. No tenía ni idea de lo que había detrás, pero de lo que sí estaba seguro era de que Seokjin, Jisoo, Lisa y Jennie los estaban esperando.
Jimin se adelantó con pasos decididos, dejando a Taehyung estático por un momento. Pero Taehyung logró recuperar la compostura y caminó detrás de Jimin con su mochila en mano, apretándola fuertemente contra su pecho. Sus pasos eran torpes, pero nadie podía culparlo, él estaba realmente nervioso.
Cuando Taehyung llegó finalmente frente a la pista, no pudo evitar que el coraje subiera por todo su cuerpo a niveles incontrolables. Frente a él, con letras grandes y rojas que cubrían toda la pista de hielo, se podía leer en letras mayúsculas:
P I R U E T A S E S T I R A D A S
—Cortesía del equipo de hockey. —Jisoo, hermana gemela de Seokjin, sonrió con sarcasmo mientras les daba la bienvenida.
—Demasiado lindo, ¿no es así? —Seokjin se levantó de la banca donde estaba sentado y caminó hacia ellos— ¿Y bien? ¿Algo en mente? Debemos ir contra ellos.
—Creí que querían tomarlo con calma —Taehyung recordó las palabras dichas anteriormente por Jimin.
—¡Yo quiero venganza! —Seokjin gruñó, tratando de lucir intimidante. —Jennie, Lisa y la "Repetida" prefieren quedarse con los brazos cruzados, pero yo estoy harto. —Miró a su hermana gemela, a quien apodaba "Repetida" por ser la menor.
—Chicos, no caigamos en su juego. —Dijo Jisoo, la más tranquila en aquella situación. —Si quieren regresar el golpe, les pido que tengan en cuenta las consecuencias que les traerá cuando los descubran.
—¿Por qué supones que nos van a descubrir? —Jimin se cruzó de brazos y la miró fijamente, como diciendo “¿De qué lado estás?”—¿Estás insinuando que no somos capaces de regresar una simple broma? —Preguntó. —No son más que una bola de estúpidos.
—Jimin tiene razón. Ellos ya se divirtieron con nosotros, es nuestro turno. —Dijo Seokjin, claramente molesto y fastidiado.
—Bien, ya que están decididos, ilumínenme: ¿Qué se supone que van a hacer? —Jennie decidió intervenir, mirándolos con diversión. —Son ustedes tres los únicos locos que quieren hacer un disparate, mientras que ellos son más de veinte. —Les recordó. —No se trata solo de Yoongi, Jungkook o Namjoon. No importa con quién de los tres se metan, si atacan a uno, todo el equipo responderá en contra.
—¡Agh! Mejor deja de fingir que te importa nuestro bienestar. —Jimin dijo, golpeando el piso con su pie y señalando a Jennie. —Estás preocupada por ese cabeza hueca de Namjoon.
Para nadie en el equipo era un secreto que Jennie tenía un ligero enamoramiento con Namjoon, algo que no ocurrió de manera intencional. Coincidieron en el taller de dibujo, fueron compañeros en un proyecto, y al ser Namjoon el prototipo de chico perfecto - atractivo, inteligente y deportista -, Jennie no pudo evitar convertirse en una admiradora secreta.
Seokjin desvió su mirada, incómodo al escuchar que una de sus amigas tenía un crush con su ex novio, por quien aún tenía sentimientos. No la culpaba, al contrario, la entendía; Namjoon era sumamente guapo, atlético, con un buen cuerpo... ¡Pero ese no era el tema!
—Nosotros también entraremos a su pista. —Taehyung respondió, llamando la atención del grupo y observando el hielo pintado con letras rojas.
Jimin sonrió y dio los cinco con Seokjin. Por esta ocasión, las chicas no los estaban apoyando, pero no importaba, porque ellos tres cumplirían con su propósito: regresar el golpe a los cerebros de caucho.
—Como siempre, sólo puedo contar con ustedes. —Dijo Jimin, sintiéndose agradecido con Taehyung y Seokjin.
Seokjin y Jimin se conocieron a mediados de su primer año de preparatoria, cuando Jimin ingresó a Lé College Rosé.
En un principio, Park Jimin parecía ser alguien tímido y le costaba integrarse al grupo, por lo que Seokjin tomó la iniciativa de acercarse a él. Incluso, comenzaron a asistir juntos a los entrenamientos de hockey, a los que Seokjin solía ir con frecuencia solo para ver a Namjoon.
Posteriormente, Jimin también empezó a frecuentar esos mismos entrenamientos, pero esta vez por Min Eunwoo, un antiguo capitán de Golden Kings, con quien mantuvo una relación que solo duró algunos meses.
Min Eunwoo, el primer y único novio de Park Jimin hasta ese momento.
Al llegar el segundo año, Jimin se transformó en un chico temeroso y retraído que guardaba un profundo y oscuro rencor.
La historia con Kim Taehyung era diferente. Taehyung se unió a Lé College Rosé a mediados del segundo año, tras ser transferido del Internado Baldweeth por razones desconocidas, pero lo suficientemente misteriosas como para que el alumnado comenzara a especular y sacar sus propias conclusiones en cuestión de días.
En otras palabras, Taehyung provenía de otro colegio igual de prestigioso que Lé College Rosé, ubicado al este de Seúl, pero con una reputación muy distinta. El Internado Baldweeth era conocido por ser un lugar donde enviaban a los estudiantes problemáticos, por lo que su mala fama precedía a sus alumnos, haciendo que fueran vistos con recelo y asociados con un reformatorio.
Una frase que resonaba en los pasillos de Lé College Rosé y que todos conocían decía: “Si entras al Internado Baldweeth, significa que eres malo; pero si sales de allí, significa que eres peor.”
La mayoría de los estudiantes del Internado Baldweeth eran enviados por sus padres desde los seis años hasta convertirse en universitarios, por lo que el dilema era que Taehyung salió antes de cumplir la mayoría de edad. Esto generó que sus compañeros de Lé College Rosé lo marginaran, gritándole: “¡Forastero, no perteneces aquí!”. Esta acusación se convirtió en una especie de sentencia para Taehyung, quien se sentaba al fondo de la clase, se encerraba en los baños durante la hora del almuerzo y, en ocasiones, desaparecía del colegio sin ser visto.
Jimin y Seokjin sabían muy poco sobre Taehyung, e incluso en un principio creyeron que era mudo debido a su silencio, ya que rara vez pronunciaba una palabra. Sus participaciones en clase eran escasas, pero destacaba por sus buenas notas.
Taehyung era un chico invisible en el aula, pero en la pista de hielo revelaba sus habilidades. Sin embargo, se convirtió en un héroe ante los ojos de Park Jimin cuando Taehyung lo defendió de Min Yoongi, quien intentó molestarlo en los pasillos del colegio.
La noticia se propagó como un reguero de pólvora por cada rincón del colegio, escandalizando a los estudiantes. Park Jimin parecía tener un protector, y eso lo puso en el centro de atención de Lé College Rosé. Los rumores cobraron vida propia y se esparcieron por cada pasillo y salón, pasando de grupo en grupo y siendo tema de conversación en la cafetería. Como resultado, el maltrato hacia Jimin disminuyó significativamente, como si Taehyung estuviese listo para defenderlo de aquellos que intentaban intimidarlo.
Taehyung no era débil, pero si los demás querían que interpretara el papel de “niño idiota”, podía hacerlo... hasta que se aburriera. Y cuando eso sucediera, los ahogaría en su propia miseria.
—Esos cerebros de caucho se arrepentirán de haber cruzado la línea. —Sentenció Taehyung antes de dar media vuelta y caminar hacia la salida con determinación.
Golden Kings... ¡Van a caer!