─No da gracia.

─Lo sé.─ Me levanté.─ Bueno, voy a entrenar, hasta luego.

─Adiós.

Me fui al campo de entrenamiento y cogí un arco y un carcaj lleno de flechas. No se me daba bien luchar, se me daba mejor curar, no estaba hecho para las batallas. Empecé a tirar. La primera flecha se clavó en el tercer aro contando desde el medio. Seguí así hasta que fue la hora de comer y sonó el cuerno. 

Me senté en el banco de la mesa de Apolo. Miré hacia la mesa de Hades. Claro, estaba vacía. Mis órdenes habían sido: ‘no te irás de aquí hasta que hayas cumplido los tres días.’ Seguramente un hijo de Apolo estaría cuidando a Nico. Pero de todos modos no me fiaba mucho.

Cuando vi un plato lleno de arroz, esos pensamientos se fueron de mi cabeza. Comí a gusto y me lavé los dientes. Después de un rato fui a la enfermería a ver cómo estaba Nico pero Quirón me pidió la lista de los materiales curativos que necesitábamos para ir a comprarlos así que estuve dos horas revisando los armarios. Cuando terminé, caminé hasta el fondo pero Katie me interrumpió.

─¡Will, Travis está peor!─ Fui hasta ella y me señaló lo que le ocurría al hijo de Hermes.─ Se desmayó hace unos minutos.

Me dispuse a trabajar y le curé la frente a Travis. Unos minutos más tarde Connor vino a ver a su hermano, los dejé solos y me volví a encaminar hacia la sección de Nico. Pero, me volvieron a interrumpir. 

─Will, Kayla se ha roto el brazo y no puede dar clase de tiro con arco, necesitamos que des tú la clase.─ Dijo Austin. 

─¿Cuánto tiempo dura la clase?─ Pregunté, no quería dejar mucho tiempo solo a Nico. 

─Unos cuarenta y cinco minutos, más o menos.

─Bien, me dirigiré hacia allí. Adiós.

Estuve cuarenta y cinco minutos dando clase de tiro con arco. Los campistas se partieron de risa, adivina porqué. Porque yo no daba en el blanco ni una sola vez y varios de los alumnos dieron en el blanco a la primera. La clase de ‘tortura a Will Solace’, perdón, la clase de tiro con arco terminó y me fui corriendo hasta la enfermería. En el camino me encontré a Reyna.

─Will, me han dicho que eres el médico de Nico. Tengo que decirte algo importante.

─¿Y qué es?

─Nico tiene heridas.─ Estuve a punto de reírme. Quien no se hubiera dado cuenta de ello estaría muy ciego. Era algo bastante lógico, pero me callé.─ Me refiero a otras.─ Dijo al ver lo que pensaba, en mi mirada divertida.─ Aparte de unas que tiene en la espalda, que supongo que no habrás visto, tiene otras más graves aún.

─¿Qué heridas? Si son tan peligrosas, ¿por qué no me lo ha dicho?─ Dije, comenzando a preocuparme.

─Porque él no es consciente de esas heridas. Son heridas mentales, se encuentra mal, ya has visto cómo le afecta. Ya has visto que le cuesta dormir bien, está confuso. Necesita ayuda.

Me quedé callado. Pues claro, ahora entendía que no me hubiera matado esa mañana al abrazarlo, necesitaba apoyo, alguien que lo consolara, necesitaba que lo cuidaran.

─Gracias Reyna. Ha sido muy útil, hablaré con él.─ Nadie más me pidió favores (menos mal) así que llegué hasta la camilla de Nico con la intención de hablar con él sobre sus problemas. Cuando vi que la cama estaba vacía supe al instante lo que Nico había hecho.

Fui andando rápidamente hasta llegar hasta Percy y lo arrastré agarrándolo por la oreja a un lugar apartado. 

─¡Ay! Eso duele.─ Dijo masajeando su oreja.─ ¿Por qué me haces eso?

Death Boy (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora