20 | ¿Los vecinos escucharon?

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Miro hacia arriba.

—Dios, perdónalo, no sabe lo que dice.

Larga una carcajada. Aaron, no Dios.

—¡Es enserio! ¿Con cuál empiezo?

Lo miro incrédula por unos segundos. Como no se echa a reír, hablo:

—Puedes empezar con... "The Maze Runner".

—¿Ese es el libro de el chico ángel que maneja una moto y es peleador?—pregunta a mis espaldas.

—No, te confundiste, estas hablando de "Hush, Hush" y de "Beautiful Disaster" al mismo tiempo—bufo bajando las escaleras—. No todos los libros son iguales.

—Ah. ¿Y este de qué trata? —inquiere extrañamente curioso.

—Léelo y sabrás.

—Perfecto. Lo voy a leer.

Me miente. Pero de todas maneras, me río.

Entramos a la cocina, donde están todos desayunando. Todos menos Jo, Max y Jules. Me congelo. Pensé que estarían durmiendo.

Al vernos, intercambian miradas y sonrisas cómplices. Los ignoro lo mejor que puedo y paso a hacerme mi desayuno.

—Los vecinos vinieron a quejarse ayer por la noche—nos dice Jace.

—¿Qué? ¿Por qué?—pregunto empezando a alterarme. Mis tíos nos van a matar si se enteran de que los vecinos ahora nos detestan.

—Unos gemidos sucios, aturdieron a todo el vecindario—carraspea West mirándome con seriedad.

Mis mejillas se acaloran. Tierra, trágame, plantame, no se, hazme desaparecer. Aaron niega con la cabeza divertido.

—¿Cómo estuvo su noche, eh?—pregunta Leslie con una sonrisa malvada.

Hora de evadir el tema.

—Y...¿A qué hora se fueron los niños?—les pregunto. Me siento un poco culpable por haberlos abandonado así de repente.

—Cuando sus gemidos pararon—dice Matthew.

¿Esto es a propósito? Me siento al lado de Leslie.

—¿Son.. algo?—nos pregunta Jace.

—¡No!—exclamo escondiendo, o mas bien, tratando de esconder mi cara con mi cabello.

—Pues deberían—sugiere West.

—¡Dejemos de hablar de mi!—pido avergonzada.

—Esta bien, ya basta—tercia Leslie entre risas—. ¿Hoy qué haremos?

—No lo sé, pero sea lo que sea, tratemos de evitar la playa. Ya me tiene harto. Llevamos un mes y medio acá. Y todos los días fuimos a la playa. Quiero disfrutar el mes que nos queda—habla Matthew en un tono cansado.

Asentimos.

—¿Qué... tal paintball?—sugiere Aaron luego de beber de su taza de café.

—¿Hay eso en este pueblo? —pregunto sorprendida.

—Sí—responde sorprendido—. Hace unos días hablé con Nick, dijo que podríamos arreglar para ir, los padres de Dylan son los dueños.

—Joder, los padres de Dylan son dueños de todo —me río.

—Bueno, ¿Qué esperas?!—lo apura Jace—. Dile que vamos.

Aaron toma su teléfono y le marca a Nick. Mientras tanto, Leslie aprovecha para acorralarme en busca de respuestas.

¡Aléjense, Playboys! (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora