—¿Por que no fuiste a cambiarte? ¿Tanto tiempo paso desde que salí de la empresa? –pregunto Izuku mientras tomaba la mano de Katsuki que extrañamente estaba fría, usualmente su pareja siempre tenía su temperatura corporal muy cálida y ahora sentirla fría era extraño.

—Como puedes pensar que podría ir a cambiarme de ropa mientras tu estabas en una casi muriendo, pasarían ahora ¿tres horas? No estoy seguro –contesto el rubio poniendo su mano libre en su cara con su seño más que fruncido.

Katsuki no lo notaba, en si nadie lo notaria, el Omega era un experto al ocultar sus verdaderas expresiones y preocupaciones, antes de vivir con Katsuki vivía diariamente aparentando estar bien a pesar de todo el daño que recibía, pero ahora le estaba costando demasiado, tenía un mal presentimiento, sintió un terrible nudo en su cargante al ver a su pareja aún estar cubierto de sangre seca en su camisa  haciéndole recordar el evento antes de desmayarse.

Sentía mucho miedo por preguntar a Katsuki que había hablado con el doctor y el por que su comportamiento se notaba inquietante, no quería imaginar o pensar cosas que tal vez no eran verdad pero ¿y si estaba en cinta y había perdido al bebé? ¡no! Jamás se perdonaría eso el estaba bien, todo estaba bien ¿verdad? Pero ¿Por qué Katsuki parecía querer decir algo y no decía nada? ¿por qué al acariciar su abdomen comenzó a llorar? ¿Por que tenía esa expresión de perdida?

—¡Izuku! –grito Katsuki al Omega ya que hacía rato lo intentaba llamar y no respondía.

—¿Emh? –respondió el Omega con un sonido de afirmación girando levemente su cabeza hacia el rubio.

—Comenzó a llover, así que tal vez podamos volver al hotel la sigu....–repitió lo que dijo el Enigma antes de que su Omega se quedara en sus pensamientos.

—¿Perdí al bebé?

—¿Que?

El Enigma jamás espero aquella reacción del Omega, estaba tranquilo aún que estaba apretando las sabanas con todas sus fuerzas o sus labios estuvieran ligeramente apretados como sus ojos parecían retener las lágrimas ¿que debía decir?

Un silencio de unos minutos se hizo presente en la habitación que para Enigma como Omega fueron eternos.

—t-Tu...¿Que estas diciendo? No, no estas en cinta –contesto Katsuki apretando sus manos dejando todas las zonas que hacían más presión blancas, no estaba listo, no podía decirle que no podían tener un cachorro.

La cara del Omega se relajo considerablemente dejando ver una expresión algo agridulce soltando levemente su aroma que ahora era algo dulce haciendo que el Enigma tragara grueso por aquella repentina acción.

—Entiendo...¿Entonces que hablaste con el doctor? Explico la razón del ¿por qué sangre? – el Omega pregunto nuevamente viendo como su pareja se ponía tenso y evadía su mirada.

Se sentía aliviado de no a ver perdido un bebé pero sentía aquella amargura por no a ver quedado en cinta y mediante la marca que ahora tenía en su cuello desde que Katsuki entro a la habitación sus emociones se habían sentido distantes, algo andaba mal.

Para el Enigma ya no había más opciones que decir la verdad, no sabía como su Omega podía reaccionar o que pasaría después pero ahora solo quedaba decirle toda la verdad a Izuku.

Y pareciera que el destino le estaba diciendo al rubio que no contará nada ya que al ambos volverse a mirar callo un rayo que resonó de una manera grotesca provocando una iluminación blanquecina en la habitación provocando que el ruido de la lluvia se escuchara con más intensidad.

—Te amo, antes de saber lo que el Doctor me dijo quiero que sepas que te amo a pesar de todos y todo, fuiste tu quien me enseñó la codicia en el amor y en el deseo, tus besos, sus abrazos tus palabras, todo de ti es perfecto y nada va a cambiar eso ¿entiendes? ¡nada! Te amo más que a mi mismo te amo a pesar de todo –

Enigma ; Katsudeku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora