хι. ❝в.в.ғ.❞

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Pronto aprendí que negarlo era lo peor que podía hacer.

Palmee los bolsillos de mis jeans, buscando las llaves de mi casa y las saqué, abriendo la puerta. En cuanto la puerta se abrió, pude entrar y cerrarla detrás de mi. Caminé a la sala y sonreí ampliamente al ver a mis maravillosas chicas y a mi pequeño chico sentados entre la alfombra y el sofá que había frente a la televisión.

El bullicio habitual se escuchaba con mucha claridad por toda la sala. Charlotte, la mayor de mis hermanas, estaba sentada sobre una almohada que pertenecía al sofá, pero en el suelo, mientras pintaba sus uñas con un chillón tono de azul que a ella le encantaba. Felicite estaba haciendo una tarea al parecer de matemáticas en el suelo, Phoebe y Daisy, las mellizas, se encontraban viendo sus caricaturas favoritas, ambas sentadas en el sofá, sólo que Phoebe se encontraba sosteniendo a Doris y su mellizo, Ernest, estaba siendo sostenido por mi abuela, quién a la vez estaba tejiendo quién sabe qué cosa.

Doris se dio cuenta de que me encontraba ahí y comenzó a balbucear mientras alzaba sus brazos hacia mí. Al parecer a Phee le molestó la inquietud de la bebé porque frunció el ceño y la miró, para luego dirigir su mirada hacia mí.


—¡Lou, llegaste! —exclamó ella, llamando la atención de todos en la sala.


Reí un poco y me acerqué a saludarlas a todas y con eso, tomando a la pequeña Doris en mis brazos.


—Lou, no entiendo mi tarea de matemáticas —protestó Fizzy, que estaba boca abajo y moviendo sus piernas flexionadas mientras que jugueteaba y mordía el lápiz con su boca.

—¡Lou, Charlotte nos cambió las caricaturas! —exclamaron las mellizas al unísono y pude ver que efectivamente eso había pasado.


Me senté al lado de Lottie y cambié el canal nuevamente, pasándole el control a Daisy luego.


—Eh, ¿tú no tienes tarea que hacer, acaso? —arqueé una de mis cejas mientras abrazaba Doris, quien se encontraba jugando con el cuello de mi camisa.

—¡Pero yo quería ver eso! —protestó con su ceño fruncido.

—Pero ellas lo estaban viendo antes —me encogí de hombros.


Cuando vivías con tanta familia y eres el mayor de tus hermanas y responsable de todo, tiendes a desarrollar esa capacidad que no todas las personas tienen, la justicia.

Lottie iba a protestar nuevamente, pero mamá apareció en la sala, por lo que sonreí ampliamente y le entregué a Lottie la bebé, con cuidado, antes de levantarme e ir a abrazarla.

Sin ver a Lottie, ya sabía que la idea de cargar a un bebé no le estaba haciendo ni un poco de gracia.


—No me fuiste a saludar hoy, Lou —se quejó ella y solté una pequeña risita.

—Lo siento, mamá, es que Doris se puso a molestar a Phee y Phee se estaba quejando —sonreí de lado y ella me dio un beso en la mejilla.

—Ve a sentarte, la cena está lista —murmuró y sonreí ampliamente.


Me dirigí al asiento que siempre me ha correspondido y las chicas captaron que tenían que ir a sentarse también. Fizzy se sentó a mi lado y en frente estaban Daisy y Phoebe, a quienes se los unió Lottie en cuanto dejó a Doris en su silla de comer, al lado del puesto de mamá. Mi abuela dejó con dificultad a Ernest en la otra silla y se sentó de cabecera. Mamá pronto llegó con dos platos de pollo arvejado que olía delicioso, esos platos fueron de la abuela y Fizzy, me levanté segundos después a ayudarle y así repartimos fácilmente los cinco platos restantes, mamá les puso un plato de frutas a Ernest y Doris, quienes comenzaron a comer desordenadamente.

Me volví a sentar al cabo de algunos minutos y comencé a comer, sentí como mi estómago se aliviaba prontamente del hambre que había estado sintiendo por esta media hora.

Todos nos encontrábamos concentrados comiendo y las mellizas se turnaban por echar ketchup sobre su pollo, a ambas les fascinaba que todo tuviera ketchup.


—¿Qué tal la escuela hoy, Lou? —me preguntó mi madre, me imagine que todas mis hermanas ya le habían dicho lo bien que siempre les iba y todo eso.

—Bien, genial —me corregí de inmediato y sonreí, sin poder evitar recordar al rubio que había sido una importante parte de mi día.

—¿Por qué tan bien? —alzó las cejas mi abuela, rodé los ojos con diversión y una ligera sonrisa apareció en mi rostro.

—No sé por qué les digo esto —murmuré, negando con la cabeza varias veces antes de proseguir—, salí con un chico —después de decir eso, seguí comiendo, esperando el reto de mi madre.

—Sabes que no debes escaparte de la secundaria Lou... —comenzó a decir mi comprensiva madre, sin levantar ni siquiera un poco su tono de voz.

—Lo sé, mamá, pero realmente quería salir con ese chico -dije, remarcando el «ese».

—¿Se trata de alguien que conozcamos? —preguntó nuevamente mi madre, mientras que todas mis hermanas y mi hermano se encontraban pendientes de mi respuesta.


Ahora su expresión mantenía un aire protector y extrañamente reconfortante.


—No, llegó hace poco a la secundaria —me encogí de hombros, sin darle muchas vueltas al tema. Pronto comencé a comer un poco más.


La verdad es que obviamente nadie lo conocería, por obvias razones Lottie iba a otra secundaria.


—¿Es tu novio, Lou? —preguntó Daisy, con voz inocente.


Toda mi familia era perfectamente consciente de mi homosexualidad. Me sentía realmente culpable a veces de todas las decepciones amorosas que mi madre había tenido, en cuanto sus novios se enteraban de que tenía un hijo gay, la dejaban, así hubieran tenido hijos o no, no podía evitar sentirme mal al ver a mamá llorando mientras sostenía su pronunciado vientre, una imagen que tenía grabada en el centro de mi cabeza.

Toda por mi culpa.

De todas formas, sabía que mi familia era grande y perfecta, no necesitábamos a otro hombre en la casa, mamá tenía un buen trabajo y yo a veces trabajaba con ella, por lo que ahorraba o ayudaba a comprar cosas sin que me lo pidieran, lo tomaba como una pequeña deuda continua por hacerle tal daño a mi madre. Aunque toda mi familia me amaba como era y ella me dijo que cuando encuentre a alguien que me respete y me trate como persona, será el indicado. Siempre pone a sus novios después que a nosotros. Y yo lo sabía. Aún así, habían algunos tipos que fingían no ser homofóbicos y luego te los encontrabas lanzándote agua bendita desde la entrada de tu casa. Sí, eso sí me sucedió una vez por muy irreal y raro que parezca.

Pero lo que contaba era que mi familia me aceptaba y amaba y yo amaba a todas mis hermanas y a mi hermano aunque fueran medios hermanos.

La mayoría de las personas tienen una o un "B.F.F." (Best Friend Forever/Mejor amigo por siempre) pero yo tengo una "B.B.F.", una Big and Beauty Family/Grande y Hermosa Familia.

Después de tragar todo lo que tenía en la boca deje pasar unos segundos de silencio. Dejé salir un pequeño suspiro antes de contestar.


—No, Daisy, no es mi novio —negué con la cabeza y un silencio se apoderó de la sala nuevamente.


Esta vez fue Fizzy quién habló.


—¿Y te gusta? —su voz inocente casi me hace sonreír.


Sentí un lío en mi mente con esa pregunta.

Quiero decir, claro que me atrae, es guapo y, wow, ¡no me tiene miedo! Es bastante especial y lindo. Pero no sé si eso se podría decir como que me gusta... digo sí, pero a la vez no lo sé. A penas habíamos hablado una vez y él había estado en tensión casi la mayor parte del tiempo. Pero eso no le quitaba el inminente interés que sentía hacia él, por lo que decidí responder:


—Sí, Fizzy, me gusta un poco.

puzzle; nouis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora