Torciendo el semblante ante la idea que le llegó a la cabeza.
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La atención de Haru estaba sobre su dueño, acostada de forma casi perezosa sobre las piernas de Teneo que se había quedado viendo, Tenma, Yato y Manigoldo fueron los que optaron esta vez por participar en el entrenamiento de Regulus.
Sísifo ya se había separado de ellos por lo tanto estaban solos. Los ojos de Teneo se abrieron del asombro que se llevo cuando Manigoldo terminó manipulando las ondas infernales a través de la hoja del sable que Regulus tenía en las manos, pareciendo que la hoja se había prendido en llamas. Tenma, Yato y el propio Regulus estaban de la misma forma que Teneo a unos metros de ellos, pero Regulus no desaprovecho y tras la sorpresa inicial buscó defenderse, en su batalla contra Baldor pudo percatarse de cuando iban a ejecutar un ataque por su habilidad de ver el cosmos moviéndose por el cuerpo de sus oponentes, ahora que sabía que esa habilidad era propia de su nacimiento, quería probarla ahora para defenderse.
— Espero que la hoja sea más resistente. — Dijo, tomando aliento para saltar contra Tenma que en guardia se defendió.
— Lo haces bien. — Manigoldo alentó. Volteando la mirada cuando otra presencia muy conocida se hizo presente.
— Te llevo buscando, pequeño gato.
— ¡Maestro Kardia! — Yato se sobresaltó ante la presencia del santo de Scorpio, Kardia al ver esto se acercó a su alumno pasando su mano por su cabeza en lo que Yato conocía como una caricia.
— Te has desaparecido de mi vista desde hace un tiempo. — Hizo saber. — ¿Has estado por aquí no? — Asintió, ligeramente sonrojado. Kardia sonrió de forma amplia, volcándose al antiguo santo de Leo. — Vaya que estás esforzando Regulus. — Susurro, acercándose a él con el aguijón afilado. — ¿Te molesta si te pruebo en combate? Con lo mismo que hizo Mani hace un rato.
Mirando su espada con nervios, a sus amigos buscando su intervención, terminando con la mirada en Manigoldo cuando su mano tocó su hombro.
— Acepta. Lo conozco, Kardia es muy alocado porque disfruta siempre vivir al máximo, disfrutando todo lo que puede por lo tanto sé que tiene algo planeado, sin contar que estaré a un lado para ayudarte. — Alentándolo le expresó, Regulus recordó cuando ayudó a Yato a obtener la armadura de Unicornio, ya que Kardia llegó con ellos ya cuando terminaron, en ese momento se comportó casi cariñoso con los 2, felicitando a Yato y agradeciendo a Regulus. Por lo tanto sabía que podía confiar en él.
Aun con algo de nervios Regulus terminó aceptando, suspirando para llenarse de valor.
— Avísenme si esto termina mal. — Yato se tapó los ojos con las manos, no quería ver nada.
De un chasquido, Manigoldo formó hilos de Fuego fatuo en sus manos, concentrándose para guiarlas a la espada de Regulus y mantenerlas como si fuera una capa sobre esta.
Kardia se lanzó contra él, usando su aguja escarlata como espada, chocando ambas hojas una y otra vez, en un combate ligero.
— Mierda. — Manigoldo se quejó, se le estaba haciendo difícil mantener su cosmos sobre esa espada y de paso proyectarlo sobre otras zonas en todo el coliseo para darle tiempo a Regulus de respirar y responder. Su condición y resistencia física era muy buena pero apenas se estaba acostumbrando a ese formato de combate, y Kardia no tenía problemas de atacar de forma seguida, tanto a él como al campo. — El maldito se contiene. — Se volvió a quejar. Si lo conocía como lo conocía, ya hubiera destruido esa espada en pedazos desde antes de empezar, pero esa no era su intención.
Los santos de bronce y Teneo contuvieron un quejido cuando la espada de Regulus chocó con fuerza en el brazo de la armadura de Scorpio, hecho que Regulus aprovechó, lleno de adrenalina que lo llevó a terminar asestando un golpe en el rostro de Kardia que le quitó el casco de la armadura. Mandandolo metros tras de él.
— Nada mal. — Kardia halago, pasando su mano por sus labios, bajando el brazo ya bando por terminado el combate. — Veo que ahora estás desarrollando más voluntad que antes. Eso es bueno. Pero también recuerda que tienes que descansar y disfrutar de la vida que puedes tener ahora, estas muy joven para terminar amargado tan pronto. - Declaro, revolviendo el cabello de Regulus haciendo que este solo ría, terminando totalmente halagado.
— Lo pensaré, después de todo tengo algo pendiente con cierta persona. — Volvió a Reír, llevando los ojos en dirección a Manigoldo que lentamente se acercaba.
— Así que estas eran tus intenciones, alacrán. — Kardia solo se encogió de hombros ante la acusación.
— Sé que ya viste lo que pasó con esos enclenques, sin contar que darle la espada fue tanto buena idea como una locura. Quería verlo con mis propios ojos. — Declaro. — Me sorprende que hayas sido capaz de inyectar esa cosa con cosmos.
— Solo fue una idea, no esperaba que funcionara tan bien. — Pasando su mano por su nuca admitió avergonzado, Kardia volviendo su vista a Regulus.
— Deberías considerar ir a misiones con los santos de bronce, son mucho más simples así que creo que te puede servir un poco. — Regulus asintió, lo iba a considerar. — Y tu Mani. ~ — Sonriendo ladino llevó su vista a su amigo. — El gran patriarca quiere que vayas a hablarle, creo que te metiste en problemas por escaparte tanto.
— "Mierda..." — Con una mueca en el rostro no le costó más que obedecer.
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Luciérnagas azules.
FanfictionOscuridad, luego de estar en una completa pelea y dificil pelea, donde se le reconoció por su gran poder, las heridas para el joven Santo de Leo serian más graves a pagar de lo que esperada en un primer momento. Toda su vida ahora se ve comprometid...
Capitulo 7
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