Fue entonces cuando dejaste de brincar, no podías ir con Wakasa porque estabas con Shinichiro y no era decente abandonarlo solo para ir con la persona que te gusta la cuál en ocasiones también te hace sentir mal.

— Está bien, vé con él. — sonrió.

Shinichiro siempre te había acompañado en todo, era casi tu mejor amigo y los dos tenían una muy buena relación pero... ¿Estaba realmente bien correr a los brazos de otra persona que en primer lugar nunca los tuvo abiertos para tí?

Habías acordado acompañar al azabache durante el resto de la tarde y dejarlo solo te hacía sentir mal.

— No, me quedaré aquí contigo. — sonreiste.

— Está bien, no hay problema puedes ir con Wakasa, piensa, tal vez tengas una oportunidad~ — despeinó tu cabello y se levantó de la cama para seguir con su motocicleta.

— No, hoy prometí que me quedaría contigo así que cumpliré con lo acordado.

El tiempo paso, Shinichiro y tú se habían hecho más cercanos e incluso lograste sobrellevarlo la distancia con Wakasa aunque eso no quiere decir que lo olvidaste por completo, en tu corazón, él era la única persona para tí.

Solías pasar más tiempo en casa del azabache metida en su habitación sin decir algo y de vez en cuando un mensaje de Wakasa te alegraba el día y aumentaba tus sentimientos por él aún sabiendo que nunca serían correspondidos.

Incluso pensaste que todo podía cambiar luego de que el te invitará al cine ya que quería ver una película, ese día fue tan especial para ti, tan mágico y tan hermoso, Wakasa fue demasiado atento contigo y te dio toda su atención que incluso creíste que podías tener una esperanza de salir con él.

Para tu mala suerte, Wakasa seguía firme  con la misma respuesta de antes “No” aún después de pasar todo el día juntos, aún después de que tomo tu mano, aún después de que se besaron, aún después de todo eso... Él no era capaz de corresponder tus sentimientos y no importaba que hicieras, Wakasa nunca te iba a aceptar por el hecho de que.... No, tal vez era mejor para ti no saberlo.

Aquel día lloraste por mero coraje, odiabas a Wakasa porque si no le gustabas ¿CÓMO ERA POSIBLE QUE TE BESARA? ¿CÓMO ERA POSIBLE QUE  TE TOMARA DE LA MANO? ¿COMO ERA POSIBLE FINGIR TODAS ESAS EMOCIONES? ¿EXISTÍA UNA PERSONA ASÍ?

Te dejaste llevar por la miseria que habitaba en tu corazón, para muchos, esto podía ser un juego de niños pero para ti era diferente, para ti esto significaba mucho y que especialmente él lo tomara como chiste fue de lo peor, un maldito sentimiento que te hizo sentir vacía por mucho.

Pero no podías culpar al universo por tu mala suerte debido a que la habías usado toda en encontrarlo a él.

Shinichiro Sano, ese joven fue directo al departamento que habías alquilado hace unos meses tras saber lo ocurrido entre Wakasa y tú, además, ya le parecía extraño que no fueras a su casa tan seguido como de costumbre. Tocó la puerta y espero pacientemente a que la abrieras y así fue, solo después de 10 minutos golpeando con fuerza fue que se abrió, revelando así el rostro de una chica que parecía y llevaba días llorando y sin levantarse de la cama.

— ¿Puedo pasar? — preguntó rascando su mejilla.

— ...

Dejaste la puerta abierta y te adentraste hacía el sofá dejándote caer sobre él, Shinichiro cerro la puerta y te acompaño mientras recogía un poco el desastre que había en el suelo.

𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭 𝐝𝐞 𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora