Sin mediar palabra acató sus deseos, acomodándose junto a él y apoyando sin pensárselo mucho la cabeza contra su hombro, percibiendo en cuestión de segundos que Focus mejoró la posición al rodearle con uno de sus brazos y atraerlo sin más preámbulos hacia su pecho. Con ello, descubrió que no era el único con el corazón prácticamente desbocado.

Los pensamientos de ambos híbridos deambulaban desordenados, conservando y desechando ideas, con cada una de éstas terminando en el mismo callejón sin salida. En el fondo, los dos creían que la decisión de los Dioses había sido prácticamente por la cara, ya que... qué sentido tenía conciliar tanto al pueblo uno como al tres mediante un compromiso cuando no había ningún sentimiento genuino de por medio? además, qué les aseguraba a ellos que los desacuerdos y conflictos iban a culminar tan solo por esa estúpida y absurda unión sacada de la misma nada?

─Huirías conmigo si te lo pidiera?─por un lado Fargan intuía la respuesta, aunque su parte más impulsiva y esperanzadora esperó oír lo contrario.

─Eso podría desatar una guerra que ahora mismo nadie necesita─confirmó Focus con auténtico pesar, afianzando su agarre en el cuerpo del otro─. Aparte, aquello también contaría como contravenir sus órdenes... y sé que lo sabes.

El búho tensó la mandíbula, consciente de que incluso si la mayoría de su pueblo -y algunos del dos y tres- apoyaban enormemente su relación con el cuervo, ninguno lo pensaría al momento de hacer la vista gorda y declinar de brindarles apoyo con cualquier locura que tuviera relación directa con los Dioses. Y, a juzgar por la reciente respuesta de Focus, ni siquiera él se pondría de su lado a la mínima de intentarlo.

Una risa carente de humor se le escapó, deshaciendo cualquier contacto entre ellos para ponerse de pie y comenzar a andar de un lado a otro en la habitación. La sola imagen de Focus y Dess contrayendo matrimonio en cualquiera de las dos imponentes iglesias de cada pueblo le hacía hervir de un modo enfermizo las entrañas, sin resignarse en lo absoluto a aquel panorama.

Lo más irónico de todo, es que esos dos se llevaban increíblemente bien, congeniando de puta madre y compartiendo una confianza que podía incluso estar a la altura de la que él mismo mantenía con Focus. «Y si ese intrépido lobo consigue ingeniárselas para hacerlo definitivamente feliz? qué voy a hacer entonces?» se cuestionó con una inclemente amargura, frunciendo los labios y ponderando constantemente la idea de enfrentarse sin importar las consecuencias a quienes estaban por encima de él, y de todos.

─...Incluso si estoy con él, no voy a renunciar a ti, Fargan─declaró Focus desde su punto, notando lo agitado e inquieto que su hasta entonces pareja se encontraba─. Los Dioses saben que nunca podrán haber sentimientos de por medio, ni aunque me obliguen. Hasta ellos notarán que a quién quiero y siempre voy a querer, es a ti.

El búho detuvo sus movimientos, observándole con una intensidad bastante familiar, una que al mismo tiempo expresaba la conmoción que sus palabras le habían generado. Aún así, y para el propio desconcierto de Focus, Fargan negó, una y otra vez.

Le vio inspirar aire profundamente, como preparándose para algo que probablemente daba desde ya por hecho.

─Te enfrentarías a ellos por mí?─Fargan se giró hasta quedar de cara al otro, sosteniendo su mirada con cierta vacilación. Su corazón no dejaba de latir a la altura de su garganta─. Por lo nuestro?

Focus abrió los ojos de par en par, asimilando lo que le estaba pidiendo y experimentando desde ya cierto temor por los escenarios que la sola posibilidad recreaba en su cabeza.

Desafortunadamente, cada uno culminaba en un fatídico fracaso.

Fargan se tornó cabizbajo, dejando fluir una sonrisa triste porque de alguna u otra forma, era lo que había estado esperando recibir. Con lentitud se dio media vuelta, cerrando la puerta con algo más de fuerza una vez que se marchó.

Mientras que Focus, y aún consternado en su lugar, comenzó a darse cuenta tardíamente de que el búho no escatimó en reservas en el momento en el que decidió quererle, teniendo ahora la prueba irrefutable de ello. No obstante, y aunque tenía las cosas más claras que él, y pese a que su destino ya estaba irrevocablemente zanjado, no tenía las fuerzas suficientes ni mucho menos se sentía capaz para pedirle a Fargan con el dolor de su alma que renunciara a lo que tenían.

Porque si él no podía, Focus tampoco lo haría. E incluso si no quisiera y se negara de todas las formas existentes a ello, la fidelidad que el compromiso exigía le haría más difícil la tarea de conllevar sus sentimientos por el búho, deduciendo que los Dioses luego de cumplir lo pactado, no le quitarían ni a él ni a Dess los ojos de encima.

Y aún así, y en el fondo donde quedaban cachitos de su propia esperanza, seguía creyendo en que podría haber algo, lo que fuera para liberarles de una voluntad que no estaba en manos de ninguno enfrentar.

Realmente no había nada que pudieran hacer?

Retroceso | FarcusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora