—No realmente—la rubia respondió amablemente, mostrando una perfecta y reluciente sonrisa.

—¿Entonces?

—¿Quieres oír la verdad?—inquirió ella, mientras su sonrisa se ladeaba de forma sutil. Gray asintió, alzando una de sus cejas—es porque me agradaba la vista.

—Interesante, y dime, ¿qué te agradaba específicamente?—preguntó él.

—Tú—murmuró, de forma coqueta.

¡Esa loca!

Fruncí el ceño enfurecida, dispuesta a dejarla en su lugar, sin embargo, cuando di un paso, un agarre en mi muñeca me detuvo. Me volteé, irritada.

—¿Blaise?

—Tranquila, es parte de un plan, no pasa nada con Gray—aclaró.

¡Pudieron decirnos eso antes!

—Debí suponerlo—solté, entrecerrando mis ojos mientras volvía mi vista a ellos—pero debieron decirme, por un momento creí que...

—No, él no haría eso—Blaise sonrió levemente, y yo asentí, devolviendo el gesto.

Me considero algo rencorosa, pero a pesar de lo que Blaise era antes de conocernos, y a pesar de cual era su objetivo al acercarse a nosotros, jamás podría odiarlo. No con todo lo que ha hecho por nosotros, y no con todo lo que se ha arriesgado por hacernos felices.

Nos ama, y lo ha demostrado.

Y yo estoy orgullosa de decir que también lo amo a él.

Nos separamos una vez más, y al dejar que mi vista viajara por los alrededores, noté que todas las personas disfrutaban cómodamente de la fiesta, a pesar de saber perfectamente a lo que venían.

Al posible encuentro de dos familias enemigas.

Los Dagger, y, por supuesto, los Hood.

Suspiré, repasando mentalmente el plan que habíamos hecho mientras seguía caminando.

—¡No puede ser!—un chillido hizo que mis oídos sufrieran. Mis cejas se fruncieron mientras yo buscaba a la persona responsable de ese grito de pura emoción—¡Black, White!

Me giré, viendo que otra chica, de cabello rubio igualmente, daba pequeños saltos mientras veía a los chicos. Quienes supuse eran sus padres estaban justo detrás de ella, sonriendo también.

—Creí que nunca los vería otra vez—aquella chica amplió su sonrisa, y yo alcé una de mis cejas al notar que White sonrió, emocionado.

—¿Juliette?—inquirio.

—¿Me recuerdan?

—¿Como olvidar a la chica que jugaba con nosotros a buscar fantasmas en la mansión?—preguntó White, y entonces, Black cambió su expresión, como si acabara de acordarse de aquello.

—¡Era un juego increíble!—exclamó ella, derrochando euforia, hasta que, después de un suspiro, posó su mano cómodamente sobre el hombro de White—lamento mucho lo que sucedió...

Ambos se quedaron en silencio, y Black fue el primero en desviar su mirada.

—De haber sabido que ustedes estaban...con vida, créanme que habría estado con ustedes si lo necesitaran—la rubia mostró una sonrisa sincera antes de continuar—pero ahora, cuenten conmigo, ¡podemos volver a jugar para divertirnos un poco!

Tragué, carraspeando y volteando a ver otro lugar para seguir caminando.

No es justo que me ponga celosa, ni mucho menos que desconfíe. Por lo poco que escuché, ella parecía ser una buena persona, y necesitan su espacio para reencontrarse.

Faceless Revenge ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora