Todas regresamos al camerino con la cabeza abajo, nos habían estado saboteando el partido; los últimos minutos el equipo contario nos estaban haciendo perder el tiempo y eso me desesperaba.
Porque, solo se lanzaban al suelo y en una de esas, la árbitro les regalo un penalti; cuando claramente no era.
—¡Eso ni siquiera era penalti! Esa perra—golpea la puerta de entrada del camerino y esa se abre.
Al entrar, me quite mi camisa quedando en sostén deportivo—Todo fue una mierda, esa mujer lo único que hizo fue regalarle el partido—golpeo el estante donde estaban las pertenencias de nuestras compañeras.
—Silencio—nos ordena nuestro entrenador—aunque no obtuvimos el resultado esperado, les puedo decir que lo hicieron excelente.
El entrenador nos dio unas palabras de aliento y al culminar, me duche. Cambie y arregle, con un suspiro tomo mi bolso deportivo y lo cuelgo en mi hombro, observo el camerino que estaba vació y salgo.
—Hola querida—escucho una voz femenina.—Veo que sigues siendo la misma de siempre, eres la primera en llegar y la última en salir.
Al mirar a la mujer, ella levanta su cabeza y el sombrero descubrió su rosto, dejando ver a Samantha.
—¿Qué haces aquí?—Mi corazón estaba acelerado, jamás pensé que la volvería a ver.
—Solo venía a ver ese hermoso color que tienes en tu carita,—coloca sus manos en mi mentón y yo la aparto—además, solo quería decirte que no lograste tus objetivos, sigo teniendo mucho dinero, hasta tengo mi propio programa de televisión.
The zorras show; fue lo único en lo que pensé.
—Me alegro por ti—digo, sin sentir nada y mostrando mí sonrisa más falsa, a decir verdad, no estaba de humor para soportar sus tonterías.
—No gracias a ti, después de que tu padre me dejará casi en la calle, tuve que hacer cosas...que no te voy a decir...—me mira de pies a cabeza.
—¿Por qué me dices esto? —Pregunto sin entender.
—Porque a pesar de todo, sigues siendo mi hija.
—Nunca fui tu hija y nunca lo seré.
Su risa produce un escalofrío que hace que me aleje cuando se acerca a mi—y otra cosa, felicidades al bastardo de tu padre, —la miro sin entender—no te hagas la tonta, lo felicito por su nuevo matrimonio.
—¿Cómo...
—¿Lo sé?, cielo, todos hablan de la basura esa y su nueva esposa.
—Te voy a agradecer que respetes a mi padre, el jamás...
—¿Jamás que?—Guarde silencio, porque no quería seguir discutiendo con alguien como ella y mucho menos, amargar mi vida—eso pensé—suspira—bien, solo quería ver que estabas bien y como lo estas, puedo decir que no me alegro. Una vez cumplida mi misión, me retiro—y antes de marcharse, se voltea y me sonríe—cuida ese ojo y cuídate mucho Summer.
Se marcha por el pasillo, más atrás salgo sin prestarle mucha atención a la conversación de Sam y al llegar veo a Rosie furiosa.
—¿Y tú qué?
Frunce el ceño—No me moveré de aquí hasta que no vea a la zorra que lastimo a mi hermana, y juro que le romperé la cara.
Mira a Nala—esta así desde que te golpearon. Por poco y no entra al terreno de juego y golpea a la zorra.
—Y es lo que se merece.
—Señorita deben retirarse.—Dice el guardia de seguridad, que estaba ahí desde antes que de que llegue.
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What we thought was lost
FanfictionNo te enamores del vecino, era lo que una y otra vez se repetía Summer. Tiempo atrás, sólo creyó que sería algo pasajero, sin embargo, con el pasar del tiempo se fue arrepintiendo de la peor decisión que pudo tomar cuando era adolescente. Ahora, de...