stolen kisses | armin arlert

16. | Culpables e interrogatorios

Pensar en la respuesta me deprime, me estremezco ligeramente.

— Toma. — siento algo cálido caer sobre mi hombros — Está haciendo frío.

Me ha dado su saco. 

— No, no... — se lo devuelvo — Tú también debes tener frío...

— Estoy bien así. — vuelve a ponérmelo.

— Que no, insisto. — intento quitármelo otra vez, él suelta una risa interrumpiéndome a mitad de la acción.

— Liv, solo acepta el saco y ya. Yo no tengo frío.

Contengo la respiración cuando se acerca a mí y vuelve a acomodar el saco sobre mis hombros, acomoda los rizos de mi cabello para que queden fuera. Su rostro está tan cerca, que por un momento pienso que me va a besar. 

— G-gracias.

— De nada...

Se aparta de mí instantes después. Ambos nos quedamos callados, con los batidos a medio tomar en las manos.

Di algo, Olivia. Di algo... 

Me obligo a mí misma a repasar cualquier tema de conversación, lo que sea. Pero mi mente se ha quedado totalmente en blanco. 

— Y... ¿Qué tal te fue en los exámenes? — maldita sea, ¿Por qué siempre le pregunto sobre la universidad?

— Bien, — se encoge de hombros — aunque ha sido un poco estresante con todo esto del baile... 

— ¿Viniste con alguien hoy?

En seguida quiero pegarme un tiro. Cómo se me ocurre preguntar algo como eso, no solo es un pésimo tema de conversación, sino que he puesto las cosas incómodas entre los dos. Armin da un sorbo a su vaso, luciendo nervioso.

— Con una compañera de mi facultad. — eso dolió — Pero solo en plan de amigos, ella se fue con los suyos y yo con los míos.

— Ah... — asiento como puedo — Felicidades.

Armin voltea a verme extrañado, yo me quiero tirar al mar. ¿FELICIDADES? ¿Es en serio? ¿No se me ocurrió nada mejor? ¿Mis celos podrían ser más evidentes?

— Y-yo lo dije sin pensar... — intento excusarme — Disculpa, fue extraño felicitarte... osea ni que se fueran a casar... ¿N-no, verdad? Digo, aún estamos jóvenes para casarnos.. N-no me refiero a tú y yo, sino ya sabes... cuando digo "casarnos" me refiero a la gente de nuestra edad en colectivo, no de nosotros, sino de colectivo. ¿Entiendes?

— Hubiese preferido venir al baile contigo. 

Volteo a verlo, parece estar conteniendo una sonrisa. Me pongo roja al instante.

Pero qué cosas digo...
Yo y mi vómito verbal.

— A mi también. — respondo bajito.

— Ni siquiera pudimos bailar una canción lenta... — lanza un suspiro —  ¿Bailarías conmigo en el baile de primavera?

— ¿N-no es un poco pronto para eso? A-aún faltan meses...

— Más vale prevenir. — sonríe — Entonces ¿Qué dices? ¿Me concederías una pieza?

Siento como mi rostro empieza a enrojecer de nuevo.

No lo digas, Olivia. No lo digas.

— Te concendería todas...

El rostro de Armin se ilumina, vuelve a sonreír. Siento como mi corazón late acelerado en mi pecho, no debí decirlo maldita sea, no debí ser tan sincera.