Capítulo 45: Presentimientos

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Aysel asintió. Ferrara estaba determinada a hacer lo fuera para evitar que las personas importantes para ella corrieran peligro. Las dos conocían los riegos que eso tenía, pero ya estaban acostumbradas a ellos. Para ese punto, poco les importaba si terminaban recibiendo un balazo o resultaban en una situación peor, con tal de mantener a salvo a los que amaban, Aysel y Lilith estaban dispuestas a convertirse en el mismo demonio.

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10 de Marzo de 2021 4:12 pm, Ciudad de México.

Maya Gómez.

Espacios minimalistas y modernos en conjunto colores neutros eran la principal definición de la decoración del edificio de oficinas que se alzaba imponente en el centro de la ciudad. Los últimos pisos de la torre pertenecían a un conglomerado de empresas cuyo papel financiero atraía los ojos de la inversión nacional y extranjera, sin embargo, la detective Maya Gómez no estaba ahí para ser testigo del éxito del conglomerado a cargo de Victoria Velazco Dávila del que todos los periódicos hablaban en la sección financiera.

La mujer de mediana edad proveniente de una familia bien acomodada no solo era el principal rostro a seguir por sus fructíferos negocios, también era el punto de unión de varios de sus casos relacionados con fraudes millonarios, corrupción e incluso tráfico de armas y drogas. Velazco aparecía como uno de los contactos en común que tenían varios de sus sospechosos de sus casos.

Aparentemente, Victoria dedicaba sus recursos a actividades lícitas con las que alcanzó una cantidad de dinero y poder comparable con cualquier alto cargo político dentro de México. Por esa misma razón despertó el interés de Maya que, contra todo pronóstico de éxito, consiguió una reunión privada con ella en las oficinas directivas de su conglomerado.

Gómez fue atendida por sus asistentes hasta que la directora estuvo en disposición para recibirla. Le permitió el paso a su lujosa oficina que contaba con privilegiadas vistas y una colección de objetos caros que probablemente costaban más del auto de la policía en el que había llegado.

Victoria la invitó a tomar asiento en la sala para hablar tranquilamente.

—Agradezco que se tome el tiempo de recibirme, señora Velazco —habló la detective de forma respetuosa.

—El asunto que mencionó que quería tratar dentro de su correo fue de mucho interés para mí —contestó de manera neutral.

—Si, señora. Me pareció sensato hablar con usted después de que su nombre apareciera continuamente entre los contactos de los sospechosos y acusados de varios de mis casos —explicó la policía—. ¿Cuál es su relación con ellos?

Maya sacó una lista de un par de hojas de su portafolio y la puso sobre la mesa de café entre ellas. La mujer de negocios se inclinó de su lugar para comenzar a leer la hoja en silencio.

—Francamente, me sorprende ver los nombres de algunos de mis socios involucrados en esto —declaró—. Es una pena que alguien que conoces y con quien has trabajado tenga una parte de su vida deshonesta e ilícita.

—¿Usted sabía de las actividades ilegales de alguno de sus socios? —cuestionó Maya con una mirada severa.

—Me temo que no, señorita Gómez —contestó—. Mis negocios están enfocados en fines lícitos apegados a las leyes y normas de este país. El hecho de que estas personas estén relacionadas conmigo es una simple y desafortunada coincidencia porque eso puede afectar mi imagen.

La manera en que respondió fue neutral dificultándole a la detective detectar algo anormal en sus palabras o en la forma en que las dijo.

—¿Es por eso que está aquí, no? —su pregunta tomó por sorpresa a Maya.

SOUFFRANCE | Primer LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora