One shot's NaruTema

Floristería

"El único problema es que si puedo abrir una tienda, no estoy seguro de poder contratar personal de inmediato... ¿Crees que tú o tus compañeros de trabajo estarían dispuestos a venir a trabajar para mí por un tiempo? Solo hasta que ponga las cosas en marcha."

"Tiene sentido."

"¿Crees que podrías venir a trabajar para mí?"

En ese momento el cubo estuvo completamente formado en un cubo en un cubo en un cubo (me base en Felicity Smoak de Arrow), lo que significa el triunfo de Tobirama sobre el desafío.

"¡Sí!" dijo, sin darse cuenta de la pregunta que Katara le acababa de hacer.

"¿Oh en serio? ¡Eso sería maravilloso!"

"¿Eh? ¿Qué estás-"

La puerta de la tienda se abrió de nuevo, esta vez admitiendo al hermano mayor de Tobirama.

"Debes ser uno de los dueños de la tienda", dijo Katara, volviéndose hacia él. "No te pareces mucho a tu hermano, siendo moreno, y castaño de ojos y cabello, mientras que él es pálido con cabello blanco y ojos rojizos."

Después de que todas sus presentaciones estuvieron completas (Tobirama había agarrado una caja de rompecabezas en el que trabajar), la anciana contó su idea de abrir otra florería en su ciudad del desierto.

"Entonces, ¿qué piensas, Hashirama?" dijo, dirigiéndose al hermano de Tobirama.

"Tendría que consultar con mi socio, pero estoy seguro de que estarán encantados de conocer esta oportunidad".

"¡Uno de su personal ya ha aceptado venir y ayudarme a abrir la tienda!"

"¿Enserio quién?"

"Vaya, tu hermano, por supuesto."

Hashirama volvió su atención a su hermano menor. "Estoy orgulloso de que hayas dado un paso al frente, Tobi. Finalmente has hecho algo bien".

La cabeza de Tobirama se levantó de golpe, juntando los fragmentos de la conversación que había escuchado.

"Ahora espera un segundo..." dijo, pero fue en vano. Katara y Hashirama ya habían comenzado las negociaciones, una de las cuales incluía la transferencia de trabajo de Tobirama.

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"Esto es francamente ilógico", dijo Tobirama.

El sol ardía, incluso a la sombra de la cabina en la que estaba parado. A su alrededor se sentaban todo tipo de plantas de la costa, desde orquídeas hasta palmeras.

"¿Cómo puede la gente vivir aquí?" Murmuró en voz baja. Había pasado una semana desde que me trasladaron a Uzugakure para ayudar a Katara a abrir una floristería en la costa. Tobirama vio pasar a los habitantes costeros, asombrado de lo despreocupados que parecían por el calor que hacía durante el día y el viento que arrasaba con el pueblo en las tardes, sin contar el frío en las noches.

"Te ves horrible", dijo una voz a su izquierda.

Tobirama se volvió para ver a uno de estos habitantes, esta era una mujer de su misma edad.

"No debes ser de por aquí", continuó.

Su voz sonaba autoritaria, burlona. Tobirama se preguntó brevemente si estaba aquí para discutir con él, pero decidió que no le importaba.

"Si no quieres una planta, te recomiendo que continúes con tu camino", dijo.

"Esa no es forma de hablar con una hermosa dama".

Tobirama se volvió, molesto. Era una dama hermosa, pero eso no la hacía menos molesta.

"¿Qué quieres?" Dijo, sin molestarse en ocultar su molestia en su voz.