Capítulo 11-Penúltimo Capítulo

Comenzar desde el principio
                                    

A: Marcela, mi ex.... dijo algunas cosas sobre nosotros, sobre nuestro pasado, esas palabras le trajeron algunos recuerdos y se molestó bastante...

DJ: Sus recuerdos están volviendo doctor, la otra noche se acordó de ese maldito Miguel, se puso tan mal... deberías verlo

A: Betty mi vida (Se lamentó con las manos en la cabeza)

DJ: Doctor cálmese, ella volverá pronto...

DH: Julia... buenos días Dr. Mendoza.

A: Buenos días Don Hermes.

DH: Julia, ¿por qué ese baúl donde guardas las cosas de Betty está desordenado con cosas sobre la cama?

DJ: Virgen santa (exclamó preocupada mientras se dirigía a toda prisa a su habitación para aparecer unos minutos después aún más preocupada en el salón).

DJ: Betty encontró el diario.

A: ¿Qué diario?

DJ: Tenía varios diarios en los que escribía todo lo que ocurría en su vida y el último lo tenía escondido porque... (Miró a Hermes y evitó dar detalles, pero fue suficiente para que Armando entendiera el contenido del diario) bueno... pensé que era mejor esconderlo... y dentro de ese diario había una carta...

DH: ¿Qué carta? ¿Qué tenía de importante ese diario?

A: Debe haber escrito sobre lo que pasó en la empresa, sobre cómo prácticamente la obligué a crear una empresa fantasma y ponerla a su nombre.

DH: Bueno, eso no es tan grave, si fuera por mí habríamos explicado todo el trabajo sucio que hiciste en la empresa.

DJ: El problema es que está sola Hermes.

A: Llamemos a Cata y a Nicolás (Armando trató de disimular su angustia sabiendo que a estas alturas Betty debía saber el juego sucio al que él y Mario la habían sometido).

Y Armando tenía razón, muy lejos de allí, más concretamente en el monte Serrat, Beatriz había sido encontrada desmayada por unos turistas en la escalinata de la iglesia, enseguida la llevaron al interior de la misma y buscaron ayuda y cuando volvían con un cura y una hermana, Betty se había despertado.

Padre. Hija mía, ¿cómo te sientes? Llevémosla a un hospital...

B: No... yo... estoy bien...

De repente, sus ojos se oscurecieron de odio y recordó lo que la hizo desmayarse. No hizo falta mucho para que todos sus recuerdos afloraran, la clarísima carta de Mario Calderón y unas cuantas líneas de su diario fueron suficientes para recordar desde el primer momento en el que una inocente e ilusa Beatriz entró por primera vez en ecomoda buscando un trabajo y en el que esa misma Beatriz, pero ahora totalmente destrozada fue prácticamente expulsada por la puerta de atrás. El dolor y la decepción eran tan fuertes que la hicieron desfallecer. Ahora entendía por qué su conciencia se negaba a recordarlo todo. "Ah Armando Mendonza ¿cómo puedes ser tan cruel? ¿Cómo sigues siendo cruel? Después de todo lo que has hecho que me vuelva a enamorar de ti" pensó mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta de salida de la iglesia como si nada hubiera pasado, dejando a todos los que la rodeaban con la boca abierta.

*****************************************************************************

En casa de Betty hasta Cata y Nicolás que solían ser los más tranquilos estaban preocupados por su desaparición.

C: ¿No sabes de un lugar al que solía ir cuando se sentía triste?

DJ: No, ella siempre venía a casa... (El discurso de doña Julia es interrumpido por el timbre de un teléfono móvil).

CARTAS PARA BEATRIZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora