—Es para mejor Tae, no pienses en lo peor... Espero que se mejore pronto, en serio, si necesitas algo me dices, sabes que puedo ayudarte en lo que sea.—Sonrío y dio golpecitos en el hombro contrario.—No te quito más tiempo, ve y me cuentas cómo te fue, mándale saludos a JaeMin.

—Y tú a Chaennie, te quiero Minnie.—Se despidió con su mano mientras salía por la gran puerta del hotel.—

Se abrazó a sí mismo apenas puso un pié en la calle, hacía mucho frío le desagradaba, no tenía la ropa apta para el frío enorme que hacía y eso le molestaba, su cuerpo temblaba, su nariz se enrojecía y sus piecitos helaban, odiaba esa sensación.
Sin importarle mucho lo nublado que se veía el cielo mientras estaba a punto de atardecer, se encaminó rápidamente al hospital, el cual estaba a unas dos cuadras del hotel donde trabajaba.

—Está estable, mucho mejor a como se encontraba en la tarde.—El hombre con una pulcra bata blanca sonrió sin mostrar sus dientes contagiando a su contrario.—Sin embargo, les recomendaría que se quedara más de lo esperado internado.—La boca del castaño tembló y sintió una presión en el pecho que no le dejaba respirar con regularidad.—No es para preocuparlos, les juro, pero prefiero prevenir cualquier daño...JaeMin es joven, tiene una vida por delante, no podemos permitir que una enfermedad le frene su ritmo de vida ¿Me entiende? Como doctor, no lo puedo permitir.

—Como hermano tampoco...—Suspiró y torció su boca.—Su tratamiento... ¿Qué haremos con su tratamiento? Quiero decir, no creo poder pagarlo una vez él salga de acá...

—Joven Kim.—Le interrumpió mirándole a los ojos.—Su tratamiento por el momento tiene que seguir como lo hemos hecho desde anoche, pero puedo asegurarle que una vez salga de acá, su medicación será casi nula, e incluso podría quedar solo en casos de s.o.s.—Taehyung asintió intentando calmar sus nervios y su ansiedad, secó sus sudadas manos en su pantalón y respiró ondo intentando evitar el llanto que quería salir.—Ahora necesito que se tranquilice, pase a ver a su hermano, dele apoyo y cariño, que es lo que más necesita.

El castaño sonrió e hizo una leve reverencia hacia su contrario despidiéndose y se adentró a la habitación frente a él.
La puerta se abrió lentamente por su propio miedo, temblaba, estaba tan nervioso, tan expectante, como cuando tenía nueve años. Casi lloró cuando vió a su hermano recostado sobre la camilla, con las brillantes sábanas blanquecinas sobre su cuerpo relajado, sus miradas se encontraron y JaeMin sonrió.

—TaeTae... Viniste.—Sonrió en grande y dejó su teléfono de lado.—No me mires así , pequeño bebé llorón, estoy bien, solo no respiro bien en algunos momentos y ya.—Se encogió de hombros sarcástico y el castaño golpeó suavemente su hombro una vez llegó a su lado.—¿Qué? es verdad.

—No digas eso, Minnie, ya me duele lo suficiente.—Puchereó.—No dejes de respirar nunca.

—Solo lo haré cuando muera.

—Entonces no mueras.

—Eso intento.

Hizo una pausa, la cual el mayor de los hermanos sintió eterna, se sentía tan presionado, siempre sintió que tenía que solucionarlo todo de inmediato, y el simple hecho de saber que no estaba haciéndolo como él lo esperaba, lo estaba atormentando.

—Todos los días, a cada hora...—Siguió hablando con la mirada fija en su hermano.—Pero a veces pierdo fuerzas, aunque las vuelvo a tener después de un rato y así seguiré, es un patrón del cual ya estoy acostumbrado.—Sonrió ladino y el castaño bajó la cabeza mientras sus ojos se llenaban lentamente de lágrimas.—Estaré bien...

breathe ─ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora