Lea Williams/ Ocho Hargreeves
No sabía qué hacer. Seguirlo podría ser inútil; lo más probable es que no lograra convencerlo, y, de paso, me ganaría un castigo. Pero supongo que no se pierde nada por intentar. Así que me levanté de mi asiento, sintiéndome un poco indecisa.
—Número Ocho, te prohíbo que lo sigas —la amenaza de Reginald me dio el pequeño empujón que necesitaba. Algo no me cuadraba en este lugar, y no podía quedarme de brazos cruzados.
Salí corriendo de la academia, encontrándome con Five a unos metros de distancia.
—¡Five! —grité, tratando de alcanzarlo antes de que se teletransportara—. ¡No te vayas!
Él se detuvo y se volvió hacia mí, con una expresión de sorpresa y frustración.
—¿Por qué? —preguntó, cruzando los brazos.
—Mira, entiendo que quieras experimentar cosas nuevas y descubrir hasta dónde puedes llegar, pero estás tan concentrado en eso que no puedes calcular todo lo que estás sacrificando...
—No hay nada en juego, volveré —aseguró, aunque su voz sonaba menos convencida de lo que intentaba mostrar—. Soy el más listo de la academia, sé lo que hago.
—Eres un niño —replicé, intentando no sonar demasiado dura.
—No, no soy solo eso —protestó.
—Tienes razón. Eres un niño con poderes. Pero eso no quita que sigas siendo un niño. No puedes estar vagando por ahí solo.
—Si puedo pelear contra ladrones solo, puedo estar en cualquier lado solo —respondió, desafiante.
—No es así. Sé que Reginald no es la mejor figura paterna, ni siquiera cuenta como tal, pero tus hermanos te necesitan, y tú los necesitas, supongo.
—No me necesitan.
—Claro que sí. Si no, ¿por qué crees que se veían tan preocupados?
—Sin mí, empezarán a exigirles más...
—No creo que sea por eso —dije, intentando mantener la calma—.
Five se dejó caer sobre un banco en la vereda, frustrado.
—Ni siquiera a papá le importo... Y no puedes decir que no es cierto, lo viste.
—Bueno, quizás es verdad... —reconocí, viendo cómo la desilusión se apoderaba de su rostro—. Pero, ¿no te parece raro?
—No, siempre ha sido así.
—Pero tú mismo lo dijiste: "somos como máquinas para él". ¿No te parece extraño que te haya dejado ir?
—Un poco, tal vez. Pero todo en él es raro. Odia a los niños, y tiene ocho, eso te dice mucho —ambos soltamos una risa ligera, aliviando un poco la tensión.
—En serio, no tienes que irte. Aún nos quedan muchas cosas por hacer aquí...
—No lo sé... No quiero trabajar para el viejo toda mi vida. Tal como dijiste, somos niños.
—Tienes razón, pero si no te quedas y entrenas al máximo, jamás podrás superarlo. Y no hablo solo de escapar, hablo de superar sus expectativas y, tal vez, su intelecto.
—Si eso es posible, yo soy el único que puede lograrlo...
Lo miré ofendida, sintiendo que estaba minimizando mi papel.
—No, no, no. O soy yo, o somos ambos.
—Ya lo veremos...
—¿No te irás? —pregunté, tratando de mantener la esperanza.
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Llenando Los Vacíos [Five Hargreeves]
FanfictionLuego de vivir sus días siendo perseguida por espectros a lo largo de Pensilvania, mientras sus padres le hacían la existencia imposible. La vida de Lea da un vuelco(literalmente) y acaba siendo adoptada por un millonario con fijaciones por los niñ...