Las respuestas distraían a Jimin y Jungkook sentía alivio por ello.  Por desgracia sí bien todos los coleccionistas se mostraban horrorizados por la muerte de Ho-Seok, ninguno pudo arrojar luz alguna en relación a los dos misterios que rodeaban la colección.

Con obstinación Jungkook y Jimin seguían revisando los libros en busca de algo en concreto, algún indicio del móvil del asesinato, alguna pista de la pieza que había querido mostrarle Ho-Seok. A pesar de que nadie lo decía en voz alta, eran conscientes de que no tenían ni idea de que lo que buscaban, y eso no contribuía precisamente a crear un clima de entusiasmo.

El jueves por la tarde Jungkook  comenzó extrañarse de que no haber recibido ninguna carta de su primo. La respuesta a su interrogante, llegó al atardecer del mismo día.

Justo cuando terminaba de cenar en compañía de Jimin y su institutriz, el sonido de unas ruedas en el camino y el  sonoro repiqueteo de cascos, le avisó que alguien llegaba.

-  Debe ser un mensaje de Diablo-  dijo Jungkook entusiasmado a Jimin.

En cierto modo lo era. Aunque presentado en forma de una aparición de rizos dorados y una esbelta figura vestida de azul celeste.

- ¡Felicia!-  Jungkook se apresuró hacia ella con los brazos tendidos.

- Hola-  la juvenil esposa de Demonio le tomó las manos y presentó la mejilla para recibir un beso, aunque su mirada estaba centrada en otra persona- y tú debes ser Jimin.

Olvidándose de Jungkook se precipitó hacia el Omega.

- Honkee me escribió y me habló de tí , soy Felicia y te hemos venido a ayudar- Jimin sonrío.

Era imposible no hacerlo bajo el encanto de la joven, como no veía necesidad de andarse con remilgos a esas alturas Jimin le acarició una mejilla y le estrechó las manos como si ya fuesen amigos.

- ¡Caramba ustedes viven al fin del mundo!-  Jimin reparó entonces en un alto hombre rubio, ancho de hombros, que saludaba a Jungkook.

- No tanto, aún faltan unos kilómetros- le dijo Jungkook sonriente y le dio  una palmada en el hombro a Demonio-  me alegro de verte, ¿seguro que pueden permitirse quedarse?-  pregunto Jungkook lanzando una ojeada a Felicia.

Está que acababa de saludar a la institutriz se volvió para dedicarle una mirada de advertencia a su marido y erguir la barbilla, antes de enlazar el brazo de Jimin.

- Estábamos con las gemelas cuando llegaron las cartas de Diablo y Honkee.

Demonio se adelantó y tomando la mano de jimin le dio un beso en la mejilla.

- Bienvenido a la familia ya le dijimos hay Jungkook que no le serviría de nada escapar al campo y aquí está...

Jimin posó la mirada en un par de ojos azules qué transmitían una despreocupada actitud.

- Bienvenidos a la mansión- dijo Jungkook y miró interrogativo a Jimin, pidiéndole en silencio que oficiará de anfitrión, como si fuera su esposo.

Con una sosegada sonrisa Jimin asintió.

- Vamos al salón antes de ponernos al día, deben estar muertos de sed, ¿cenaron?- les preguntó con amabilidad Jimin.

- Sí - repuso Felicia-  cómo no sabía cuánto faltaba para llegar, Demonio ha preferido no correr riesgos.

- Sí- Demonio sonrío y Jungkook parpadeó, pero no dijo nada.

Jimin salió un instante después para dar pedirle al mayordomo que preparara las habitaciones y  sirvieran una bandeja de té.

- Bueno- se dispuso explicar Felicia cuando Jimin regresó - parece que ustedes dos son los más entretenidos de la familia,  así que hemos venido a compartir la diversión.  Honkee  habría venido también, pero en su estado diablo no la deja ir más allá de la puerta de la casa.

- ¿Su estado?- preguntó Jimin.

- Sí , Honkee está embarazada. Diablo la trata como si fuera de porcelana. Escándalo, otro primo estuvo tentado de venir, pero como su esposa dijo que sí iba él ella también, se ha quedado en casa... y nadie sabe dónde están Gabriel y Alatea, así que sólo hemos podido venir nosotros-  concluyó con una sonrisa Felicia.

Jungkook que había ido palideciendo a medida que  Felicia hablaba, recuperó el color.

- ¡Por Dios santo!, tampoco esperaba ver aparecer a la familia completa- exclamó Jungkook.

- Es verano- replicó Demonio con un encogimiento de hombros-  no hay otra cosa que hacer.

El mayordomo entró con la bandeja del té y pasteles recién horneados.

Jimin y Felicia se pusieron a mordisquear con delicadeza mientras charlaban,  en tanto que demonio y Jungkook se dedicaban a tomar coñac y acabar con los pasteles.

- Bueno, vamos al grano-  urgió  Jungkook cuando demonio hubo dado cuenta del último pastel- ¿que han averiguado?

Demonio tenía la fija la vista fija en el diván, siguiendo su mirada Jungkook se percató de que Felicia había reprimido un bostezo y luego disimulado otro.

- Aunque bien pensado-  rectificó Jungkook- se nos está haciendo tarde y tienen que instalarse, ¿hay algo que no puede esperar hasta mañana?

- No- respondió Demonio con un gesto de agradecimiento antes de ponerse de pie- no hay nada que cambie en absoluto la situación esta noche y aparte preferiría que ustedes nos expliquen qué ha ocurrido aquí antes de que yo exponga mis hallazgos. Conociendo los detalles, podré situar con mejor perpectiva lo que he descubierto.

Jimin se levantó para acompañar a Felicia.

- Desde luego hay que descansar. Después de un buen sueño, mañana estaremos en condiciones de hablar- dijo Jimin sonriendo- ven Felicia te presentaré al ama de llaves y te enseñaré tu habitación.

Felicia

Demonio

 Educando un Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora