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Charlie Brown, eras tú esa manera mía de hacer más dulce el veneno. Una jaula aporreada por el viento, y en mi piel se veian bien los moratones de falsa libertad. Esa hermosa soledad perdida, creía que yo podía substituirla, esa soledad sin heridas, quiero entender tu amor por ella. Charlie Brown, si tú nunca te hubieras perdido... La falsa felicidad empezaba en nuestros silencios, robaste las llaves sin querer y ahora yo, encerrada en la libertad de plástico.

Cartas para Charlie BrownWhere stories live. Discover now