Nos quedamos mirando unos segundos, hasta que yo aparte la mirada a los demás, que se estaban llendo a la piscina.

—Si quieres puedes ir con ellos— le dije a Jake.

—¿Tu no vas a ir?—pregunta alzando una ceja.

—No, no sé nadar, pero no importa, me voy a la pérgola— señale a está.

—Entonces, voy contigo—yo solo asentí y empezé a caminar.

No llevábamos ni medio camino, cuando de pronto, Nate se puso en frente de mí.

—¡Cami, vamos a bailar!—me tomo del brazo, lo cual yo me safe de un manotazo.

—No Nate, estoy ocupada—me dispuse a seguir mi camino pero el volvió a hablar.

—¿Qué puede ser más importante que bailar conmigo?— se señaló a lo que yo rodé los ojos. Vi que Jake hizo lo mismo y yo rei por dentro.

—Alejarme de ti, y además, estoy con un amigo—tome de la mano a Jake y lo jale hacia la pérgola.

Entramos en ella y tome asiento colocando mi cabeza hacia atrás, Jake tomo asiento y sentí sus ojos en mi. La música estaba tan fuerte, que ya me dolía la cabeza y con Nate borracho por allí, tratando de acercarse más de lo debido, me duele aún más, así que solté un gran suspiro y luego Jake rompió el silencio.

—¿Estas bien, Cami?

Levanté mi vista hacia él, se había acercado un poco más a mi pero no me incomodaba. ¿Por qué no me incomoda que se allá acercado?

—No, pero no es nada.

—Me puedes decir si tú quieres, soy bueno escuchando—esboze una media sonrisa a lo que dijo.

—Es que... siento algo extraño, no se cómo explicarlo, es como un mal precentimiento.

—Me pasa, pero luego se me olvida porque me distraigo.

—Si, eso es lo que estoy tratando de hacer—hice una pequeña sonrisa fingida.

—Entonces vamos—se puso de pie y extendió su mano.

—¿A dónde?

—A bailar—le acepte la mano un poco dudosa, pero su mano cálida me hizo sentir segura, ¿Por qué no me desagrada el contacto?

Caminamos entre las personas para llegar a la pista de baile improvisada, nos adentramos en ella, luego Jake se dió la vuelta para quedar de frente a mí. Hizo un ademán de subir una mano para tomar mi cintura, pero luego se retracto.

—¿Puedo?—pregunto.

Me sentía dudosa por el contacto, si se lo acepto ¿Qué pasará? ¿Me sentiré incomoda? ¿Me gustara? ¿Llegarán los recuerdos de nuevo?

Al final acepté porque siento que su cercanía, su contacto, no me va a lastimar.

—Puedes—Su mano volvió a subir a la coloco en mi cintura, he hizo el mismo moviendo con la otra.

Yo por mi parte coloque mis mano alrededor de su cuello, me acerque un poco más a él y no sentí nada malo, solo estaba perdida en su mirada, luego empezamos a bailar. Bailamos al ritmo de la música, moviendonos de un lado a otro con el compás de está. El me dió vueltas y vueltas, y por un segundo me mareé, casi me caigo, pero el me sostuvo en sus brazos para no caerme.

—¿Te sientes bien?—pregunto.

No contesté, todo me daba vuelta y no podía concentrarme en algo en específico. Sentí como unos brazos pasaron por debajo de mis piernas y me levantaron del suelo, yo recosté mi cabeza y cerré mis ojos, no me quedé dormida, solo me sentía un poco cansada y mareada.

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