Me muevo más en su regazo decidiendo que me gusta la sensación que estoy sintiendo, el cosquilleo que siento ahí abajo.

Las manos de Tom que están en mi cintura se ponen en mi trasero, apretando y sobando a gusto moviendo al ritmo que al le gusta, restregando mi zona íntima con la suya, siento una de sus manos colarse entre nosotros y ponerse encima de mis bragas.

El hecho de que el uniforme dea una falda se lo pone muy fácil.

Suelto un suspiro cuando soba por encima de la tela que me separan sus dedos de mi zona íntima.

Frota mi clítoris y suelto un gemido vergonzoso cerca de sus labios. Me tapo la boca de inmediato, avergonzada y asustada de que alguien nos haya podido escuchar ya que al final de todo estamos en la sala común donde cualquier puede entrar.

—No te tapes quiero escuchar lo que provoco en ti—dice con voz ronca, susurrandome al oído al mismo tiempo que siento como hace la braga a un lado.

Siento sus dedos apretando mi clítoris y frotando.

—Oh Merlín... T-Tom alguien p-podría vernos—digo como puedo, sin aliento.

—Nadie te verá antes lo mato

Lo único que hace es ponerme más caliente y muevo mis cadera de forma circular sobre su mano.

—¿Puedes con todo lo que tengo para ti Emma? ¿Uhm? ¿Podrás soportarlo?

Suelto un gemido antes sus palabras y me frotó más rápido poniendo mis manos en sus hombros para sostenerme.

—Contestame, ¿Podrás soportarlo?—ordena

—S-Si

—Que buena niña, ¿Ves como no era tan difícil?

Sin que me de cuenta siento un dedo metiéndose, arqueo las espaldas y me quedo quieta, acostumbradome.

—¿Por que tan callada? ¿Acaso no puedes soportar un simple dedo?

—Y-Yo puedo

—¿Si?

Siento como mete otro dedo seguido de otro más.

—Mirate agarrando tan bien tres dedos, apretándolos, mojándolos, ya quiero sentir mi polla dentro tuyo, montame Emma, monta mis dedos como la buena chica que eres.

Caliente como una perra por sus palabras con esa voz ronca, monto sus dedos como lo ordeno, moviendome en círculos y dando saltos en ella, escuchando el sonido humedo que hace eco en toda la habitación, de sus dedos entrar y salir en mi.

Siento que me voy a desmayar cuando su pulgar acaricia mi clítoris, acariciando en círculos, apretandolo.

—Que buena chica eres, así vas a recibir mi polla, como la buena chica que eres.

Me muevo más rápido cuando siento un cosquilleo en mi vientre y a los segundos me vengo en los dedos de Tom.

—T-Tom oh Merlín

La otro mano de Tom me acaricia la mejilla, me da un corto beso en los labios.

—Buena chica Emma, mira el desastre que has causado en mis pantalones—Veo hacía baja viendo cómo efectivamente están manchados de mi orgasmo.—Con solo ver tu cara venirte has hecho que me venga, me imagino como será cuándo me tomés con tu boca y coño.

Saca sus dedos de mi que todavía no había sacado y veo como los acerca a su boca chupandolos.

Lo miro fijamente roja.

Me ve con una sonrisa.

—Sabes tan rica como lo imaginé — se acerca y me toma del cuello dándome un beso largo y posesivo.—Eres mía Emma y no sabes cuato me jode tener que compartirte, pero nadie aparte de nosotros puede verte así, después de venirte por qué lo haga ten por seguro que morirá, ¿Queda claro?

Asiento torpemente dándole un beso.

Tom coge su varita y lanza un hecho limpiadonos a los dos.

—¿Ya estás más tranquila?—pregunta jugueteando con mi pelo.

Me recuesto en su pecho y asiento.

—Si

—Puedo ayudarte cuando quieras, ya sólo queda poco tiempo para que venga.

Miro la hora y veo que tiene razón en una hora así los chicos tendría que estar llegando.

—Gracias

—No me agradezca, créeme me gustó más a mí que a ti—dice poniendome roja.

Meto la cabeza en su cuello y me acomodo.

—Descansa yo te aviso cuando vengan.

Asiento y poco a poco caigo rendida.

                     
                              *****

Siento un suave toque en mi hombre y también como susurran mi nombre.

Me levanto poco a poco de lo que veo es el pecho de Tom.

—Ya vienen

Asiento y me levanto, salimos los dos con cuidado de la sala hacia donde están los chicos.

Vamos a la enfermería donde veo a Remus en la cama, con algunas heridas, preocupada me acerco a el.

Cojo su cara lo reviso viendo que no es nada grave.

—Tranquila estamos bien—dice.

Abrazo a James y Sirius, y me siento a un lado de Remus.

—¿Y Peter?

—Se fue con Victoria—dice Sirius poniendose a mi lado—Me siento mal, atiéndeme—hace un puchero que ante los veía patético pero ahora no.

—¿Estas bien? ¿Que te duele?

—Todo, ven— me acerco a el y cuando estoy lo suficientemente cerca me tira del brazo y me sienta en su regazo—Mucho mejor— escucho a Tom y James bufar.

—Dramatico—murmura Remus.

Bueno, están bien que es lo que cuenta, y conocí un método muy bueno para hacerme olvidar, no dudo en que lo volveré a utilizar.

Los merodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora