—¿Qué hacemos aquí exactamente? — Le cuestiono firme.

—Continuar con nuestra amena conversación—. Me dice inocente.

—Entonces ya tuve suficiente, confirmo lo que pienso de ti.

—¿Y bien...?

—Eres frio y calculador, pero creo que no realmente así, quizá es una forma de protegerte —. Suelta una carcajada.

—Ya te lo dije Rhea, no me conoces en lo más mínimo. Yo si soy frio y más que calculador, me gusta tener el control, no me gustan las sorpresas...

—Entonces lamento existir.

—No lo hagas, eres la única sorpresa que me alegra tener.

—¿Me estas tratando de conquistar? —cuestiono con una sonrisa coqueta.

—Valla... ¿Cuántos años crees que tengo? No soy ningún niño —se separa del barandal y se acerca a mi—. No necesito de anticipos y enredos para decir lo que siento y quiero.

—Veo claramente que no eres un niño.

—Quiero llevarte a mi casa sin que pienses mal de mí, o salgas huyendo.

—¿Cuántos años crees que tengo? — Le doy una sonrisa maliciosa—. Se cuidarme sola—. Me hace una señal para caminar.

Seguimos nuestro camino hasta llegar a su auto, me subo y pronto estamos en dirección a su casa.

(...)

—Adelante, no hay nadie en casa así que puedes estar tranquila. Por favor toma siento—. Acato su pedido—. ¿Quieres algo de tomar?

—No, gracias

—Bien—. Se sirve un trago y toma asiento a mi lado—. Muy bien, aquí podemos hablar con tranquilidad.

—Porque no nos dejamos de rodeos, Aidan yo...

—Tú me gustas Rhea—. Su confesión me causa una ardua parálisis—. Me gustas mucho, me atraes, y sé que yo causo algo en ti, lo puedo sentir cada que estas cerca de mi—. Mi corazón se acelera—. Como ahora mismo, tu respiración cambia, tu pulso se acelera, tus mejillas se sonrojan—. Siento asfixiarme.

—Aidan...

—No espero que me digas que tú también, no me gusta escuchar respuestas para complacerme.

—Aidan, tu hermana y yo somos amigas, no quisiera que esto afectara nuestra relación, en realidad no te conozco, tampoco sé que siento por ti—. Soy honesta—. Tampoco me gusta dar respuestas para complacer, no voy a negar que cada que te tengo cerca no sé cómo reaccionar, me causas intriga y... — ¿Por qué rayos le estaba diciendo todo esto? Aidan es una gran oportunidad para mí, Thiago solo me atormenta—. ¿Qué esperas de mi Aidan?

—No espero la típica historia, que nos amemos de por vida, que nos casemos, tengamos hijos y vivamos felices para siempre. Quiero conocerte, saber quién y cómo eres en realidad...

—No vas a querer saber quién soy—. Le digo irónica, porque no soy nada de lo que quizá se imagina.

—No sé porque, pero... — Deja el vaso sobre la mesita de la sala—. Calmas mi infierno Rhea...

Su aliento choca con el mío, sus labios rosan los míos, hasta que los siento por primera vez, suaves, ligeros, su boca tiene un sabor dulce y frio, una combinación entre menta y caramelo, su lengua se apodera de la mía, me dejo llevar por el momento, algo en mi interior se activa. Llevo mis manos a su cabello, el aire me falta, pero no quiero dejarlo de besar... lo estoy disfrutando, no lo voy a negar. No sé en qué momento en mi cabeza resuenan las palabras de Thiago.

RIENDAS... (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora