𝗘𝗟 𝗣𝗥𝗔𝗞𝗟𝗢𝗢 . 𝑀𝒾𝓃𝓈𝓊𝓃𝑔

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 26

— Podría averiguar su ubicación pero esos datos están en el sistema y para entrar a el necesito la clave, la única opción para entrar es pasar los datos a un disco externo y decodificarlos con algún programador de confianza — explico.

— ¿Y dónde conseguimos uno de esos? — consulto el ente más bajo.

— No lo se, busquen uno, si lo encuentran avísenme y les traeré los datos — informo antes de retirarse campante.

— ¿Qué es un programador?.

— Déjamelo a mí — anuncio el rubio —buscaré la forma de encontrar uno.

(....)

El pequeño pecoso observaba atentamente su ventana, esperando con impaciencia la gloriosa llegada de algún conocido, no sabía cuánto tiempo había estado pegado a esos cristales, incluso intento caber por alguno de ellos pero las rejas se lo impedían, su casa parecía más una cárcel.

Sus esperanzas crecieron cuando observo un auto familiar estacionarse cerca y a una cabellera pelinegra salir de este, su desconocido vecino había llegado con varias bolsas de compras.

— ¡Hey! — grito con todas sus fuerzas — ¡señor!, ¡Porfavor, necesito ayuda! — continúo insistiendo, el pelinegro mayor pareció escucharlo y se acercó algo confundido — Perdí mis llaves y mis padres llegan mañana — explico cuando esté llegó a su ventana.

— Llamalos — soltó con obviedad.

— No lo entiendes, es la tercera llave que pierdo, me castigaran si les digo, y sera peor cuando deba explicarles cómo la perdí.

— ¿Entonces que quieres que haga?, ¿Poner dinamita en tu puerta? — pregunto sarcástico.

— ¿Podrías comprarme comida?, Me termine todos los víveres de la nevera y no he comido en todo el día — explico con un puchero.

— No tengo tiempo niño — Se negó con la intención de irse.

— ¡Alto! — esbozó — se que haces cosas ilegales en tu habitación, te vi por la ventana, si quieres que cierre la boca alimentame — amenazó.

El pelinegro se sorprendió por su atrevimiento pero finalmente decidió acceder a su petición.

— ¿Te gustan las donas?, Tengo unas en la bolsa — el rubio sonrió conforme y recibió el soborno.

— Gracias, prometo guardar tu secreto — aseguro mientras se tragaba el postre de un bocado.

— Más te vale niño, podrías meterte en serios problemas si se lo comentas a alguien — advirtió.

— ¿Porf que?, ¿Robas información en la red? — se atrevió a preguntar con la boca llena.

— Es algo más complicado y no te incumbe.

— No me has dicho tu nombre, el mío es Félix — sonrió.

— Changbin, no es un gusto conocernos — respondió.

— para mí si, Gracias por las donas — sonrió nuevamente, el pelinegro rodó los ojos y se marchó con prisa.

Aún le quedaban varias donas y se las reservaría para más tarde en caso de que tuviese hambre.

— Tu instinto de supervivencia activa tu inteligencia — se burló la entidad rubia desde la sala.

— ¡Tu satanás!, Devuélveme mis llaves — ordenó corriendo hacia este para atraparlo pero desapareció antes de que se atreviera.

— Ese amigo tuyo, ¿lo conoces? — pregunto interesado apareciendo al otro lado de la habitación.

— Acabo de hacerlo — sentenció volviendo a correr en su dirección.

— Mencionaste que robaba información en la red, ¿Sabes si es un programador? — pregunto ahora desde las escaleras.

— No lo se, creo que es una especie de hacker o algo así, ¿Ahora podrías devolverme mis llaves? — renegó cansado.

— Vaya, definitivamente no sabes guardar secretos — se burló — aquí tienes tus llaves — tendió su mano para que las alcanzará, pero antes de que este lo hiciera las elevó hacía arriba — Si las quieres tendrás que hacerme un favor.

— ¿Me estás chantajeando? — se quejó.

— ¿No acabas de hacer lo mismo?

— ¿Qué es lo que quieres? — se rindió fácilmente.

— Lo que te voy a pedir incumbe a tu mejor amigo, tendrás que cooperar de cualquier forma.

— ¿Qué tiene que ver Jisung en esto?.

— Si prometes no decirle nada de esto voy a explicarte todo.

Vuelvo con nuevo cap 😎.
Buenos diatardenoche a todos.